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29. Bicing

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Febrero 2014 / 1

La movilidad en las ciudades suele estar muy lastrada por los embotellamientos y la masificación del transporte público. La red pública de transporte en bicicleta llegó tarde a España, pero ha supuesto un alivio para miles de ciudadanos que han encontrado en muchas ciudades una forma alternativa de moverse sin esperas y de forma económica, aunque los precios han ido subiendo de forma progresiva para los usuarios.

Piénsese en algo que, una vez aprendido, no se olvida nunca. Exacto, montar en bicicleta. Para qué esperar un autobús que no siempre es puntual. Para qué los inútiles transbordos de metros. Para qué empezar el día sentado con las carnes desparramadas en el asiento si a lo mejor el resto de la jornada seguiremos sentados en la oficina delante del ordenador. Para qué perder el tiempo atrapados en embotellamientos. Para qué gastar gasolina y arruinarnos en un aparcamiento, público o privado. Por no hablar de los taxis convertidos en servicios casi de lujo para ocasiones desesperadas. Para qué contribuir a que el aire de la propia localidad devenga cada día más irrespirable.

Estupendo, subir la bicicleta al tren, bajarla en cualquier estación asumible y pedalear. Pero ya puestos, ¿para qué incluso cargar arriba y abajo con la bici, plegada o no, cuyos propietarios sufren robos en un 17% de los casos según el último Barómetro de la Bicicleta de la Dirección General de Tráfico?

Poder recurrir a una red pública de transporte en bicicleta es una de las grandes alegrías que, pese a los problemas en el momento de plasmarse en una realidad eficaz, cualquier ayuntamiento podía regalar a sus ciudadanos. Cualquiera que viajara de muy jovencito a Amsterdam (1965) venía con las bicis en los ojos. El uso de la bici compartida en Europa se disparó con la implantación de potentes sistemas en Lyon y París en la primera década del siglo, después de experiencias conocidas en Cambridge y Copenhague. Según un análisis de la organización de consumidores CECU, en España, donde Vitoria fue pionera, Barcelona es el municipio que cuenta con una mayor red (más de 6.000 bicis públicas), pero la mejor proporción entre habitantes y bicicletas se da, sin embargo, en Sevilla (2 por 242). Sevilla y Valencia lograron la calificación de “bueno” en un estudio europeo del RACC (2012) sobre 40 sistemas de bici públicas en Europa, mientras que Barcelona y Zaragoza merecieron un “aceptable”.

Con variantes, la cosa viene a funcionar así: el usuario se hace socio de la red, lo cual le da acceso a una tarjeta personal con la que puede dirigirse a cualquier estación de bicicletas del municipio. Previo conocimiento de un mapa de carriles bici, se dirige a su punto de destino, y ancla el vehículo en la estación más próxima. Deberá activar su tarjeta para rendir cuentas de que ha devuelto la bici. El mero hecho de tener acceso a la tarjeta, se use o no, supone un pago como miembro por el servicio que con el paso de los años se ha ido encareciendo en todas partes. El servicio, que para las arcas públicas suele ser deficitario, recibió elevadas subvenciones y en algunos casos incluso terminó de un día para otro. Los precios son muy distintos, y proliferan los distintos abonos por periodos inferiores al estándar de un año. En Sevilla y Valencia cuestan 30,7 y 27 euros, respectivamente. En Barcelona, 47,16.


BICI ELÉCTRICA

Madrid va muy tarde en este terreno. Tras un intento fallido en 2011 con Mybici, ha adjudicado en concesión a una empresa navarra, Bonopark. Se espera que en mayo llegue por fin la bici, en este caso eléctrica, con inicialmente 1.560 vehículos, 3.120 anclajes y 120 estaciones. La recarga de la batería dura en total cinco horas. Podrán usarlas también los turistas y, a diferencia de Barcelona, el servicio no parará de noche. En Madrid, si el usuario se abona al servicio (que costará de 15 o a 25 euros al año en función de si tiene abono de transporte), pagará 1,1 euros la hora (50 céntimos la primera media hora). Si no, pagará 2 euros. En Barcelona, la primera media hora es gratis, pero luego se pagan 0,74 céntimos por cada media hora siguiente. A partir de dos horas, el precio se dispara a 4,49 euros (o 4, en el caso de Madrid).

Las autoridades de todas las ciudades harán bien en tomárselo en serio: son 15,5 millones los ciudadanos que usan la bicicleta, y el 20% de ellos de forma asidua (al menos una vez por semana). En la última encuesta de diciembre pasado, en el citado barómetro se reclamaba un mayor fomento de las políticas de apoyo a estos sistemas de transporte, siempre que vayan acompañados de medidas que mejoren la convivencia entre ciclistas, conductores y peatones.

ENTIDADES

RED DE CIUDADES POR LA BICICLETA

www.ciudadesporlabicicleta.org

BICING (Barcelona)

www.bicing.cat

Teléfono: 902 31 55 31

SEVICI (Sevilla)

www.sevici.es

Teléfono: 902 011 032


VALENBISI (Valencia)

www.valenbisi.es

Teléfono: 902 006 598

BIZI ZARAGOZA

www.bizizaragoza.com

Teléfono: 902 31 99 31/ 902 077 999

MADRID

www.madrid.es oficina de la bici

Teléfono: Ayuntamiento 915 881 000. O, desde Madrid mismo, 010.