Te quedan 1 artículos gratuitos este mes.

Accede sin límites desde 55 €/año

Suscríbete  o  Inicia sesión

Los pobres pagan más por el techo

Comparte
Pertenece a la revista
Enero 2016 / 32

Desequilibrio: Las familias españolas destinan un porcentaje cada vez mayor de sus ingresos a pagar una vivienda. En proporción, las pobres pagan el doble que el resto. Se ha acelerado la desigualdad. 

Una persona sin hogar, en Sevilla. FOTO: JOSÉ MANUEL ESPIGARES GARCÍA

Aunque el precio de la vivienda bajó incluso más de lo que descendieron los salarios, la subida anterior a 2008 fue de tal magnitud que todavía cuesta mucho a los bolsillos de la ciudadanía, sobre todo de la más empobrecida. 

Para las familias más pobres, que son quienes más han sufrido la crisis, el dinero destinado a pagar el techo alcanza menos que antes de 2008. Ha aumentado el porcentaje de los ingresos propios que deben dedicar a pagar la vivienda, ya sea de compra o alquiler, lo que hace que estén en riesgo de no poder pagar y, por tanto, de que les desahucien. 

Son datos del informe Una mirada general sobre la exclusión de vivienda en Europa en 2015, publicado recientemente por la Fundación Abbé Pierre y FEANTSA (European Federation of National Organisations Working with the Homeless).

 

DESIGUALDAD

“Parece que la vivienda no es simplemente el reflejo de la desigualdad social, sino un acelerador de desigualdad y un indicador de la lenta adaptación a las necesidades sociales”, asegura el informe.

En la actualidad, una familia pobre española dedica el 40,1% de sus ingresos a sufragar la vivienda: esto es un 6,6% más de lo que pagaba en 2008. España es uno de los lugares de Europa donde el porcentaje ha crecido más. Ocupa el séptimo lugar, después de Grecia (16,6% más), Estonia (8,90%), Letonia e Irlanda (ambos con un aumento del 8,10%) —véase el gráfico.

Ha aumentado también la desigualdad entre la población en general. Para el conjunto de los españoles, el porcentaje de ingresos que dedican a la vivienda ha subido el 1,6%, frente al 6,6% del aumento de los pobres.

“En general, la proporción de ingresos destinados a vivienda es mucho más alta en los pobres que en el resto de la población de Europa (…); es un porcentaje que duplica el promedio general, 41% frente al 22%” (en España es del 40,1% ante el 19,5%), lo cual sugiere que hay en la vivienda margen de maniobra para reducir la desigualdad social. 

Los españoles no lo tienen tan mal si se comparan con otros. Los griegos pobres dedican el 71% de sus ingresos a pagar por el techo; los holandeses, el 49,4%; los daneses, el 60,6%, y los alemanes, el 50,1%. La diferencia con España —menos en Grecia— es que en todos esos países hay muchos menos pobres.

España —donde el 29% de las familias se encuentra en situación de pobreza— es según Eurostat el quinto país con más familias pobres de Europa, después de Grecia, Rumanía, Lituania y Bulgaria, en ese orden (se considera familia pobre a quienes ganan menos del 60% de los ingresos medios nacionales).

Las familias pobres sufren más las fluctuaciones del mercado inmobiliario. En cuanto a esto, el informe sitúa a España entre los tres países donde más ha aumentado la exposición de las familias pobres a las fluctuaciones del mercado inmobiliario, por detrás de Dinamarca y Francia (todos ellos países donde se han reducido las ayudas del Estado de bienestar).

Sin embargo, no es sólo la clase más pobre la que sufre la incertidumbre respecto del techo. Algunos países —España es el séptimo, por debajo de Grecia, Islandia, Dinamarca y Francia, entre otros— tienen un nivel muy alto de personas que piensan que deberán cambiar de domicilio en los próximos seis meses a causa del costo de su vivienda. En España esto le sucede al 7,10% de la población.

El documento se pregunta qué ha pasado en los países nórdicos, con grandes partidas para el Estado de bienestar, que han visto un enorme aumento de la desigualdad respecto al pago de la vivienda. Dinamarca, uno de los países donde esa desigualdad ha crecido más, endureció sus políticas sociales, con una liberalización más fuerte y una reducción de sus instrumentos de protección social.

 

LA IMPORTANCIA DEL GÉNERO

Las mujeres son, en general, quienes están más expuestas a las dificultades con respecto a la vivienda, en tanto que perciben un 25% menos de dinero que los hombres, aunque son una parte muy pequeña de quienes terminan finalmente viviendo en la calle.

La austeridad ha hecho crecer la desigualdad en Dinamarca

Los griegos pobres dedican el 71% de sus ingresos a la vivienda

El otro sector más afectado por la falta de acceso a la vivienda es el de las personas jóvenes, sin hijos. Sucede en toda Europa. “Con la excepción de Bélgica y Austria, la gente joven está sobreexpuesta a sufrir graves privaciones, particularmente en los países del tradicional Estado de bienestar y en los países más golpeados por la crisis, que experimentan las medidas de austeridad más drásticas. La cifra de la juventud que sufre estos problemas se ha incrementado terriblemente en Letonia, por ejemplo, que ha llevado a cabo un recorte presupuestario público del 15% de su PIB y donde los salarios han bajado hasta el 80%, lo que hizo que el primer ministro, V. Dombrovskis, dijera: ‘No recomiendo a otros países sufrir semejante remedio’”. 

Las dificultades de pago para los pobres son menores en los países donde pueden permitirse ser dueños de sus casas, y están en zonas rurales, aunque sus condiciones de vida pueden ser muy difíciles, están lejos de oportunidades laborales, de transporte público, y hay un alto porcentaje de pobreza. Los países en los que la sobrepoblación en ciudades es mayor sufren mayores dificultades con el acceso a la vivienda. Los países que entraron en  la Unión Europea más tarde, los países del Este —especialmente Rumanía—, son los que más han padecido la sobrepoblación, lo que el documento achaca a una falta de estrategia en el apoyo de la Unión Europea a los nuevos miembros.

 

PROGRAMA EJEMPLAR

El ejemplo finlandés

El documento de FEANTSA destaca la experiencia positiva de Finlandia a la hora de prevenir la situación de sinhogarismo. El país nórdico llevó a cabo los proyectos llamados Paavo I y Paavo II, con los que lograron sacar de la calle desde 2008 a 1.200 personas, y estimaron que habían evitado que otras 200 personas cayeran en esta situación.  

El programa consistió en una serie de medidas coordinadas entre el gobierno central y las municipalidades, con 300 millones de euros del presupuesto público. Se construyeron 2.500 unidades de viviendas y se contrató a un extra de 350 trabajadores sociales. 

El programa es mucho más amplio e incluye todo lo relacionado con la prevención. Solo entre 2012-2013, 16.000 personas tuvieron alguna ayuda con la vivienda, y 280 desahucios fueron cancelados, gracias al apoyo estatal.

“Los servicios de apoyo representan también una importante medida para la integración social”, explican desde FEANTSA. “Estos servicios, que están destinados a personas con vivienda, permite hacer conexiones con otras políticas de servicios sociales, y también da a los usuarios otros apoyos indispensables (psiquiátricos, de salud, etc).

Esto permite asegurar la vivienda por un período más largo. Los estudios comparados con otros países (Estados Unidos, Suecia, Reino Unido) muestran que ese apoyo es un método apropiado”.