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Sin empleo no hay recuperación que valga

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Mayo 2015 / 25

La economía española ha retomado la senda del crecimiento, pero la mejoría aún no beneficia a todos los ciudadanos por igual.

España parece haber tocado fondo tras atravesar la peor crisis desde la Guerra Civil. Los datos macroeconómicos así lo atestiguan: crece el PIB, baja el paro y aumentan el consumo y las exportaciones. ¿Estamos -esta vez sí- ante la ansiada recuperación? ¿Volveremos pronto a disfrutar del bienestar perdido en siete años de crisis? La respuesta a esas cuestiones solo podrá ser afirmativa si se cumple una condición: que la economía sea capaz de crear empleo de calidad, y eso no está tan claro.

El Banco de España calcula que el PIB aumentó un 2,5% en tasa interanual en el primer trimestre, su ritmo más alto desde 2007, y pronostica que crecerá un 2,8% este año y un 2,7% en 2016. Las previsiones del organismo supervisor apuntan también a un crecimiento del empleo del 2,7% este año y del 2,6% en 2016.

En una intervención reciente, el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, manifestó que los últimos datos de que dispone la entidad supervisora “confirman el impulso y el vigor de nuestra recuperación económica”. Ello se debe, según él, a varios factores:

- La mejora del entorno exterior; es decir, de la economía mundial.

- La bajada de los precios del petróleo, que deja más dinero en el bolsillo del consumidor y supone un menor coste energético para las empresas.

- Las medidas de política monetaria adoptadas recientemente por el Banco Central Europeo (BCE), entre ellas la compra de activos.

- El descenso de la carga tributaria tras la reforma fiscal que entró en vigor en enero.

Hasta aquí las buenas noticias. ¿Cuáles son las malas?

La primera es que la tasa de paro no bajará del 20% de la población activa hasta el año 2017, según las propias previsiones del Banco de España. El índice de desempleo –problema crónico de la economía española desde la restauración de la democracia- es el más alto de la zona euro después de Grecia (cerró 2014 en el 23,4% de la población activa). Por ahora, solo se han recuperado unos 450.000 de los más de 3 millones de empleos destruidos durante la crisis.

La tasa de paro no bajará del 20% hasta 2017

El 90% de los nuevos puestos de trabajo son temporales

La segunda mala noticia es que la calidad del empleo que se está creando es muy baja, como lo muestra el hecho de que el 90% de los nuevos puestos de trabajo son temporales. Y la tercera es que los parados de larga duración no van a tenerlo nada fácil a la hora de encontrar un empleo. Además, la reducción del número de desempleados y la creación de nuevos puestos de trabajo no han traído consigo una mejora de la protección de quienes continúan parados. El porcentaje de quienes no tienen ayuda o prestación alguna ha crecido. La tasa de cobertura (el porcentaje de personas apuntadas a las listas del paro que cobran algún tipo de subsidio) ha caído hasta el 55,7%, su nivel más bajo desde 2001.

Es lícito preguntarse si la recuperación está beneficiando a todos o solo a unos pocos. Amplias capas de la sociedad española no notan aún una mejoría en sus ingresos y todo indica que el aumento de las desigualdades causado por la crisis –el mayor de toda la UE- va a tardar en frenarse. Otra cuestión importante que cabe plantearse es si España corre el riesgo de repetir los errores del pasado, apoyando su crecimiento económico en tan solo unos cuantos sectores como el turismo y la construcción. Ya hay señales que apuntan en esa dirección.

En un año plagado de elecciones, vamos a oír la palabra recuperación una y otra vez en boca del Gobierno y los candidatos del Partido Popular. Parece algo pronto para cantar victoria. La Gran Recesión, iniciada en 2008, provocó una caída del 7,5% del PIB español. El FMI calcula que España no recuperará todo el terreno perdido hasta 2017 y avisa de que la economía podría sufrir entonces un frenazo. Como dijo el propio economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Olivier Blanchard, en una entrevista con El País, “la recuperación de España no puede considerarse aún una historia de éxito”.