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La escasa competencia en el sector eléctrico

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Febrero 2014 / 11

Profesor de Economía de la UAB

Una excesiva concentración en el mercado explica los problemas que encontramos en el mercado energético. Pero no es el único factor: el marco normativo, que dificulta la competencia, también contribuye a que los precios se sitúen por las nubes.

ILUSTRACIÓN: DARÍO ADANTI

Dentro del actual debate sobre el deficiente funcionamiento del sector eléctrico en España ha causado un cierto revuelo la afirmación por parte de Joaquín Almunia, comisario europeo de Competencia, de que dicho sector funciona como un oligopolio. Sin embargo, la sorpresa ante esta constatación no está del todo justificada: ni es ilegal que en un mercado exista un número escaso de oferentes (pues eso es lo que define un oligopolio: que haya pocos vendedores), ni el sector eléctrico es el único en el que se produce esta situación. De hecho, lo más habitual en cualquier mercado es que el número de empresas que operan en el mismo no sea ni exactamente una (lo que constituiría un monopolio) ni un número tan elevado que permita identificarlo con el caso de competencia “perfecta”. Lo normal en la gran mayoría de mercados es que haya “pocas” (o “algunas”) empresas y, por lo tanto, que sean oligopolios; la cuestión relevante es cómo funciona ese oligopolio.

En el año 2012, la oferta conjunta de las cuatro mayores empresas (Endesa, Iberdrola, Gas Natural Fenosa y el grupo EGL) supuso el 63% de la generación de electricidad. Se trata, por lo tanto, de un mercado con un grado de concentración relativamente alto. Pero para entender que este dato no es el único que importa podemos comparar al sector eléctrico con el transporte aéreo, donde el grado de concentración es aún más elevado. En 2013, la cuota de mercado conjunta en el mercado interior de las tres compañías más relevantes (las que forman o sirven al grupo IAG, más Ryanair y Air Europa) alcanzó el 88%. Sin embargo, a pesar de que una situación similar se ha producido cada año, los precios que pagan los usarios del avión han descendido de forma notable desde que el mercado se liberalizó a principios de los años noventa. En cualquier ruta en la que operen únicamente dos de dichas empresas se observan precios muy próximos a los costes de operación del servicio. ¿Por qué no ocurre algo parecido con la electricidad?

 

DIFERENCIAS CON LOS AVIONES 

La explicación de fondo se encuentra en las posibilidades técnicas para que se produzca la entrada y salida de empresas en cada caso, pero también en sus respectivos marcos regulatorios. En el transporte aéreo, las barreras legales al desarrollo de la competencia son muy reducidas, mientras que en el caso del sector eléctrico el contexto legal favorece que la estructura oligopolística dé lugar a precios que se encuentran entre los más altos de Europa.

Si para los consumidores de electricidad fuera tan fácil como lo es para los viajeros en avión cambiar de empresa suministradora, y la entrada de nuevas empresas en el negocio de generación de electricidad fuera tan sencilla como es la apertura de un nuevo destino para una compañía aérea, el funcionamiento del mercado eléctrico sería muy diferente.

Sin embargo, este sector contiene un gran número de regulaciones y de condicionantes técnicos que dificultan el desarrollo de la competencia en el mismo, y donde el hecho de que haya pocas empresas oferentes es una restricción relevante.

La oferta de las cuatro mayores empresas supone el 63% de generación eléctrica

En el sector aéreo, las tres líderes suman el 88% de viajes, pero los precios sí han bajado

El resto de este artículo desarrolla este argumento con ejemplos de interrelación entre el marco regulatorio y la estructura oligopolística, siguiendo el informe al Anteproyecto de Ley del Sector Eléctrico que el pasado septiembre realizó la Comisión Nacional de la Competencia (CNC). Este informe fue publicado poco antes de que la CNC fuera convertida en la nueva Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

 

OFERTA MODULADA

Un primer ejemplo lo constituye la capacidad de las empresas generadoras de aprovechar las restricciones técnicas inherentes a la red de transporte y a la necesidad de casar oferta y demanda en todo momento. Ello les permite modular su oferta en determinados puntos y horarios, y obtener rendimientos adicionales. Estas actividades, que según un expediente de la CNC fueron prácticas habituales al menos entre 2004 y 2008, son más fáciles de llevar a cabo cuando el número de rivales es escaso que cuando la oferta se encuentra atomizada entre numerosas empresas que compiten.

Una característica importante de las mayores empresas eléctricas españolas es su integración vertical, dado que las mismas entidades generadoras actúan como comercializadoras y distribuidoras de electricidad. A pesar de la separación jurídica, funcional y contable entre estas actividades, la integración les permite aprovechar la información disponible en distintas etapas para fidelizar al cliente, dificultando el cambio de suministrador. De nuevo, el hecho de que el número de empresas sea bajo facilita el mantenimiento de estas prácticas.

Un tercer aspecto se deriva de los costes de transición a la competencia (CTC) que fueron reconocidos a las empresas que operaban antes de la liberalización de 1996, lo cual les permitió ser compensadas bajo el argumento de que el desarrollo de la competencia iba a ser perjudicial para ellas. Sin embargo, esta compensación tuvo el efecto de contribuir a limitar la entrada en el mercado de nuevos rivales, ya que al no tener estos derecho a cobrar CTC se encontraban en una situación de inferioridad frente a las empresas ya establecidas para, por ejemplo, hacer frente a una posible guerra de precios. La restricción a la entrada que supusieron los CTC en los primeros años de la liberalización se ha convertido en una característica estructural de nuestro mercado eléctrico.

 

DÉFICIT TARIFARIO

Finalmente, un problema adicional lo constituye el déficit tarifario. Este se generó inicialmente por la diferencia entre los precios de un mercado mayorista en el que operaban las pocas empresas generadoras y unas tarifas reguladas que se mantuvieron artificialmente bajas. Tal como ha reconocido la Comisión Europea en su evaluación del Programa Nacional de Reformas en 2012, el insuficiente grado de competencia en el sector eléctrico también ha contribuido a dicho déficit, al compensar de forma excesiva algunas infraestructuras ya amortizadas, tales como centrales nucleares y grandes centrales hidroeléctricas.

La compensación por la competencia (CTC) limitó la entrada de nuevos rivales

Expertos proponen subastas para la electricidad de centrales ya amortizadas

A este respecto, la CNC y expertas en el sector, como Natalia Fabra, han propuesto una reforma que permitiría aumentar la competencia en el sector: dado que estas centrales, ya amortizadas, obtienen ingresos claramente superiores a sus costes sin que ninguna otra empresa pueda reproducir su modelo de negocio (no se pueden construir nuevas nucleares, y los mejores saltos de agua ya están explotados), tendría sentido asignar la electricidad generada en ellas mediante, por ejemplo, un sistema de subastas. Evidentemente, habría que diseñar dichas subastas de forma correcta, cosa que no siempre es sencilla, pero de esta forma se podría aumentar el número de oferentes en el mercado y se generarían recursos que podrían servir para paliar, en parte, el déficit tarifario.

No es, por lo tanto, la estructura oligopolística del mercado eléctrico la causa única de los elevados precios que se observan en él, puesto que a ello contribuye también un marco regulatorio que dificulta el desarrollo de la competencia.

 
PARA SABER MÁS
 
Comisión Nacional de la Competencia, Informe sobre el Anteproyecto de Ley del Sector Eléctrico, 2013. [disponible en http://tinyurl.com/CNCsobreALSE]
 
Evaluación del Programa Nacional de Reformas y del Programa de Estabilidad de España para 2012, que acompaña al documento “Recomendación del Consejo relativa al Programa Nacional de Reformas de 2012 de España”. {COM(2012) 310 final}. [disponible en http://tinyurl.com/ofnm5a9]
 
Natalia Fabra, Regulación y competencia en el sector eléctrico español, en Autoritat Catalana de la Competència, Regulación y competencia: en busca de efectos no deseados, 2012, pags. 143-148. [disponible en http://tinyurl.com/libroACCO]