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‘Hackers’ contra el 1%

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Septiembre 2016 / 39

La serie Mr. Robot es un duro alegato contra los abusos de las corporaciones y  el aumento de las desigualdades. 

Elliot Alderson (interpretado por Rami Malek), protagonista de Mr. Robot.

El creciente peso del sector financiero en la economía y el aumento de las desigualdades son fenómenos nacidos a finales del siglo pasado que siguen haciendo estragos en el presente. Los excesos cometidos por el capitalismo de casino desembocaron en la crisis de 2008 y han contribuido a ensanchar la brecha entre ricos y pobres en buena parte de los países occidentales. En EE UU, por ejemplo, el 1% de la población maneja el 40% de la riqueza nacional. Es el 99% restante el que ha sufrido en sus propias carnes, en mayor o menor medida, las peores consecuencias del desastre.

Este es el  telón de fondo de Mr. Robot, una serie de televisión estrenada hace un año en EE UU y cuyo éxito —especialmente entre la crítica— ha sorprendido a sus propios creadores. Ambientada en el Nueva York actual, Mr. Robot es un trepidante thriller cibernético con toques de ciencia-ficción que aborda asuntos tan diversos como la voracidad de las grandes corporaciones, el uso de la tecnología para invadir la vida privada, el tratamiento de las enfermedades mentales y el deterioro de una sociedad desestructurada, egoísta y violenta. Se trata de un trabajo valiente, innovador, entretenido y oscuro al mismo tiempo. Sólo unas esporádicas pinceladas de ironía alivian un visionado que en ocasiones puede resultar sobrecogedor y hasta agobiante. 

Rami Malek, conocido por sus  papeles en la trilogía cinematográfica Noche en el museo y la serie bélica The Pacific, da vida al protagonista, Elliot Alderson, un genio de la informática que es reclutado por un comando de hacktivistas llamado fsociety. Desde una sala recreativa abandonada del parque de atracciones de Coney Island y capitaneado por un enigmático anarquista llamado Mr. Robot (Christian Slater), el grupo conspira para lanzar un ataque informático contra ECorp (o EvilCorp, la corporación perversa), una empresa dirigida por ejecutivos sin escrúpulos que ejerce una posición dominante en los sectores inmobiliario, energético y bancario. El objetivo de fsociety es provocar la quiebra de la corporación eliminando de sus archivos  las deudas de todos sus clientes y sembrar después el pánico en los mercados financieros. 

Las reivindicaciones y el modus operandi del grupo recuerdan a las de movimientos como Ano-nymous, Occupy Wall Street o el propio 15-M español. El creador de la serie, Sam Esmail (de origen egipcio, como el propio Rami Malek), afirma haberse inspirado en las revueltas populares de la Primavera Árabe. 

El tono y el estilo de la serie también evocan obras maestras del cómic como Watchmen  o V de Vendetta y clásicos del cine como Taxi Driver o Blade Runner. En el lado más ligero, tampoco faltan guiños a series televisivas de los noventa como Seinfeld o ALF

Esmail —autor de los guiones y director de todos los episodios de la segunda temporada— juega constantemente con un espectador que no sabe si lo que ve es realidad o fruto de los delirios del protagonista, un joven emocionalmente frágil y adicto a las drogas con un particular sentido de la justicia y en lucha constante por conservar la cordura. 

Producida por USA Network, Mr. Robot ganó el Globo de Oro a la mejor serie dramática el año pasado y es candidata en seis categorías de los premios Emmy, que se entregarán el 18 de septiembre. Ya se han emitido dos temporadas, y la productora ha confirmado que habrá una tercera en 2017. Aunque no fue concebido como un producto para todos los públicos, Mr. Robot ha encontrado fieles seguidores por su enorme creatividad y su visión crítica de los abusos del capitalismo, el consumo desaforado y los valores americanos tradicionales.