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China, Sudáfrica y América Latina / La China corrupta de Chen Cao

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Julio 2014 / 16

A los que nos gusta viajar por el mundo a través de la novela negrocriminal, lo teníamos difícil con ese mundo en sí mismo que es la República Popular China. Cada día más, los chinos ocupaban espacio de nuestra vida cotidiana y no sabíamos nada de la parte oscura de la sociedad china.

Nunca agradeceremos de modo suficiente a Nicole Cantó, editora de la colección Tapa Negra, que gracias a su olfato francés, nos descubriera a Qiu Xiaolong y su inspector jefe Chen Cao. Uno de los primeros hallazgos: situarlo en Shanghai, es decir Milán, la capital económica, y no en Beijing (Pekín para los que todavía decimos Mao Tse Tung); es decir Roma, la capital del poder político.

 

Hacia el capitalismo de Estado

Muerte de una heroína roja, publicada en 2006, comenzaba a hablarnos de una sociedad china que está dejando atrás el período comunista para entrar a todo gas en el capitalismo. Son los años noventa y todavía los millonarios tienen número en la prensa. El millonario número 1, etc…, pero los hijos de los cuadros políticos (la sombra del Partido es siempre alargada y amplia) disponen no solo de riquezas, sino de la prepotencia que da el sentirse inmunes.

Frente a ellos, gente honesta como el inspector jefe Chen Cao y su pequeño equipo: un inspector joven, licenciado en literatura occidental, que quería ser poeta y terminó como policía, y que para no oxidar su inglés traduce novela policíaca, por ejemplo a Ruth Rendell.

Le seguiremos en su denuncia de las “ratas rojas”, los funcionarios del partido corruptos, en su denuncia de cómo el crecimiento incontrolado a la busca de beneficios convierte un hermoso lago en una cloaca, de la transformación de Shanghai no por la racionalidad, sino por la especulación.
No viaje a China, lea a Qiu Xiaolong. Conocerá mejor su realidad.

ILUSTRACIÓN: PERICO PASTOR