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Septiembre 2014 / 17

Miembro de la Confederación Estatal de Profesores de Economía en Secundaria (CEAPES )

Las asignaturas económicas, útiles para la futura vida diaria, han tenido presencia marginal en la secundaria

APRENDER La economía y las finanzas han sido las grandes olvidadas en la escuela. FOTOGRAFÍA: ANDREA BOSCH

Imaginemos por un momento que nos invitan a jugar una partida de cartas, pero con la particularidad de que no sabemos las reglas, de que nos enfrentamos a jugadores expertos y que las decisiones que vayamos tomando nos pueden costar dinero. Seguramente haríamos nuestra la expresión de que si miras alrededor y no ves un pardillo, el pardillo eres tú.

En el terreno de la economía, podemos encontrarnos con situaciones similares de indefensión y desconocimiento; recordemos la primera vez que abrimos una cuenta corriente, cumplimentamos el IRPF, solicitamos el préstamo hipotecario de nuestra casa... y no digamos quienes han emprendido la aventura de crear una empresa. Cabría pensar que nuestra sociedad debería velar por que sus ciudadanos tengan capacidad para tomar decisiones responsables y no arrojarlos a un mundo ininteligible con la única herramienta del método de prueba y error.

En este sentido, nuestro sistema educativo no ha ofrecido hasta ahora soluciones adecuadas a nuestros jóvenes, ya que la presencia de la economía es casi marginal. Si hablamos del período democrático, hay que remontarse hasta 1990, con la Ley Orgánica General del Sistema Educativo (LOGSE), para poder encontrar asignaturas con contenido económico en la educación secundaria, pero limitadas a dos asignaturas de modalidad para los alumnos que optaran por el Bachillerato de Humanidades y Ciencias Sociales. Por desgracia, se perdió la oportunidad de incluir, al menos, una asignatura de carácter económico obligatoria para todos los alumnos en la Educación Secundaria Obligatoria (ESO).

Veinticuatro años más tarde, ninguna de las posteriores reformas y leyes educativas fueron capaces de solventar el error y seguimos en el punto de partida, con las asignaturas Economía y Economía de la empresa en el Bachillerato y, en casos excepcionales, alguna asignatura optativa minoritaria en la ESO (Miniempresas, Iniciación Profesional a la Administración) o en el Bachillerato (Fundamentos de Administración y Gestión).

Resulta paradójico que contemos con unas asignaturas atractivas para los alumnos, conectadas con la realidad, con amplia presencia en los estudios superiores, sin duda útiles en su futura vida diaria y profesional, pero que solo se permita su acceso a una minoría de alumnos al limitarla a una modalidad de Bachillerato.

En la UE, la economía no es obligatoria en España, Portugal ni Italia

Tampoco ayuda mirar al resto de países de nuestro entorno y comprobar que estamos en el furgón de cola en cuanto a la presencia de la economía en la educación preuniversitaria. A partir del informe sobre Educación Financiera realizado por los profesores Joan Sala Grau y Carles Batlle García dentro del Estudio sobre Sistemas Educativos en la UE, podemos observar cómo en la mayoría de estos países existen materias de contenido económico en la educación obligatoria y solo hay tres —España, Italia y Portugal— en los que no. Quizá se puedan entender mejor los resultados del último informe PISA, en el que se medía por primera vez la competencia financiera y en la que España ha obtenido un rotundo fracaso, por debajo de los obtenidos en las competencias matemáticas, científicas o de lectura, tradicionalmente bajos.

La nueva Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) puede mejorar significativamente la situación. Por primera vez se introducen nuevas asignaturas en la educación obligatoria: Iniciación a la actividad emprendedora y empresarial, en el primer ciclo de la ESO, y Economía o Iniciación a la actividad emprendedora y empresarial, en cuarto de la ESO, según el itinerario (enseñanzas académicas o aplicadas) que el alumno escoja. El alumno que curse estas asignaturas podrá tener conocimientos básicos de economía general, educación financiera y emprendimiento.

En la Confederación Estatal de Asociaciones de Profesores de Economía en Secundaria (CEAPES) creemos que es un paso en la buena dirección, aunque hubiera sido deseable que estas materias fueran obligatorias y que se trasladasen al resto de modalidades del Bachillerato. Esperemos que estas nuevas asignaturas cuenten con una carga horaria adecuada, que se garantice a los alumnos su elección en igualdad de condiciones con el resto de asignaturas y que su impartición quede en manos de los licenciados o graduados en Economía y empresa, que ya cuentan con su especialidad propia en Secundaria.