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Atrapados en la gran ratonera de las preferentes

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Marzo 2013 / 1
Foto artículo: Atrapados en la gran ratonera de las preferentes

700.000 ahorradores han sido cazados en un engaño masivo de productos tóxicos de la banca

Desde hace más de un año, miles de personas, en su mayoría de avanzada edad, salen periódicamente a la calle para expresar su indignación por el mayor engaño financiero ocurrido en este país. Son las víctimas de la trampa de las participaciones preferentes, que ha acabado con la paz de 700.000 ahorradores. Algunos han perdido hasta un 90% de sus ahorros. Otros los tienen bloqueados. El momento más cruel de esta historia de artimañas se produjo a partir de 2007, cuando las entidades financieras empezaron a colocar estos productos a los pequeños ahorradores, después de que los grandes inversores se las quitaran de encima por considerarlas poco seguras.

MALESTAR: Imagen de una de las concentraciones recurrentes de afectados por la inversión en participaciones preferentes. FOTO: Edu Bayer

Las participaciones preferentes son productos sofisticados que los bancos y cajas han usado para reforzar su capital de manera barata y ventajosa. Muchos inversores adquirieron las preferentes sin leer los contratos, confiando en la palabra de las entidades, que les prometieron que su dinero estaba tan seguro como un depósito, que tiene garantía del Estado hasta 100.000 euros. Con la crisis descubrieron que no tenían un depósito sino un producto complejo, llamado también “híbrido”, del que no podían disponer. Las preferentes, además, son muy desfavorables para el inversor: si la acción del banco sube, no se benefician del aumento; pero si baja, sí que pierde valor.  

Oscar Serrano, abogado del Col.lectiu Ronda, que ha presentado más de 500 demandas, explica: “La cuestión es que se ha convertido a los ahorradores en accionistas o especuladores sin ninguna preparación”. 

El engaño ha sido masivo. En algunas ciudades como Mataró (Barcelona), los afectados superan el 10% de la población. “El Banco de España dejó hacer a sus amigos banqueritos y así estamos nosotros”, grita un enfadado jubilado en una de las reuniones de la asociación de usuarios ADICAE. El conflicto ha obligado a trasladar a muchos empleados a otras oficinas para evitar tensiones.

Con las preferentes, los bancos y cajas llegaron a captar más de 32.000 millones de euros, que en los años buenos permitieron un crecimiento artificial de su capital necesario para respaldar su enloquecida expansión del crédito y la burbuja inmobiliaria. Luego, en las vacas flacas, han servido para reducir el coste del rescate bancario.  

FOTO: Edu Bayer

“Las preferentes han sido una estafa”, clama Joan Coscubiela, diputado en el Congreso de los Diputados por la Izquierda Plural. En su opinión, “han sido la primera fórmula de rescate que utilizó el sistema financiero para tapar el agujero generado por la burbuja inmobiliaria”. En el Congreso, el diputado por UPyD y catedrático de Economía Aplicada, Álvaro Anchuelo, había manifestado que “las cajas, antes del rescate europeo, tuvieron un primer rescate a costa de los jubilados y de los clientes de sus sucursales.

 Los bancos habían prometido a los inversores que su dinero siempre podría estar disponible vendiendo las preferentes en los mercados AIAF (mercado para la renta fija privada) y SEND (Sistema Electrónico de Negociación de Deuda). Son mercados que controlan los propios bancos y cajas.

Mientras la economía fue bien, no hubo dificultades para vender estos títulos a nuevos compradores. Pero cuando estalló la crisis financiera, el embrollo quedó al descubierto. “A partir del segundo semestre de 2007, las preferentes dejaron de tener liquidez en los mercados de  mayoristas de los grandes inversores”, señala el abogado Ricardo Torres, presidente de la asociación de afectados Apacbank. “Entonces”, explica, “los bancos las recolocaron a las señoras Marías, con todo el respeto para estas señoras, y aquí empezaron los problemas”. El abogado Óscar Serrano asegura que “entre los perjudicados he visto de todo”. Y apostilla: “Gente muy mayor, analfabetos, sordos o deficientes mentales, personas completamente incapaces para realizar estas operaciones”.

Saltarse la ley en paraísos fiscales

Según la Autoridad Bancaria Europea (ABE), a finales de 2010 el volumen total de preferentes ascendía a 32.799 millones de euros. Fuentes de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) cifran en 29.713 millones de euros las preferentes en manos de minoristas en mayo de 2011. Hoy figuran emisiones de preferentes en los mercados AIAF y SEND por valor de 19.155 millones. Muchas de las participaciones preferentes de estas emisiones han sido ya canjeadas, pero en algunos casos no lo han sido al 100% (cuando el canje es total, la emisión se cancela, pero mientras dure, la emisión aún figura en curso). En todo caso, el saldo en manos de pequeños ahorradores asciende a 5.273 millones. (Ver cuadros ). 

La historia de las preferentes arranca de un imperdonable pecado original: los paraísos fiscales. Hasta 2003 no fueron legalizadas en España, pero entre 1997 y 2002, un total de seis cajas y nueve bancos ya habían comercializado 15.104 millones de euros en preferentes a través de sus filiales en Islas Caimán y Gibraltar, según el informe del fiscal Anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo. El fiscal alertó de las  ventajas fiscales obtenidas por los bancos mediante “la retorsión de las normas tributarias”. Y constató que “se trataba de una práctica conocida, consentida y avalada tanto por el Banco de España, como por la CNMV como por el Ministerio de Hacienda”. Villarejo calificó entonces las preferentes de “una práctica irregular y lesiva para el Tesoro Público”. El caso fue archivado por vacío legal y el fiscal consideró “urgente que se adopten medidas legislativas” para su regulación para “profundizar en un sistema impositivo justo”. Cuatro meses, después Villarejo fue cesado. Ahora recuerda que “casi todas las entidades financieras y un inmenso número de inversores estaban implicados, lo que hacía imposible su persecución penal”. En 2003 el Ejecutivo de José María Aznar respondió a la petición de la fiscalía legalizando las preferentes, lo que facilitó aún más su colocación entre los pequeños ahorradores. 

Los bancos infringen la ley europea

NCG Banco es condenado a pagar 7.560 euros,  porque el cliente “no fue informado de forma directa y comprensible”. Otro fallo judicial precisa que  “las entidades son las que diseñan los productos y por ello, deben realizar un esfuerzo adicional tanto mayor cuanto menor sea el nivel de formación financiera del cliente”.

En 2004, la Unión Europea aprobó la directiva sobre Mercados e Instrumentos Financieros (conocida como MIFID por sus siglas en inglés) que establece una serie de normas para proteger a los ahorradores. La directiva, traspuesta en España en 2007 y 2008, obligaba a los bancos a realizar unos tests de idoneidad y de conveniencia a los inversores de estos productos para verificar si tenían conocimientos financieros. Los bancos se han saltado mayoritariamente estas leyes como revela un alud de sentencias condenatorias. Así, por ejemplo, un juzgado de Santoña obliga al Santander a devolver 100.000 euros a un jubilado por haberle proporcionado información “sesgada, inadecuada e incompleta”. La Caja Cantabria ha sido condenada a pagar 30.000 euros a una anciana con Alzheimer.

En su Memoria de 2008, la CNMV indica que las ventas de obligaciones subordinadas y participaciones preferentes “se ha visto incrementada de forma significativa en los últimos meses del año”. Añade que “una parte importante de las emisiones estuvieron dirigidas exclusivamente a los inversores minoristas”. Y advierte que “ello podría generar conflictos de intereses, ya que en este caso una misma entidad desempeña el papel de emisor y colocador a través de su red”. En 2009 y 2010 la CNMV reiteró a las asociaciones de bancos y cajas que advirtieran a sus clientes de “los riesgos” de estos productos. 

Julio Segura, que presidió la CNMV hasta el pasado octubre, dejó  “siete expedientes abiertos y otros diez en las conducciones”. El ex presidente señala que “la CNMV investigó las preferentes y encontró irregularidades en el 80% de los casos, que pueden acabar o no en expediente”. Segura precisa que las emisiones de preferentes se dispararon en 2008 “cuando el Banco de España decidió que podían computarse como Tier 1 (capital básico) de los bancos y dos años después la ABE les quitó esta calificación”.

La oficina del Defensor del Pueblo ha solicitado a la CNMV que “especificase las entidades bancarias que habían actuado incorrectamente” con estos productos. Petición que ha sido rechazada aduciendo la “confidencialidad” de estas informaciones. Para la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, “el control preventivo de la CNMV ha resultado ineficaz”. Pide que se otorguen a la Comisión más competencias y “una aclaración” de los supuestos que permitan la suspensión de su comercialización.


Ante la magnitud de protestas y demandas el Gobierno ha rectificado y admitido que en los casos de mala comercialización los ahorradores recuperarán el 100% de sus inversiones a través de arbitrajes. Pero esta solución ha sido ampliamente rechazada porque sólo incluye a una pequeña parte de los afectados. Bruselas ha exigido, y el Gobierno ha asumido, que en tres de las cuatro entidades nacionalizadas (Bankia, NCG Banco y Catalunya Banc) el valor recuperable de las preferentes oscilará entre un mínimo del 30% y un máximo del 70%”. En la cuarta entidad pública, el Banco de Valencia, las pérdidas serán del 90%.

Algunas entidades como Santander y BBVA han cambiado las preferentes por bonos convertibles en acciones. En el caso de la Caixa, la conversión se ha hecho en un 70% por deuda subordinada a diez años al 4% y el 30% restante en obligaciones convertibles en acciones. Con estos intercambios la banca ha captado más de 344.000 accionistas forzosos, que en algunos casos tendrán un peso relevante en las juntas que a partir de ahora tendrán un clima más reivindicativo. 

JAUME FONT, 71 AÑOS

 

“MI CONFIANZA ERA TOTAL. NI PREGUNTÉ"

Jaume Font, de 71 años, se enorgullece de haber puesto las puertas y ventanas de las oficinas de Caixa Laietana, engullida por Bankia. Nació en Mataró y siempre ha vivido en el feudo de la caja. A Font no le sorprendió que una empleada conocida le telefoneara para que le sacara partido a sus ahorros. ¿Un 4%? Era 2002. No recuerda que le hablaran de “preferentes”. Anotó en un papel “si lo necesito, en tres días lo puedo recuperar”. Pasó a firmar. “Mi confianza era total. Ni pregunté”. A su nombre colocaron 29.000 euros, y otros 28.000 de su mujer. En 2005, la misma empleada volvió a llamar. Quedaban 42.000 euros. Se lo colocaron en obligaciones subordinadas. Vencían en 2035. En 2012, Font encontró a su hija llorando. No podía pagar la hipoteca. Pensó que podría ayudarla “en tres días”. Respuesta sorpresa. Era una inversión “perpetua”. La caja le ofreció un cambio para recuperar el dinero en un año, en “acciones de Laietana” (Bankia). Entonces sí le hicieron un test. Salió no apto para productos de riesgo. Firmó un papel según el cual sabía lo que hacía. “El abogado dijo que si no, lo perdería todo”. Entonces cada acción valía 3,30 euros. Ahora no valen nada. Su caso queda fuera del pacto PP-PSOE sobre preferentes. 

 

MARIONA FERRER, 24 AÑOS

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"ERAN LA MITAD DE MIS AHORROS"

Mariona Ferrer, una joven e inquieta periodista de Girona con empleo fijo desde hace dos años, recuerda pocos veranos en los que no haya trabajado. Dio clases particulares a niños, perdió el miedo al micro en una radio local, se dedicó al catering, vendió entradas en la catedral de su ciudad… Huérfana de padre, su madre le metió en la cabeza el chip de ahorrar. A los 24, acumuló más de 8.000 euros. Su ilusión era, es, financiarse un máster. Invirtió el dinero. Fue su madre quien se informó en su oficina “de toda la vida” en Girona. En CatalunyaCaixa “le dieron a escoger entre un depósito con una rentabilidad baja o deuda subordinada, con un interés  del 4,55% TAE”, relata hoy en una cafetería.  En el papel que firmó en 2011, donde habían marcado con rotulador fosforito los intereses, apuntó: “Lo puedo sacar en 15 días”. No leyó el papel entero. La entidad dispone de un papel según el qual la periodista es una inversora arriesgada. “Eso yo no lo firmé. Parece como si hubieran copiado la firma de otro documento”. “Para mí esto es una estafa, pero uno se siente avergonzado y tonto, porque se ha dejado engañar”, confiesa. Sus más de 8.000 euros son hoy una cantidad “no valorada” y  están retenidos. El caso está en arbitraje.