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Consumidores contra el oligopolio

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Julio 2015 / 27

Unidos: El ciudadano pasa de la protesta a la acción con denuncias, grupos de consumo ‘verde’ y compras colectivas de instalaciones

Puedes comprar la energía que necesitas a quien te la venda, o unirte a otros consumidores para realizar una compra al por mayor que mejore el precio. También, formar un grupo que elija el origen de la energía que vaya a consumir. Y puestos a poder, ¿por qué no organizar una colecta y recaudar fondos para costear una planta o un aerogenerador que sea propiedad de la comunidad?... O hasta producir tú, en tu casa, la energía que uses.  

Pero si estás en esta órbita, la cosa se te ha puesto complicada. La mayoría de hogares no pueden autoabastecerse sin que el Gobierno les considere un empresario eléctrico más si no regalan al sistema eventuales excedentes que puedan producir por un exceso de sol. No pueden los más de 17 millones acogidos a la tarifa regulada —el Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC)—, cuya potencia contratada no supera los 10 kW. Ni tampoco los consumidores vulnerables con bono social, que consumen menos de 3 kW, o bien perciben pensiones mínimas, o son familias numerosas u hogares cuyos miembros estén en paro. Además, sobrevuelan nuevos trámites burocráticos, viertas o no excedente de tu electricidad a la red, más un recargo por la energía autoconsumida y otro por usar baterías que almacenen electricidad. 

 

Revuelta contra un Real Decreto

El nuevo panorama que dibuja el borrador del Real Decreto del Ministerio de Industria que regula el autoabastecimiento energético, y que se suma a la sonada supresión retroactiva de ayudas que cobraban los productores de energías limpias, ha calentado a los partidarios del consumo responsable. La revuelta por el impuesto al sol —aún no en vigor— se traduce en más de 186.000 firmas adheridas a través de la plataforma Avaaz para que el ministerio “retire de inmediato cualquier medida que añada nuevos gravámenes” sobre el autoconsumo y para que muestre que el país del sol opta por energía “descentralizada, sostenible y barata”.

Casi 200.000 personas firman en defensa del autoconsumo frente a los planes de Industria

En Catalunya se impulsa la compra conjunta de un aerogenerador

“El consumo es ya una herramienta para el cambio económico y social”, dice Asgeco

El trámite de audiencia pública de la norma ha sido aprovechada por numerosos colectivos, entidades sociales, asociaciones de consumidores y grupos ecologistas y de consumo verde para rebelarse, además, con un bombardeo de 35.000 alegaciones. A la movida se han sumado  ADICAE (usuarios de banca) o el movimiento projusticia económica global ATTAC. 

Ana Isabel Ceballo, presidenta de la Asociación General de Consumidores (Asgeco), subraya al respecto que “el consumo es ya una herramienta para la transformación económica y social”.  Esta asociación, que esgrime como valor añadido los valores cooperativos —tuvo como socia fundadora a la Unión de Cooperativas de Consumidores y Usuarios de España—, cuenta con 300.000 socios. “A través del consumo podemos decir: no nos gusta cómo se está organizando la sociedad”, añade Ceballo.

 

La escalada del recibo de la luz

Basta un breve buceo por Internet para concluir que el consumidor eléctrico, confundido con tanto cambio de reglas, es el más rebotado. En la Red se hierven iniciativas como la Plataforma Ciudadana para la Investigación Judicial del Sector Energético, cuyo propósito declarado es “denunciar ante todo tipo de tribunales las irregularidades de toda la normativa del sector eléctrico” y lograr “echar por tierra” 15 años de “esfuerzo y sacrificio para hacer frente a unos recibos de la luz que no han parado nunca de subir”.  Entre 2003 y 2014, el precio en España para un hogar medio ha subido el 103,66% (véase el gráfico), mientras que la subida ha sido del 124% para las industrias, según  Eurostat.

“Las organizaciones de consumidores hemos conseguido credibilidad para contrarrestar los discursos oficiales. Por ejemplo, si sale el Gobierno y quiere convencer al ciudadano de que ha descendido el precio de la luz, nadie le creería, incluso aunque fuera cierto, que no lo es en términos interanuales”, señala Rubén Sánchez en Facua, que, con 134.000 socios, es una de las organizaciones con mayor presencia pública en España junto a la OCU y ADICAE.

El último dato oficial disponible al cierre de esta edición sobre la tarifa de la luz en España corresponde a mayo pasado, cuando se produjo una bajada del 2% respecto de abril pero, en comparación con el mismo mes de mayo del año pasado, registró de nuevo una subida de entre el 2,4 y el 3,7%, según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), cuyos cálculos se basan en un hogar que tenga contratados 4,4 kW y un consumo anual de 3.000 kW/hora. 

Este julio, 15 meses después de su aprobación, ha entrado en vigor el nuevo sistema para calcular la tarifa eléctrica regulada, que obliga a la facturación por horas, según las oscilaciones en el precio que refleje la web de Red Eléctrica de España (REE). A menos que se contrate una tarifa plana, más estable, pero también más cara.

De ahí el mazazo que suponen las trabas al autoconsumo. “Autoabastecerse es una de las vías posibles para combatir la pobreza energética, pero la presión del lobby eléctrico es muy fuerte”, señala Judit Casas, desde la plataforma SomEnergia. “Se nos vendió que la liberalización del sector energético derivaría en mayor competencia y no ha sido así”, añade Sánchez, quien opina que “las plataformas tipo Change o Avaaz [ambas vehiculan peticiones a favor del autoabastecimiento energético], más allá de si logran el objetivo de sus campañas, dan visibilidad a los problemas y a las reivindicaciones, y pueden hacer que los gobiernos reaccionen, en un momento en que el consumidor tolera menos los abusos”. 

 

¿Sólo importa el precio?

El cebo que moviliza con mayor facilidad son los precios. De ahí el atractivo de las plataformas de compra colectiva de energía. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) organizó en 2013 una compra colectiva de energía. Las grandes eléctricas ni se asomaron por el lugar. Ganó una pequeña comercializadora de energía verde, Holaluz.com. El ahorro medio fue de 49 euros al año. Esta práctica se repitió en 2014 y entonces se presentaron y ganaron E.On (gas) y Gas Natural Fenosa (electricidad y oferta combinada). Los descuentos anuales también eran modestos (25 euros, 31 y 35 en las respectivas categorías). OCU convocó otra compra colectiva en carburantes, que ganó Cepsa (con una oferta que, de media, supone 106 euros menos en diesel y de 103,2 en gasolina 95), y también de telefonía, que ganó el operador Masmóvil (ahorro de 105 euros).

La luz ha seguido subiendo en el último año

Se crean más y más cooperativas de energía ‘verde’

“Las acciones colectivas van ganando presencia en los últimos tres años, y vemos consumidores particularmente activos en Dinamarca, Holanda y Reino Unido”, explica el director de Comunicación de la Asociación Europea de Consumidores BEUC, Johannes Kleis, convencido de que “los ciudadanos van tomando conciencia de la fuerza que tienen cuando se unen, sobre todo en iniciativas paneuropeas”.  Entre 2011 y 2014, han cambiado de compañía energética más de medio millón de europeos. 

La aparición, al calor de las redes sociales, de plataformas de compras conjuntas y descuentos en ámbitos muy variados —como Ahorro.net o LetsBonus— sugiere que el consumidor se está entrenando a sacar tajada de las alianzas para obtener descuentos, aunque las organizaciones de consumidores alertan sobre el tráfico de datos de los usuarios que se pueda derivar. También es el abuso en el coste lo que se pretende combatir con campañas paneuropeas como la orquestrada por BEUC contra el roaming que cobran las operadoras de telecomunicaciones por las llamadas cuando el usuario está fuera de su país, y que, contra el criterio del Parlamento Europeo, los gobiernos reunidos de la UE apuestan por mantener hasta 2017 o incluso 2018. Al cierre de junio, la cifra de firmantes rozaba los 113.000. 

Sin embargo, las tímidas bajadas —con el mercado como está, es difícil que vayan muy allá— al cambiar de eléctrica en España sugieren que  el precio no es lo único que mueve al consumidor. “Sí se persiguen servicios más baratos, pero las compras colectivas ayudan a cambiar el mercado”, opina Kleis.

“Hay que ir con cuidado para que las compras colectivas no acaben, según cómo engordando, al oligopolio”, alerta Ceballo, en alusión a la participación en compras a los grandes operadores. “Estos procesos son “un buen inicio en la medida en la que ayudan a concienciar, pero no son transformadoras en el modo de producir”, añade.

Otras iniciativas sí van más allá. Son las cooperativas de consumo de energía verde, que poco tienen que ver con las que surgieron a finales del siglo pasado en Asturias o Valencia para hacer frente a la escasez de agua o luz. El consumidor, movido por determinados valores, se convierte en prosumidor. Estas iniciativas van más allá que comercializadoras de energía verde como Gesternova u Holaluz. Al tratarse de cooperativas, no sólo suman fuerzas para consumir, sino que son participativas e implican a los socios en la producción de su propia electricidad. SomEnergia es un pequeño fenómeno que va creciendo, en busca de un espacio mayor para las renovables en el mix energético español. “Ha sido un goteo. Queríamos que fuera la experiencia del socio la que le llevara a convencer a otros socios”, apunta Judit Casas.  Cada vez tiene más réplicas: GoiEner en el País Vasco, Solabria en Cantabria, Zencer en Andalucía, Nosa Enerxía en Galicia, Megara Energía en Soria, Seneo Coop en Ontinyent (Valencia)... 

A diferencia de lo que ocurre con tantos inversores atraídos por la elevada rentabilidad de las primas de la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero, aquí no hay deuda que aplaste. Las instalaciones de que dispone Som Energia han sido sufragadas con las aportaciones de socios (100 euros por cabeza). Son 20.200 socios.

 

Socializar el sol

Som Energia Madrid y la empresa de renovables sin ánimo de lucro Ecooo (con 80 plantas) colaboran en otro experimento, bautizado como Recuperación solar. Se detectan instalaciones de inversores pillados que corren el riesgo de acabar en manos de los bancos, y se insta a la ciudadanía a adquirir participaciones de esas plantas, a partir de 100 euros por cabeza y a través de una comunidad de bienes, exenta de IVA. Un centenar de personas se han convertido en propietarios de plantas en Mejorada del Campo y Loeches (Comunidad de Madrid) y han ido a por una pieza mayor (con una potencia de 139.200 kW/h y 600.000 euros de coste) en Guadalajara.

Desde 2009, la pequeña empresa EOLPOP se constituyó con el fin exclusivo de comprar un aerogenerador Alstom de propiedad compartida en la comarca catalana de Anoia. La iniciativa Vivir del Cielo, que va avanzando, permitirá cubrir el consumo de 2.000 familias. Las aportaciones particulares son de 100 euros; de 250 si se trata de familias y de 500 en el caso de entidades.

¿Qué está pasando? A juicio de Carlos Fernández, profesor de la Sociología del Consumo de la UAM, es un cóctel de factores. “Influye la crisis, no por buscar precios bajos por supervivencia económica, sino por el cuestionamiento general de un modelo político, social, económico y medioambiental”. Fernández no suena muy optimista sobre el alcance de la minirrevolución. “Fruto de la cultura cívico-social del país tras la dictadura, somos una sociedad pasiva, y el ciudadano incluso desconoce ante quién reclamar”.

 

BATALLAS CIUDADANAS CONTRA LOS ABUSOS

Hay muchos proyectos en ciernes con los que los consumidores plantan cara a los gigantes de los sectores regulados. La mayoría se basan en la sentencia de Eduardo Galeano: “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”.  Por lo menos, consumir menos energía sucia. 

 

Crear cooperativas que consumen lo que producen

Som Energia tiene en funcionamiento seis proyectos de producción de energía (placas solares y biomasa) que cubren las necesidades de 360 familias y que han supuesto una inversión conjunta de 3,7 millones de euros. Gracias a las aportaciones de socios. Goiener, Zencer  o Solabria también impulsan la energía verde y  llegan a autoabastecerse. Som Conexió replica la experiencia en telefonía. 

 

Comprar instalaciones para la comunidad

El proyecto Vivir del Cielo, de la empresa EOLPOP, persigue la compra conjunta de un aerogenerador Alstom que produzca 2,7 MW, se instale en  Pujalt (Alta Anoia), por sus vientos bajos, y sea copropiedad de todos quienes realicen aportaciones (de 100, 250 o 500 €). Ecooo promueve en Madrid la recompra de instalaciones cuyos inversores quedaron pillados con la retirada de primas a las renovables. 

 

Dar la cara por el autoconsumo

Más de 185.000 personas han firmado su adhesión a una carta dirigida al Ministerio de Industria y cerca de 35.000 alegaciones han llovido electrónicamente sobre éste reclamando, a través de plataformas de peticiones (principalmente Avaaz), que, en el país del sol, el Gobierno se ponga “del lado del ciudadano” y no frene el autoconsumo.

Montar una compra colectiva

En España lo ha hecho la OCU con la electricidad, el gas, las telecomunicaciones y los carburantes. Casi un millón de consumidores participaron en estas iniciativas, aunque quienes pasaron al acto y cambiaron a las ganadoras (Holaluz, Gas Natural, E.ON, Masmóvil y Cepsa) fueron muchos menos. El ahorro anual, variable, no supera de media los 110 €.

 

La insuperable fuerza de la calle

La presión de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) contra los desahucios y las ejecuciones hipotecarias y la ejercida por distintas  plataformas en defensa de los afectados por las participaciones preferentes (como, entre otros, ADICAE, Estafabanca, ACOUGA, AdaBankia) han hecho reaccionar a la banca para  proteger su reputación, con ayuda  de los jueces.

 

Opinar con el bolsillo o campañas de boicoteo

Dejar de comprar productos es el último recurso. Según Cone Comm., en EE UU 4 de cada 10 consumidores han boicoteado a una empresa en el último año por razones sociales o medioambientales.  Vimos caída de ventas de Coca-Cola en Madrid tras la reestructuración de su embotelladora. Y llamadas a olvidar Samsung y Philips cuando cerraron sus fábricas.

Acabar este año con el ‘roaming’ telefónico

Más de 112.000 ciudadanos de la UE se han sumado a la protesta de la Asociación Europea de Consumidores vía la plataforma Change.org. Piden acabar este diciembre con el roaming que se carga a las llamadas al viajar a otro país, como pide el Europarlamento. Los gobiernos, por presión del sector, quieren esperar a 2018.

 

Compras colectivas de energía en Europa

Medio millón de personas han cambiado de compañía eléctrica a través de plataformas formadas por organizaciones de consumidores de nueve países de la UE de  2011 a 2014.