Te quedan 1 artículos gratuitos este mes.

Accede sin límites desde 55 €/año

Suscríbete  o  Inicia sesión

Un pedazo de tarta cada vez más pequeño

Comparte
Pertenece a la revista
Junio 2014 / 15

Industria. España es el tercer país de la UE que ha perdido más capacidad de producción.

La batalla por Altsom se desarrolla sobre un telón de fondo marcado por la desindustrialización de Europa, con la excepción de Alemania y de vecinos del Este como Bulgaria, Hungría, Polonia, Rumanía o Eslovaquia, convertidos en imán de inversiones en la década pasada.
España es uno de los países europeos en los que la industria ha perdido más gas. Sólo Grecia y Chipre han mostrado un peor comportamiento durante la crisis: entre 2008 y 2012, la producción industrial española cayó cerca del 30%, según la Comisión Europea.

El sector se ha ido desinflando, en paralelo, como granero de empleo. En 2001, los 3,08 millones de empleados en la industria suponían el 18% del total de trabajadores ocupados en España, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). En 2008, la proporción bajó al 14%, y en el cuarto trimestre de 2003, cuando la industria empleaba a 2,12 millones de personas, ya solo se quedó en el 12,33%.

En la Europa tensada entre norte y sur por la crisis de la deuda, los países del sur han vivido un hundimiento del empleo manufacturero mucho más agudo que el producido en los socios más ricos y, sobre todo, han perdido una importante capacidad de producción que les coloca en una complicada situación de partida desde que la Comisión Europea desenterró en 2012 la necesidad de reindustrializar el Viejo Continente. Su objetivo es que la industria represente el 20% en la economía de los países de la Unión en el año 2020. Frente a Alemania, en cuyo PIB el sector industrial roza el 25%, España se queda en 15,6%. Bruselas también se propone que una cuarta parte de las pymes exporten fuera del Mercado Único.

En su informe sobre la competitividad de 2013, el Ejecutivo de Bruselas reclama que la industria mantenga “un tamaño crítico” porque proyecta repercusiones positivas en otros sectores. Los productos industriales suponen cerca del 80% de las exportaciones europeas, y el sector contribuye cinco veces más a la I + D.

 

EMPLEO DE MAYOR CALIDAD

Estamos ante el sector que genera más valor añadido por empleado, y los puestos de trabajo en la industria tienden a ser de mayor calidad, con tasas bajas de temporalidad, según el estudio Temas candentes de la industria española para 2012, de la consultora PwC. Dicho trabajo concluye que el problema de la industria española “no radica tanto en el coste laboral como en la productividad —los costes laborales en Alemania son más altos que los de España, pero su productividad es superior—”, así como en los costes de la electricidad, que en algunos subsectores constituyen el factor más importante de localización de actividad y de competitividad. En cinco años, la electricidad industrial aumentó el 8,7%, apostilla PwC.

Hoy son pocos los que no hablan de reforzar la industria, pero en la práctica no se hace gran cosa. Ni tan solo está definido qué modelo de industria quiere potenciarse a medio y largo plazo. Los economistas de ATTAC critican la “dejación industrial de los últimos gobiernos del Estado”, y denuncian que sin “una política marco” para el sector será difícil alcanzar el 20%, ni destinar el 3% del PIB a I + D + i. Su comisión de Reindustrialización reclama un nuevo modelo productivo que garantice la reconversión a las nuevas tecnologías de empresas —faltas de crédito— y de trabajadores —faltos de formación.