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Hablando se entiende la gente // Tres visiones sobre el futuro de la economía española

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Noviembre 2015 / 30

Un debate sobre cómo reparar los desperfectos de la crisis y retomar el crecimiento.

He aquí, frente a frente, a tres de los economistas más conocidos del país. Los tres son profesionales de prestigio, los tres tienen amplia obra publicada y los tres intervienen con frecuencia en los medios de comunicación. En esta ocasión se han dado cita para contrastar opiniones sobre el estado de la economía española con el  noble propósito, en sus propias palabras,   de mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos. 

Hablando se entiende la gente
Juan Torres, Emilio Ontiveros y Daniel Lacalle
Deusto, 2015
228 páginas. Precio: 17,95 euros

El libro está dividido en tres partes. Para comenzar, cada uno de los autores hace un diagnóstico de los males que aquejan a la economía española, incluidos aquellos que causaron la peor crisis desde la restauración de la democracia. En la segunda parte, también por separado, ofrecen sus mejores recetas para dejar atrás el desastre y fomentar un crecimiento económico sostenido. En la tercera, la más novedosa y atractiva por su formato, los tres debaten sobre todas esas cuestiones cara a cara. 

Como corresponde a un economista de corte neoliberal, Lacalle se declara abiertamente partidario de continuar en la senda del ajuste presupuestario iniciada por el Gobierno de Mariano Rajoy. En su opinión, la mejor manera de  de aumentar el consumo y la  creación de empleo es recortar los impuestos  a las familias y a las empresas. “El dinero, donde mejor está es en el bolsillo de los que lo ganan”, sostiene Lacalle. Con el fin de animar la actividad, recomienda fomentar el autoempleo entre los jóvenes y eliminar los trámites burocráticos para que se puedan crear empresas en veinticuatro  horas. 

Durante todo el libro se pone de manifiesto que cualquier solución a los problemas de la economía española pasa obligatoriamente por la acción conjunta de la Unión  Europea.  En este sentido, Lacalle sugiere que la política de austeridad inspirada por Bruselas durante la crisis se ha quedado corta, pues apenas ha traído consigo una moderación del gasto y además ha subido los impuestos.

Los otros dos coautores del libro discrepan con él en este terreno. Ontiveros, un economista de línea keynesiana, opina que el error más claro en la gestión de la crisis de la la eurozona ha sido el excesivo énfasis en políticas fiscales restrictivas, especialmente en un contexto depresivo de la actividad económica. Ontiveros se muestra muy crítico con la reforma laboral de 2012, que a su juicio ha contribuido a acelerar la destrucción de empleo y al aumento de la precariedad. 

¿AUSTERIDAD O ESTÍMULOS? Para relanzar la actividad económica, Lacalle defiende la reducción del gasto y una rebaja de impuestos. Ontiveros y Torres prefieren el fin de los recortes y más inversiones públicas

Para el catedrático de Economía de la Empresa y presidente de Analistas Financieros Internacionales (AFI), la prioridad más urgente es el crecimiento de la inversión. Dadas las limitaciones de los gobiernos nacionales en el plano presupuestario, Ontiveros hace hincapié en que los planes de inversión deben tener una dimensión europea y contar con el apoyo de la política monetaria expansiva emprendida por el Banco Central Europeo al menos hasta que la recuperación del área del euro sea firme.  

Juan Torres López coincide en bastantes cuestiones con Ontiveros —especialmente en la necesidad de acabar cuanto antes con la austeridad—, por lo que casi procede hablar más de un debate de dos contra uno que de una pelea de todos contra todos. El catedrático de la Universidad de Sevilla subraya la necesidad de modernizar el aparato productivo español reduciendo los procesos de desindustrialización y acabando con el predominio de las actividades con bajo valor añadido. A juicio de Torres, que ha colaborado con Podemos en la elaboración de su hoja de ruta económica, es esencial equibrar el mercado laboral aumentando la capacidad de negociación y decisión de los trabajadores en las empresas. También se muestra partidario de aumentar el poder adquisitivo de los salarios sin perjudicar el rendimiento de las empresas, pues cree que ello aumentaría tanto la demanda  como la productividad. 

Es precisamente Torres quien introduce en el debate la conveniencia de crear una banca pública. El sistema bancario privado, sostiene, no está en condiciones de proporcionar la  financiación que precisan las empresas, las familias, y la economía en general. Una alta presencia de banca pública, afirma, garantizaría mayores tasas de crecimiento de la actividad económica. En este terreno, Ontiveros propone “desbancarizar” la economía española fomentando otras vías de financiación, como los mercados de bonos para pequeñas o medianas empresas o el crowdfunding.

Con mayor o menor entusiasmo, los tres autores coinciden en que la economía española ha comenzado a ver la luz al final del túnel. En lo que discrepan es en qué camino tomar a la salida. En suma, estamos ante un libro interesante para lectores de mente abierta, dispuestos a escuchar opiniones que no coincidan con las propias.