La independencia
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Septiembre 2014 / 17
Periodista
Envejecer es un engorro. Uno asiste a la decadencia y la muerte de personas a las que quiere, soporta su propia decadencia y, además, comprueba que los años no aportan ninguna sabiduría. Hay en el envejecimiento algunos inconvenientes adicionales, como, por ejemplo, la constatación de que en ciertos debates nadie tiene razón, aunque nadie esté enteramente equivocado. Uno de estos debates parecía zanjado y, sin embargo, vuelve a abrirse. Se trata de quién debe dirigir los bancos centrales. El asunto podría parecer...