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Un ecosistema de 'transformakers' para el cambio

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Marzo 2020 / 78

Otra economía: La plataforma Economía Humana promueve otro modelo económico.

 Desayuno de Economía Humana en febrero. Foto: Carolina Cañelles

El día arranca con un copioso y saludable desayuno colectivo. Alrededor de la mesa, un puñado de profesionales intercambia tarjetas, teléfonos y, sobre todo, ideas. Hasta aquí, es un ejemplo más de networking, gente que busca sinergias, comparte información y amplía contactos. Pero, a golpe de desayuno —más de 20 en casi cuatro años, principalmente en Barcelona y Madrid, y en los que han participado más de 400 personas— se ha ido tejiendo una comunidad con una motivación particular: impulsar un nuevo modelo de economía  “más humana y consciente, porque pensamos que los beneficios y la ética pueden ir de la mano”, según explica Ferran Caudet. Es el cabeza visible y uno de los cuatro promotores de Economía Humana, junto con Teresa Rodeja, José Luis Caso y Maribel Guzmán.  En el concepto confluyen finanzas sostenibles, consumo consciente y emprendimiento con valores. 

Tras el desayuno, los participantes escuchan al invitado del día, que es el Michel Tissier, con una larga trayectoria como sindicalista en Francia, y que está al frente de la Red Internacional de la Economía Humana, con la que el ecosistema articula una alianza. Tissier explica cómo el producto interior bruto (PIB) no equivale a bienestar, cómo las desigualdades siguen aumentando, cómo “el consumismo abusivo” destruye el planeta. Se muestra partidario de las cooperativas de trabajo, las asociaciones y mutuas, pero rechaza que la economía humana tenga que ver solo con la estructura societaria. “Cualquier empresa puede adoptar esta perspectiva, si comparte sus valores”, subraya.

Proyectos apoyados

Le escuchan una mezcla singular de perfiles; entre ellos, un publicista, una profesora de yoga, un arquitecto, una economista del sector inmobiliario, una coach, un ingeniero y escritor, un promotor de finanzas éticas... Se autodenominan transformakers, etiqueta bajo la que cabe, por ejemplo, la bombilla eterna “Actúa Vida”, inventada por Benito Muros, que ha desafiado la obsolescencia programada que nos condena a comprar productos de ciclo de vida cortos. O la plataforma ciudadana Red Ikram, que llama a comercios locales y restaurantes a recoger donativos para adquirir productos de primera necesidad para colectivos vulnerables. O la propuesta Medita y Escribe, de la emprendedora social Isabel Cañelles.  

A ojos ajenos, Economía Humana viene a ser una cebolla. Los desayunos son una de las capas, con participantes miembros y no miembros; después, la comunidad se articula y especializa. Hay un grupo de interesados en fomentar un hábitat ecológico y saludable. Una capa de formación, que a finales de este año culminará con un máster internacional de economía humana. Existe la capa de un consejo asesor de voluntarios. Y en el corazón de la cebolla, una asesoría tanto para empresas y personas que apuesten por “el bienestar del planeta y las personas” como para instituciones interesadas en desarrollar “territorios sostenibles”.  “Somos un ecosistema”, resume Rodeja, que reivindica el sentido etimológico de la economía, el oikos griego, que significa la gestión de la casa.