Lupa verde para la recuperación económica
Los fondos europeos son una gran oportunidad de transformación, pero la sociedad civil deberá implicarse para asegurarlo. Greenpeace lanza un observatorio para fiscalizar el reparto y su impacto ecológico.
Los fondos europeos son una gran oportunidad de transformación, pero la sociedad civil deberá implicarse para asegurarlo. Greenpeace lanza un observatorio para fiscalizar el reparto y su impacto ecológico.
El primer ministro tiene muchas bazas para impulsar la modernización del país, pero su margen de maniobra es limitado.
Los fondos de la Unión Europea para afrontar la crisis sanitaria, económica y social se presentan como la gran esperanza para remediar los principales desafíos de la ciudadanía. La creación del fondo Nueva Generación (750.000 millones de euros) y el Plan SURE, destinado a los desempleados (100.000 millones), constituyen un salto cualitativo en la construcción europea. Por primera vez, los Estados asumirán un endeudamiento común de grandes dimensiones para apoyar a los más necesitados. Es significativo que una parte muy importante de estas ayudas, 390.000 millones de euros, serán subvenciones a fondo perdido. El resto, créditos a largo plazo.
Las cuentas del Estado para 2021 dependen en gran medida de fondos pendientes de aprobación en Bruselas.
Hace un año los 200 mandamases de las grandes multinacionales estadounidenses que integran la Mesa Redonda de los Negocio sorprendieron al mundo con una insólita declaración: “El propósito de las corporaciones no debe ser solo maximizar los beneficios para los accionistas”. Proclamaron que los objetivos de las empresas deben incluir también “compensar justamente a los trabajadores”, “tratar justa y éticamente a los proveedores” y “proteger el medio ambiente acogiendo prácticas sostenibles en nuestras empresas”.
¿Una deuda europea común? Ya nadie apostaba por ello. Pero la gravedad de la crisis la ha acabado haciendo posible, con la pareja franco-alemana como gran motor, junto a los países del sur y muy singularmente España, del histórico acuerdo de la UE el pasado 21 de julio, que no solo acordó movilizar una ingente cantidad de recursos a la reconstrucción, sino que supone un gran salto adelante en la construcción europea al financiar el fondo creado para ello, de 750.000 millones, con emisiones de deuda conjunta.
El fondo de reconstrucción se pone en marcha a costa de recortar políticas comunitarias.
Los países ricos se resisten a ir más allá de la concesión de préstamos.
El nuevo Gobierno debe acoger sin desviaciones la Directiva europea sobre contratación pública
La austeridad ha entorpecido la recuperación en Europa en 2011 y 2012 y de nuevo en 2014 frente al crecimiento sostenido de EE UU.
Túnel: Dublín tiene perspectivas económicas más favorables y se financia en los mercados a precios razonables. ¿Un ejemplo del éxito de la austeridad? No del todo.
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