Qué empresas contribuyen más al calentamiento del planeta
Las responsabilidades empresariales en la emergencia climática son muy dispares, ya que se concentran en un puñado de grandes empresas
Las responsabilidades empresariales en la emergencia climática son muy dispares, ya que se concentran en un puñado de grandes empresas
Ifema Madrid acoge este año el Global Mobility Call, un evento multitudinario dedicado a la movilidad sostenible. Habrá debates multisectoriales y transversales, con más de 100 mesas redondas y cinco foros temáticos.
Para alcanzar la neutralidad climática es necesario desarrollar el hidrógeno como alternativa a los combustibles fósiles, pero no en cualquier circunstancia.
Una sátira extraordinaria que podemos disfrutar antes de que llegue el fin del mundo.
Tras los 'créditos de carbono' que promocionan las compañías aéreas y los Estados hay mucho humo… y muchos vendedores de humo.
La energía nuclear y la hidroeléctrica se pagan como la producida por la central de ciclo combinado de gas, que además paga por el CO2 contaminante, por cogeneración y residuos. El negocio es redondo.
Isabell Büschel, de 41 años, dirige la sección española de la ONG Transport & Environment. Es doctora en derecho y consultora en derecho ambiental, energético y de transportes en Madrid y Bruselas. Ha trabajado para entidades como el Ministerio francés de Asuntos Exteriores y el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Además, imparte conferencias y es coautora de varios estudios. Con su trabajo, promueve la protección del clima en el transporte.
El transporte aéreo ha mandado en el modelo económico, con una fuerte base turística, y en el concepto de desarrollo. El avión ha pasado por encima del planeta, al menos, hasta ahora.
La batalla contra el oligopolio eléctrico deja de ser una pugna entre expertos y se convierte en un enfrentamiento público contra los abusos.
La reconquista del espacio urbano por parte de las dos ruedas es aún frágil.
Apoyo: La transición verde debe ser también una transición justa. Es preciso ayudar a quienes carecen de los recursos necesarios para afrontar el cambio que se avecina.
Para acelerar la descarbonización de la industria, la Comisión Europea quiere endurecer las condiciones para comerciar con los derechos de emisión de gases de efecto invernadero. La tarea no está siendo nada sencilla.
En el primer año de pandemia la paralización total y parcial de la actividad hizo que las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), la mayoría de ellas de CO2, disminuyeran el 17,9% respecto de las del año anterior. Es un retroceso nunca registrado hasta ahora, en un año en el que la economía reculó el 10,8%. Según la estimación del Observatorio de Sostenibilidad, la caída es del 11% y del 42% respecto a los dos años de referencia, 1990 y 2005, respectivamente.
El parón del confinamiento y una reactivación de la actividad a regañadientes se reflejarán en las emisiones de CO2 de España a final de año. Según el Observatorio Sostenibilidad (OS), en 2020 estas caerán el 10%, lo que se suma a la disminución del 5,8% y del 1,7% de los años precedentees. Es un alto en una inquietante tendencia al alza contraria al Acuerdo de París.
Acuciada por la covid-19, Europa pone ambición y dinero en el giro hacia un modelo económico sostenible. Su alcance en España se verá en el plan de reformas, las leyes y el presupuesto.
Las emisiones mundiales de CO2 bajarán este año entre 2 y 10 veces más que tras la crisis financiera de 2008. Pero, ¿y después?
La UE afronta el problema de cómo revisar las políticas públicas para lograr un continente sin emisiones de CO2.
El nuevo 'low cost' de Renfe y la llegada de la competencia refuerzan la alta velocidad como la mejor opción ante la emergencia climática.
Caso Dunquerque: El fomento del transporte público mediante la gratuidad para el usuario se ha popularizado en Francia pero genera controversia.
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