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10 años de acción e inversión social

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Foto artículo: 10 años de acción e inversión social

Presidenta de Entitats Catalanes d'Acció Social

¿Por qué cuando se habla de dinero destinado a infraestructuras se le llama ‘inversión’ y cuando se trata de educación, sanidad o servicios sociales se habla de ‘gasto’? Si tenemos en cuenta el impacto y el retorno social de estas tres últimas partidas de los presupuestos públicos, seguramente lo veríamos distinto. Hay estudios en diversos campos –reinserción y rehabilitación en el ámbito penitenciario, vivienda y salud mental, entre otros— que demuestran que prevenir y atender las necesidades sociales a tiempo sale muy a cuenta, incluso aplicando criterios puramente economicistas.

A medio y largo plazo, el ahorro inmediato que puedan suponer los recortes en partidas sociales lo acabamos pagando muy caro como sociedad en distintos sentidos, tal como atestigua un informe del Consejo de Europa publicado hace tan solo unos días. El comisario de Derechos Humanos, afirma en él que “los recortes efectuados en presupuestos sociales, educativos y de salud han conducido al preocupante incremento de la pobreza de las familias” y que “el aumento de la pobreza, la malnutrición infantil y la falta de vivienda son un motivo grave de preocupación por sus efectos potencialmente devastadores a largo plazo en los niños y en el país”.

El tercer sector social –compuesto por entidades sin ánimo de lucro y cooperativas de iniciativa social— procuramos llamar la atención sobre ello y, además de sensibilizar a la sociedad civil, presionamos de forma permanente a las Administraciones Públicas para que actúen sobre las causas de las desigualdades y logremos, entre todos, evitar la pobreza y la exclusión social. Entender la acción social como inversión y reivindicarla como tal es una de las claves de la tarea que ECAS, federación de Entidades Catalanas de Acción Social, lleva diez años desempeñando con el apoyo de las más de noventa organizaciones que la componen.

Así se plantea en el reportaje audiovisual realizado por la Agencia de Comunicación Social con motivo del décimo aniversario (disponible en catalán, con audiodescripción), 10 anys sumant: Invertim per una societat més justa. Uno de los expertos entrevistados lo advierte: las personas que ‘cronifican’ la dependencia de unos servicios asistencialistas muy potentes requieren, a largo plazo, una inversión económica mucho mayor que la necesaria para prevenir o frenar a tiempo una situación de riesgo.

El recién publicado Anuario 2013 del Tercer Sector Social de Cataluña evidencia que una de las asignaturas pendientes de las entidades es la medición del retorno de la inversión social –tan solo un 5% de ellas utilizan sistemas para calcularla—, pero también pone de relieve que desde el inicio de la crisis están atendiendo a 430.000 personas más con los mismos recursos. El volumen de usuarios ha crecido un 25%, mientras que el número de entidades se ha reducido en un 10% y la cantidad de trabajadores contratados se mantiene estable, en torno a unas 100.00 personas. Los voluntarios han crecido un 23% y el volumen económico sigue representando el 2,8% del PIB de Catalunya.

Sin perder de vista nuestra misión y nuestros principios, no cabe duda de que la dimensión económica del sector social como motor económico y fuente de creación de empleo es también un valor a tener en cuenta. El beneficio de apostar por las entidades sociales como prestadoras de servicios se revela como un factor multiplicador que, más allá de cubrir las necesidades inmediatas, repercute en la inversión por desarrollar una economía social y solidaria al tiempo que se promueve una sociedad más justa, integradora y cohesionada.