"Dormíamos al lado de las máquinas de coser. Nos daban de comer rápido, en minutos, y otra vez a trabajar”
En Buenos Aires son conocidos los talleres de costura ilegales. Trabajan mujeres esclavizadas, sacadas engañadas del altiplano. Se benefician las grandes marcas como Zara, que -al igual que en Bangladesh- no suelen ser juzgadas y venden sin trabas en la UE.