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Covid-19 // Sobran dosis, y África sin vacunar

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Octubre 2021 / 95

Fotografía
Gaël Gellé

Los países ricos acumulan vacunas en sus neveras, mientras que los más pobres apenas han iniciado sus campañas de inmunización.

¿Puede alguien imaginar un partido de baloncesto entre los mejores jugadores de Europa y África cuyo resultado final sea 103 puntos a 9? Ni en campo propio y con los árbitros comprados cabe un resultado así. Tanta desigualdad es inimaginable en el deporte, pero se está produciendo en un asunto de vida o muerte: la vacunación contra la covid-19. A 15 de septiembre se habían inoculado en Europa 103 dosis por cada 100 habitantes, mientras que en África solo habían llegado a 9.

Si en vez de comparar ámbitos tan grandes y variados como son los continentes, se cotejan países concretos, el resultado puede resultar todavía más escandaloso. Un partido entre España y Sudán, con cifras de población similares, tendría un resultado de 147 a 3. Aquí están inmunizados con pauta completa tres de cada cuatro residentes. Allí, 1 de cada 100.

Los países de rentas altas tienen ya plenamente vacunada más de la mitad de la población. Los porcentajes son dispares (y probablemente seguirán siéndolo) porque la cantidad de personas reticentes a dejarse inyectar varía bastante de un país a otro. A Estados Unidos le está costando mucho avanzar una vez alcanzado el 50%, mientras que Portugal ha superado el 80% y España el 75%. Convencer o forzar a que se vacunen los indecisos es ahora la gran preocupación de muchos gobiernos una vez que tienen dosis para todo el mundo. Obligar a los empleados públicos a pincharse o impedir el acceso a bares y discotecas si no se lleva el certificado de vacunación son algunas de las medidas que se toman.

Menos anticuerpos

La vacunación acelerada en los países ricos ha coincidido con la irrupción de la variante delta del SARS-CoV-2, mucho más contagiosa y, según algunos estudios, más virulenta. Y el temor a que la pandemia se siga prolongando ha propiciado el debate sobre la necesidad o no de inocular de inmediato una tercera dosis de vacuna para reforzar la inmunidad. El argumento de quienes se muestran a favor es que unos meses después de la segunda dosis la cantidad de anticuerpos en la sangre experimenta una notable reducción y una dosis de refuerzo restablece y mejora el nivel de inmunización. Son datos obtenidos en trabajos efectuados en Israel, el país avanzadilla de las investigaciones de Pfizer.

En España se han puesto 147 inyecciones por cada 100 habitantes. En Sudán, 3

EE UU, Europa y probablemente China tienen ya vacunas de sobra

Estudios más matizados muestran que, si bien la eficacia contra la infección disminuye ligeramente con el tiempo, las vacunas mantienen el control sobre la enfermedad grave en casi todos los grupos de edad. Solo en los adultos mayores de 75 años las vacunas muestran debilitamiento en la protección contra la hospitalización.

La OMS ha pedido a los países ricos una moratoria de las dosis de refuerzo hasta final de año para que en el último trimestre de 2021 se pueda dar un empujón a las campañas de las naciones de bajos ingresos y la vacunación alcance al menos al 40% de ciudadanos de todos los países cuando acabe el año. No se opone a que se inocule ya una tercera dosis a grupos que tengan el sistema inmunitario debilitado, pero considera que no es equitativo que se revacune a población sana cuando hay centenares de millones de personas sin vacunar en los países pobres.

África es el continente que reúne a la mayor parte de países con rentas bajas y las cifras con que arrancaba este artículo no dejan lugar a dudas sobre lo poco que ha avanzado la vacunación allí. Pero si los datos sobre la escasez de inyectables están claros, el alcance real de la pandemia es una gran incógnita por las pocas pruebas efectuadas para detectar el virus y la precariedad general de la sanidad en muchos países del continente. 

Oficialmente, los casos confirmados de covid-19 desde enero de 2020 hasta mediados de septiembre de 2021 eran en África algo más de ocho millones y los fallecidos superaban por poco los 200.000, pero la conviccón general es que esas cifras están muy lejos de la realidad.

Más muertos

El semanario The Economist ha creado un modelo para estimar el alcance real de la pandemia país por país. Según  cálculos efectuados a 10 de septiembre, mientras que las cifras oficiales situaban el total de muertos en el mundo en 4,6 millones, su estimación sobre el exceso de muertes que se ha producido a causa de la pandemia era de 15,4 millones como cifra más probable. En el caso de África, la estimación de la revista británica es que se han producido 1,8 millones de fallecimientos por encima de los previstos, lo que multiplica por nueve los 200.000 atribuidos oficialmente a la covid. Con cálculos como este, la hipótesis de que la epidemia en África ha sido más benigna por razones climáticas y porque su población es mucho más joven que la media mundial se desmorona.

A fecha 21 de agosto se habían fabricado en todo el mundo 6.100 millones de dosis, que a finales de septiembre ya habían sido inyectadas. La empresa británica de predicciones Airfinity calcula que para final de año habrán salido de las plantas de producción 12.200 millones de dosis. Si se tiene en cuenta que el número de personas mayores de 15 años es en todo el mundo de 5.800 millones, en diciembre habrá suficientes vacunas para todos los mayores de edad del planeta, incluidos los 800 millones que habitan en África. Y  las fábricas podrán seguir produciendo el año próximo a razón de 2.000 millones de dosis al mes, si no más.

La idea de que el virus ha sido más benigno en África se desmorona

A finales de año habrá vacunas para todos los adultos del planeta

En los países de la Unión Europea, Estados Unidos y, probablemente, China empiezan a sobrar vacunas. Cuando el Ministerio de Sanidad español anunció el 15 de septiembre que el 75% de los residentes en España habían recibido la pauta completa de vacunación, quedaban en las neveras de las comunidades autónomas 6,4 millones de dosis, suficientes para completar la inmunzación del 95% de los mayores de 12 años. A partir de ahora, todas las vacunas que lleguen serán, hasta que se pueda inmunizar a los más pequeños, para terceras dosis, para revender o para regalar a quien las necesite. 

Airfinity calcula que a los países ricos que conforman el G-7 (Estados Unidos, Unión Europea, Reino Unido, Japón y Canadá) les sobrarían a final de año 1.200 millones de dosis incluso si se vacunara a la totalidad de la población adulta y se les suministrara la tercera dosis de refuerzo. El sobrante cuando acabe la próxima primavera lo estima en 2.200 millones. A finales de septiembre esos países podrían haber repartido ya 500 de los 1.000 millones de dosis que prometieron tras su reunión de junio pasado, pero solo habían entregado 149 millones en el momento en que Airfinity expuso esos datos, el 7 de septiembre.

Tomando como base esos cálculos, el ex premier británico Gordon Brown publicó dos días después en The Guardian un durísimo artículo titulado Occidente tiene más vacunas de las que necesita y no hay excusa para no compartirlas. Tras señalar que no están llegando dosis a personas que las necesitan, subrayó: “Hasta hace poco, esto se debía a una comprensible escasez de vacunas. Pero ahora estamos ante un evidente e inexplicable fracaso en distribuirlas de forma equitativa”. Y sentenciaba: “Miles de personas morirán este mes y los próximos, no porque se estén produciendo pocas vacunas, sino porque se están acumulando donde menos se necesitan”.