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La mala vida de los parados

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Julio 2013 / 5

La crisis de Estados Unidos de los años treinta alcanzó rápidamente a los países europeos y a Japón 

Tokyo no yado.


La Gran Depresión de los años treinta en Estados Unidos tuvo una amplia onda expansiva que alcanzó a  países tan alejados como los de Europa y Japón. En Tokyo no yado, Yasujiro Ozu describe en 1935 las frustrantes experiencias de Kihachi, un metalúrgico parado, en sus intentos de lograr un empleo en los barrios industriales de la capital japonesa. Los rechazos de los empresarios resultan incomprensibles para los dos hijos del desafortunado tornero, que llegarán a proporcionarle algún dinero con las recompensas de cazar perros abandonados. En su deambular por los barrios industriales, Kihachi conocerá a una empobrecida mujer sin trabajo que con su hija enferma completa el paisaje de la dura crisis que padecen los trabajadores japoneses.

El clima de crisis económica que se fue agravando en Europa a finales de los años veinte golpeó especialmente a Alemania, con una fuerte subida del desempleo en 1929. Al año siguiente, Hans Tinter realizó Cyankali, una adaptación de la obra del médico y escritor Friedrich Wolf, que aborda el drama de una pareja que espera un hijo y decide abortar ante su situación desesperada después de que ambos perdieran su empleo. El director fue asesinado después en Auschwitz. 

Banqueros que se arruinan

David Golder


Una primera imagen de la globalización de las finanzas aparece en David Golder, la obra de Julien Duvivier basada en la novela de Irène Némirosky, que también acabó sus días en Auschwitz. Golder es un poderoso banquero judío de origen ucraniano, hecho a sí mismo, que se convirtó  en uno de los hombres más ricos de Francia. El financiero cree que con el dinero puede comprarlo todo y carece de sensibilidad para cualquier emoción humana. Su vida cae en picado a raíz de una crisis cardíaca que padece en un casino del sur de Francia. Cuando su estado de salud es conocido en los círculos financieros, las acciones de sus empresas se desploman. En pocos días se encuentra completamente arruinado y enfermo, momento en que es abandonado por su mujer y su única hija, que previamente habían despilfarrado sin límite su dinero. Cuando, recuperado, tiene la ocasión de ganar dinero, concentra toda su energía en amasar una nueva fortuna y recuperar a su hija. 

En Le Temps des cerises, Jean Paul Le Chanois evoca los contratses de las sagas de tres generaciones de dos familias francesas, una proletaria y otra burguesa, entre 1895 y1937. Al final de la película, ya bajo el  Frente Popular, Le Chanois plantea la necesidad de un sistema de pensiones para los viejos trabajadores.

Le temps des cerises.

 

BREVE SELECCIÓN

TOKIO NO YADO ( Un albergue en Tokio)

Director: Yasujiro Ozu. 1935

Reparto: Takeshi Sakamoto, Yoshiko Okada, Chouko Okada, Tomio Aoki, Kasuko Ojima.

CYANKALI (Cyanide) 

Director: Hans Tinter. 1930

Reparto: Grete Mosheim, Nico Turoff, Claus Claussen y Margarete Kupfer.

DAVID GOLDER 

Director: Julien Duvivier. 1930

Reparto: Harry Baur, Paule Andraj, Jackie Monier, Jean Bradin y Gaston Jacquet.

LE TEMPS DES CERISES 

Director: Jean-Paul Le Chanois. 1937

Reparto: Gaston Modot y Svetlana Pitoeff.