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Más productividad

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Abril 2013 / 2

Exsecretario de Empleo (Economistas frente a la Crisis)

Crear empleo requiere, debe decirse, recuperar el crecimiento cambiando la política económica, que la banca restablezca el crédito, desechar opciones erróneas como las reformas que estimulan despidos y destrucción de empleo, y la devaluación de los salarios, que contrae el gasto y el empleo a corto plazo e induce a largo empleos de baja calidad y productividad. Esto es lo que más necesitamos: mejorar la productividad del sistema económico, que reduce los costes salariales unitarios sin deprimir los salarios y permite que las demandas externa e interna vayan de la mano, romper la falsa idea de que el elevado apalancamiento solo permite crecer por  la vía del sector exterior. Junto al desarrollo de amplios sectores ligados a la dimensión social y medioambiental , el mayor objetivo de la política económica debería ser una estrategia global para aumentar la productividad. En tal formulación, la paradoja aparente se desmorona y la búsqueda de la productividad, en lugar de ahorrar empleo, lo impulsa. Una estrategia pluridireccional, empresas de mayor tamaño, política industrial y tecnológica, mercados eficientes, investigación y fuerte incremento del capital humano. El titánico -no siempre eficiente-  esfuerzo realizado en creación de capital físico debe  reemplazarse por la prioridad en capital humano y tecnológico. Un sector educativo e investigador potente y bien estructurados sistemas de formación por los que pasen parados, trabajadores y empresarios, destinando a ello recursos del 1,5 al 2% del PIB. Sus rendimientos no se harían esperar y son acumulativos, transformadores, imprescindibles. Es -¿quién lo duda?- nuestra mayor debilidad. Desarrollar esa estrategia a favor del capital humano y la productividad promovería centenares de miles de empleos, impulsaría conocimientos básicos y cualificaciones especializadas, cambiaría el punto de mira de las empresas de la inestabilidad laboral a la formación, la calidad en el trabajo y el rendimiento. Dejar de hablar así de contratos y de despido e implantar una organización menos anticuada y repetitiva, más eficiente y flexible de la producción y los recursos humanos. Crear mucho empleo  es ser más  productivos, Hacer de la necesidad, virtud.