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Un milagro que ya suma 100 números

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Marzo 2022 / 100

Ilustración
Andrea Bosch

‘Alternativas económicas’ sobrevive a una carrera de obstáculos y busca un nuevo impulso para afianzar su proyecto de periodismo independiente.

En marzo de 2013 aconteció un pequeño milagro: Alternativas económicas, la revista que usted está leyendo, vio la luz con una portada que aspiraba a ser una declaración de intenciones: La gran trampa de las preferentes. Como rezaba el subtítulo, “700.000 ahorradores han pagado, sin saberlo, parte del rescate a la banca”.

Los ahorradores no lo sabían porque entonces los medios apenas habían hablado aún de este enorme fiasco, que ha causado estragos económicos y de salud en centenares de miles de familias y cuya magnitud ha sido todavía más brutal y duradera de lo que se intuía en un principio. No era nada fácil abordar un asunto tan delicado ante el enorme poder en todos los frentes —también el mediático— atesorado por la banca durante la peor crisis económica global en casi un siglo como consecuencia de los excesos que cometió.

Precisamente, esta era, y sigue siendo, la razón de ser del proyecto: explicar la economía con el máximo rigor, de forma independiente y sin ataduras políticas ni económicas. Y hacerlo con una mirada social, ecológica y europeísta que fije la atención en los asuntos de interés ciudadano, explicados de la forma más pedagógica posible para que nadie se sienta excluido de temas importantes para la vida.

Los suscriptores han ayudado a forjar una tupida red de apoyo

Además, con una estructura cooperativa, inspirada en la fórmula de Alternatives Economiques, una exitosa propuesta periodística francesa nacida en el año 1980, que se sumó desde el principio al proyecto en España con enorme generosidad y fraternidad, compartiendo sus contenidos y su cabecera.
Todo ello en 2013, uno de los momentos más complicados de la depresión económica mundial, con el sector de medios de comunicación sumido en la mayor crisis de toda su historia, con los quioscos cayendo a plomo, el modelo de negocio de la prensa destruido y en plena aceleración de cambios estructurales en las formas de acceso a la información como consecuencia de la revolución digital.

Dificultades

La salida de Alternativas económicas fue realmente un pequeño milagro, pero los promotores —un reducido equipo de periodistas que había coincidido años atrás en El País bajo el liderazgo del periodista Andreu Missé, director fundador de la revista— no eran todavía conscientes de hasta qué punto. Muy pronto lo iban a descubrir: a las dificultades del momento por la brutal crisis mundial y del sector se unió la inexperiencia propia en la creación y gestión de empresas, lo que desembocó en una crisis inmediata de tesorería y de solvencia. Al cierre del primer ejercicio, 2013 se habían registrado ya 140.000 euros de pérdidas, que al final de 2015 se encaramaban hasta unos números rojos acumulados de 240.000 euros, una situación sumamente crítica que llegó a poner el proyecto contra las cuerdas (véase gráfico en la página siguiente).

Y, sin embargo, aquí estamos, celebrando la edición del número 100: este es el auténtico milagro.

Lejos de significar un problema, como presuponen los enfoques ortodoxos, la estructura cooperativa ha sido una de las claves que ayudan a entender la resistencia del proyecto en condiciones tan adversas: se antoja imposible imaginar cómo podrían trabajadores por cuenta ajena comprometerse de esta manera —decidiendo sus propias rebajas salariales y debatiendo qué hacer para mejorar la situación— con una empresa propiedad de un empresario particular, por buenas que fueran sus intenciones.

Las pérdidas económicas han sido asumidas por los propios socios de la cooperativa, que además de los trabajadores incluyen a otra figura clave de la economía social: los socios-colaboradores, equivalentes a los inversores de las empresas mercantiles pero sin afán de lucro.La empresa editora, Alternativas Económicas SSCL nació con 41 socios (la suma de trabajadores y colaboradores) y ya cuenta con 92.

Además, los suscriptores y las distintas modalidades de Amigos y Amigas han contribuido a forjar una tupida red de apoyo, fundamental para preservar un proyecto tan particular de los vaivenes del mercado y del negocio tradicional, históricamente muy dependiente de la publicidad (véase artículo).

También ha sido clave para la supervivencia del proyecto el compromiso de decenas de personas que decidieron involucrarse aportando colaboraciones de todo tipo, artículos, ilustraciones, fotografías, vídeos y una amplia gama de aportaciones solidarias de gran nivel que han permitido mantener la calidad de la publicación y darle incluso ambición internacional, orientada, sobre todo, al mundo de habla hispana.

Esta creciente comunidad de personas comprometidas ha sido clave para acompañar los ajustes drásticos que debieron tomarse para salvar el proyecto, que quedó encuadrado en una cierta economía de guerra, de la que todavía no ha podido salir. Y ello a pesar de la continua mejora de la situación propiciada por una creciente profesionalización de la gestión empresarial impulsada por el gerente, Manuel Ballesteros, que en estos años ha pilotado la racionalización de la empresa y la creación de áreas de administración y comercial.

Consolidación

En contra de lo que suele ser habitual, en este caso primero se hizo una revista y solo después empezó a crearse una empresa. Sin embargo, el resultado de tantos esfuerzos ha sido la progresiva consolidación del proyecto periodístico y empresarial, que ha podido ir cumpliendo, con humildad, su misión de dar voz a las alternativas y ayudar a imaginarlas, contar con rigor y de forma comprensible los fenómenos económicos con el foco puesto en los intereses relacionados con la vida de la gente común y no de los poderosos.

Por las páginas de los 100 números de Alternativas económicas han ido desfilando a lo largo de estos años los abusos bancarios y los costes económicos y sociales del rescate del sector financiero, el presente y futuro el estado del bienestar, la situación de los trabajadores y del mundo del trabajo, el estado de la construcción europea, los problemas de acceso a la vivienda, el emprendimiento social, las propuestas de armar una economía por la vida en línea con la economía feminista, el gran reto de la emergencia climática y los pasos hacia la transición energética, la construcción de alternativas económicas viables, los efectos económicos y sociales de la revolución tecnológica y un largo etcétera. 

4.000 Es el número de suscriptores que marcaría el umbral de rentabilidad

92 Socios integran la cooperativa, entre trabajadores y colaboradores

El listado de muchos de los temas lo detallamos en la página 46 de este Dossier y siguen siendo accesibles a través de la app, con acceso ilimitado a la hemeroteca para los suscriptores. Pero las informaciones, análisis e investigaciones no se han publicado únicamente en la revista, sino también a través de extras monográficos y de libros. Para las próximas semanas está prevista la edición del Extra anual, sobre contabilidad social, elaborado con el apoyo del economista de la Universidad de Deusto y Amigo de la revista José Luis Retolaza, y el libro No es inevitable, en el que el socio-colaborador de la cooperativa Ricard Ruiz de Querol aportará pistas para que la tecnología esté al servicio del ser humano y no al revés.

Esta diversificación de productos es una de las decisiones empresariales que la cooperativa tomó a partir del año 2014 para intentar consolidar el proyecto aumentando las vías de ingresos. A pesar de que el modelo sigue teniendo como elemento central la extensión de la red de suscripciones, fue abriéndose hacia otras fuentes que ayudaran a hacerlo sostenible, incluyendo también la publicidad —como un complemento, pero sin depender de ella— y los proyectos, normalmente vinculados a la economía social.

En 2013, los ingresos por publicidad se limitaron a 4.500 euros, cifra que ahora se ha consolidado en torno a los 40.000 euros anuales, lo que supone entre el 15% y el 20% de la facturación. Por lo que respecta a los proyectos, la cooperativa editora está inmersa actualmente en varias iniciativas junto con otras entidades de la economía social como el Festival Esperanzah, La Marea y la Fundació Catalunya Plural, entre otras.

Una vez consolidado el proyecto, el gran reto es dejar atrás el marco de economía de guerra y mejorar los salarios de los trabajadores, exhaustos después de casi una década en condiciones tan difíciles. El salario mensual bruto para la jornada completa de los socios trabajadores es todavía de 1.225 euros, con 12 pagas.

La nueva web

Para la mejora de las retribuciones, que es también un requisito para aumentar la influencia e incidencia de la revista, resulta imprescindible aumentar la red de suscripciones. La cifra de abonados ha quedado estancada alrededor de los 2.000, una cantidad destacable tratándose de una publicación económica, pero todavía lejos del horizonte de 4.000, el umbral de rentabilidad.

La asamblea general de la cooperativa en 2021 acordó renovar a fondo la web de la revista con un rediseño y cambios tan de fondo que equivalen, en la práctica, a su relanzamiento, con contenidos específicos que complementen la edición mensual. El objetivo es hacer crecer la comunidad y, en última instancia, aumentar el número de suscriptores. El proyecto de renovación de la web cuenta con un presupuesto específico de 40.000 euros y más del 50% de su financiación tiene su origen en los mismos socios, que han adquirido bonos específicos para hacerla posible.

La nueva web debería ver la luz antes del verano y es una pieza central en el propósito de la cooperativa de dar un nuevo impulso al proyecto para que deje de parecer un milagro. La edición del número 100 todavía lo es. Felicidades y gracias a todos los que han contribuido a hacerlo posible. ¡Y ahora, a por los 200!