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Finanzas // Una "varita mágica" a punto de activarse

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Julio 2022 / 104

La banca ética europea certifica que se siente preparada para un salto de ambición que multiplique su impacto.

Varios momentos del encuentro de FEBEA en Barcelona. Foto: Marta Ruiz Jadraque

Hace ya mucho tiempo —más de dos décadas en España— que la banca ética, las finanzas al servicio de la transformación social, dejó de ser una bella idea para erigirse en algo muy real, tangible y extremadamente útil para el día a día de los proyectos que tratan de cambiar el mundo. Pero la reciente reunión en Barcelona de FEBEA, la federación europea que agrupa a las entidades de finanzas éticas, dejó claro que se acerca una nueva etapa: superado el periodo de construcción y consolidación de las herramientas financieras, ha llegado la hora de dar un salto de ambición sin perder los valores originales.

Esta idea de cambio de rasante sobrevoló las sesiones de la conferencia internacional de FEBEA, organización que agrupa a 33 entidades de 17 países europeos y de fuerte presencia española, con el vasco Peru Sasia en la presidencia y el aragonés Daniel Sorrosal en la secretaría general, así como cuatro organizaciones miembro: Coop57, Caixa Colonya Pollença, Bizkaia Seed Capital y Fiare Banca Etica.

Esta última entidad, fruto de la fusión entre dos proyectos hermanos en España e Italia, acaba de presentar los resultados de 2021 y son los mejores de su historia, con un volumen nada anecdótico: el grupo cerró el ejercicio con 16,7 millones de euros de beneficio neto, más de 1.000 millones en créditos y más de  2.000 millones en depósitos.

El consenso de las jornadas no solo se expresó en el objetivo de ambición, sino también en cómo avanzar hacia él hasta materializarlo: a través de una mayor colaboración entre las entidades de finanzas éticas en proyectos comunes de mayor envergadura, pero también con la Administración y la ciudadanía.

Lo expresó de forma particularmente gráfica Bernard Horenbeek, presidente de La Nef, cooperativa de crédito con sede en Vaulx-en-Velin, en la región de Lyon (Francia): “Ya disponemos de una varita mágica capaz de propiciar un efecto multiplicador. Para activarla, solo hay que juntarse”, proclamó.

Sonia Molina, coordinadora en Barcelona de Fiare Banca Etica, había recalcado justo antes esta necesidad de mayor colaboración con el ejemplo de los proyectos de cohousing en cesión de uso financiados por la entidad. Y es que no es lo mismo dar crédito para que una pequeña cooperativa salga adelante que movilizar millones de euros para iniciativas de vivienda: “Por el volumen que suponen, no podemos asumirlos en solitario”, advirtió.

Volumen

Las instituciones más comprometidas con las finanzas éticas tampoco pueden empujar en solitario, como subrayó Álvaro Porro, comisario de economía social del Ayuntamiento de Barcelona. Porro enumeró varias de las ambiciosas medidas que impulsan para normalizar a la banca ética como actor financiero también en la Administración, reservándole un papel para el endeudamiento municipal, incluyéndola como partícipe de un fondo de crédito o incorporándola en proyectos en preparación como un fondo de inversión de capital paciente o en iniciativas de cohousing.

La coalición europea suma 33 entidades en 17 países

El principal objetivo es ayudar a transformar el mundo 

En todos los casos se necesita un volumen económico superior al que pueden aportar las entidades individualmente: de nuevo, un llamamiento a juntarse y colaborar para poder activar la “varita mágica” de la que habló Horenbeek. “O escalamos o estaremos siempre jugando en la liga de la periferia”, concluyó Porro.

En las jornadas se presentó también la experiencia de Socoden, en Francia, un instrumento creado en 2020 que apunta en la misma dirección: un fondo de inversión para movilizar recursos en serio para promover start-ups cooperativas en el sector tecnológico y digital, un entorno que requiere necesariamente elevadas sumas de capital. Sin estos nuevos vehículos financieros ad hoc, la economía social no tendría posibilidades de tener presencia en los sectores punteros de la nueva economía ni de vehicular hacia opciones cooperativas el talento de los nuevos emprendedores con vocación social.

Más allá del crédito

Todos estos proyectos de salto de ambición financiados por la banca ética no son un fin en sí mismos, pese al valor concreto que tengan cada uno de ellos, sino que están concebidos, sobre todo, como un motor para avanzar hacia la transformación social, la auténtica razón de ser del movimiento y así lo  reflejaba el lema del encuentro, Credit & beyond (crédito y más allá).

Como subrayaron, entre otros participantes, Peru Sasia y Ugo Biggeri, cofundador de la rama italiana de Fiare Banca Etica y hoy presidente de la sociedad de gestión Etica SGR, vinculada al mismo grupo, la banca ética no es lo mismo que la que trata de colgarse la etiqueta de sostenible. La primera va más allá de ser un mero operador financiero y se propone transformar el mundo, mientras que la sostenible aspira, sobre todo, a evitar daños.

A partir de estas premisas articuló su ponencia Jordi Via, cofundador de Arç  —seguros éticos— y presidente de FETS, el paraguas que articula en España el movimiento de banca ética, con el titulo de Por qué necesitamos más que banca. La banca ética como tal, insistió Via, solo tiene sentido si incluye también la “dimensión sociopolítica” al servicio de la transformación social.

Tanto si se observa desde lo micro —para financiar un proyecto concreto— como desde una perspectiva más global —la transformación social—, se llega siempre al mismo punto, recordado también por Jordi Via: la necesidad de tejer nuevas complicidades y sumar actores al movimiento. “Solos no podemos, la clave está en construir redes y alianzas”, insistió.

La “varita mágica” capaz de multiplicar la ambición de transformación social parece estar a punto. Los promotores de la banca ética europea se conjuraron en Barcelona con el propósito de impulsar nuevas alianzas para activarla.