Te quedan 2 artículos gratuitos este mes.

Accede sin límites desde 55 €/año

Suscríbete  o  Inicia sesión

Hasta siempre, Carles ‘Capde’

Comparte
Pertenece a la revista
Julio 2017 / 49

Recuerdo para uno de los mejores comunicadores catalanes, Carles Capdevila, socio de ‘AlterEco’

FOTO: ANDREA BOSCH

El equipo de Alternativas Económicas desea compartir con sus lectores la tristeza inmensa que siente tras la pérdida de uno de los socios colaboradores que han creído en este proyecto y de cuya amistad, apoyo y críticas constructivas ha tenido la suerte de poder disfrutar. Carles Capdevila falleció el pasado 1 de junio en Barcelona, a la edad de 51 años, después de librar una dura batalla contra el cáncer, que combatió a golpe de nuevos proyectos, creatividad, capacidad para el optimismo y vitalidad.

Licenciado en Filosofía, Capdevila, nacido en Hostalets de Balenyà, localidad que puso en el mapa con orgullo, era periodista y un poco de todo:  corresponsal, guionista, conferenciante, presentador de programas de televisión y de radio, tertuliano, humorista, escritor... Pese a sus experiencias en distintos medios —el periódico Avui, TV3, Catalunya Ràdio, la Cadena Ser, El Periódico de Catalunya, El 9 Nou y el diario Sport—, su nombre pasará siempre a estar unido al lanzamiento del diario catalán Ara, en plena crisis económica y de la prensa y con vocación de acompañar el proceso soberanista que justo emergía. Fue fundador y primer director entre 2010 y 2015. Cuando dejó la dirección, Capdevila  continuó como articulista y director-fundador.  

Comunicador nato, Capde, como le llamaban tantos e incluso a veces se llamaba a sí mismo, supo conectar con miles de lectores por su manera de aproximar el periodismo a las vivencias cotidianas de las personas, por poner el foco en colectivos ajenos al protagonismo de las noticias, por su mirada positiva sobre las cosas, por la observación y la búsqueda del detalle humano, con sus grandezas y sus miserias, por su dominio de las redes sociales, por su ansia de aprender, por sus estupendas entrevistas suspendidas de la urgencia de la actualidad, por sus breves prédicas desde un espacio en la web o en papel (“mi sermoncillo”, decía); por un sentido del humor contagioso que incluía saber reírse de sí mismo; por su preocupación y prédicas sobre la educación.

Capdevila era muy consciente de sus puntos fuertes y sus puntos débiles. Sabía que en este sector cruel y hecho trizas frente a los poderes económicos y políticos que describió sin ambages en su discurso de despedida como director del Ara, algunos se permitieron dudar de su capacidad para dirigir un periódico. Algunos que jamás llegarán al corazón de sus lectores ni sentirán, como tantas personas sienten estos días, que se les ha ido un amigo. Le agradecemos su apoyo y le recordaremos siempre.