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Deuda pública frente a impuestos

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Mayo 2021 / 91

El aumento de la deuda pública a consecuencia de la actual pandemia y de la crisis bancaria de 2008 ha superado el 122% del producto interior bruto en España y el 206% en Grecia. La montaña de endeudamiento se ha agigantado también en Italia (156%) y Francia (117%). Son niveles desconocidos desde la Segunda Guerra Mundial que amenazan la financiación del estado de bienestar y desvirtúan por irreales las reglas europeas, que limitan la deuda pública al 60% del PIB.

Estos volúmenes tan elevados solo han sido posibles porque el Banco Central Europeo (BCE) y los bancos centrales nacionales han adquirido una parte muy importante de la deuda pública, de la que ya poseen el 25%. Destacados economistas de Francia, España y otros países europeos han propuesto que el BCE anule o convierta en perpetua la deuda pública que mantiene en su poder. Argumentan que los Estados, propietarios del BCE y de los bancos centrales, pueden perfectamente perdonarse la deuda a sí mismos, y temen que una próxima subida de tipos de interés sirva de excusa para imponer una austeridad que anteponga el pago de la deuda a las pensiones y demás servicios sociales. El economista Thomas Piketty ha sido el principal impulsor de la propuesta. 

El papel de la deuda pública en el desarrollo del capitalismo fue uno de los  temas de estudio de Carlos Marx. En El Capital explicó como “la deuda pública se convierte en una de las palancas más efectivas de la acumulación originaria. Como con un toque de varita mágica infunde virtud generadora al dinero improductivo y lo transforma en capital”. Fue asombrosa su visión sobre las relaciones entre los bancos y la deuda. “Desde su origen”, escribió, “los grandes bancos, engalanados con rótulos nacionales, no eran otra cosa que sociedades de especuladores privados que se establecían a la vera de los gobiernos y estaban en condiciones, gracias a los privilegios obtenidos, de prestarles dinero”.

Desde entonces, el sistema financiero se ha sofisticado enormemente y los bancos centrales se han convertido en los principales suministradores de financiación privilegiada para la banca y fuente decisiva de sus beneficios.  El papel tan relevante que han adquirido los bancos centrales y su déficit democrático ha sido puesto de relieve por Stephanie Kelton, catedrática de la Stony  Brook University e impulsora de la Teoría Monetaria Moderna. En El mito del déficit (Taurus, 2021)Kelton señala: “debemos acabar con la práctica —tan cruel como ineficiente— de recurrir a unos bancos centrales dirigidos por autoridades no elegidas democráticamente para que se encarguen de mantener el equilibrio correcto entre inflación y desempleo”.

El recurso excesivo a la deuda pública es fruto de una decisión ideológica

Es preciso cuestionar un modelo que no garantiza el estado de bienestar

El recurso desmesurado a la deuda pública es consecuencia de una decisión ideológica de más calado. Los poderes económicos han optado por  financiar los Estados mediante la deuda en lugar de utilizar impuestos. La diferencia es sustancial. Los impuestos progresivos refuerzan la solidaridad y disminuyen la desigualdad. La deuda pública, por el contrario, solo beneficia a los inversores y corporaciones con capacidad para utilizarla.

La realidad es que en los últimos años los impuestos han ido perdiendo peso en los Estados. Se han reducido la progresividad y los tipos máximos, mientras que los paraísos fiscales campan a sus anchas.

Rebajas fiscales

En Estados Unidos y Reino Unido, el tipo máximo en el impuesto sobre la renta ha descendido desde el 90% en la década de 1950 a menos de la mitad. En España ha caído en más de 20 puntos, desde el 65% en 1979.  El impuesto de sociedades en los países ricos ha registrado también un fuerte recorte desde el 32% en 2000 al 23% en 2020 (en Europa una media del 22%). La lacra de los paraísos fiscales provoca unas pérdidas de 826.000 millones de euros anuales, según Tax Justice Network.

Como ha explicado el sociólogo Maurizio Lazzarato en Governing by debt, la deuda se ha convertido en el principal instrumento de financiarización de la economía. Cita el endeudamiento de los estudiantes en EE UU, que alcanza los 1,5 billones de euros. En su opinión, “en el capitalismo financiero la deuda es infinita, impagable e inexpiable excepto a través de la redención política”.

La propuesta de anular la deuda pública en manos del BCE tiene el gran valor de cuestionar un modelo económico cada vez más desigual que no garantiza el estado de bienestar. La iniciativa es esencial para reformular las reglas desfasadas de la Unión Europea.