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¿Qué hace el Gobierno con nuestro dinero?

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Noviembre 2013 / 8

Casi 55 de cada 100 euros de gasto público se va en pensiones, intereses de la deuda y desempleo

¿En qué se gasta el dinero público? ¿De dónde procede? Los Presupuestos Generales del Estado constituyen el principal documento en el que se definen los impuestos necesarios que recauda el Gobierno cada año para financiar los distintos servicios y asegurar el funcionamiento de la economía. Según el economista Robert Musgrave, los presupuestos tienen tres objetivos básicos: proporcionar los bienes públicos esenciales (justicia, seguridad, enseñanza, entre otros), redistribuir la renta para reducir las desigualdades (pensiones, ayudas al desempleo y otras prestaciones económicas) y actuar sobre la actividad económica reactivándola en momentos de crisis y estimulándola en las recesiones.

La distribución de las principales partidas de gasto que se describen a continuación puede ayudar a una mayor comprensión de las cuentas públicas de gasto del Estado. Hay que tener en cuenta que no se incluyen la mayor parte de los servicios de educación, sanidad, cultura y otros, realizados por las autonomías.

La primera constatación es que 35,9 de cada 100 euros que gastará el Gobierno en 2014 se destinarán a pagar las pensiones. Es la partida más relevante con una asignación de 127.483 millones de euros, que en un 90 % corresponden a pensiones contributivas. Su práctica congelación, con una subida presupuestada de solo el 0,25% y perspectivas de aumento de precios de entre el 1% y el 1,5%, supondrá una pérdida del poder adquisitivo de los beneficiarios.

Las pensiones contributivas constituyen el principal sostén de millones de familias y su único ingreso cierto en esta profunda crisis. La profesora de Economía de la Universidad de Alcalá Olga Cantó señalaba en un reciente encuentro de la Fundación Alternativas sobre El impacto social de la crisis: “Las pensiones contributivas constituyen la maquinaria de redistribución más importante en España”. “Nuestro sistema redistributivo”, precisaba, “tiene un impacto de solo el 35% frente al 40% de la media comunitaria”. Y advertía: “Si quitamos las pensiones contributivas, el efecto redistributivo cae al 20%”.


La segunda gran partida de gasto son los 13 euros de cada 100 destinados a Transferencias a Administraciones Públicas, que tienen sus propios presupuestos de gastos.

En tercer lugar, el Gobierno deberá destinar 10 euros al pago de los intereses de la deuda, un capítulo que no cesa de crecer con la crisis y que ya supone más del doble que hace cuatro años. Una parte de este dinero se ha ido de forma estéril con las subidas especulativas de los tipos de interés en plena crisis del euro.

Luego aparece otra factura de coste creciente: los 8,4 euros destinados a proporcionar unos recursos mínimos a 2,8 millones de desempleados. No se puede olvidar que hay otros dos millones de parados sin cobertura.

La suma de pensiones, deuda y desempleo suponen, pues, 54,6 euros de cada 100.
Para todo el paquete de justicia, defensa, seguridad y política exterior, la Administración deberá arreglarse con 4,6 euros, 20 céntimos menos que hace un año. La solución fácil ha sido una nueva congelación de los sueldos de los funcionarios por cuarto año consecutivo.

Otros 3,3 euros se destinarán a determinadas prestaciones económicas como los subsidios por incapacidad temporal, Fondo de Garantía Salarial, pago de prestaciones familiares y a los afectados por el síndrome tóxico, entre otros. A pesar de ser un segmento de la población muy necesitado, se reduce en un 2,3%.

A agricultura se adjudicarán 2,2 euros, lo mismo que el año pasado, y a industria, 1,6 euros, el 26% más. Pero esta subida hay que matizarla, porque el 70% está destinado a financiar el sistema eléctrico. A política industrial propiamente dicha se destinan menos de 30 céntimos.

El resto de gastos corresponden a partidas que han sufrido recortes drásticos durante los últimos años, como las infraestructuras, que deberán conformarse con 1,5 euros, el 60% menos que hace cuatro años. También es preocupante el ajuste aplicado a investigación civil, cuyos ingresos se limitan a 1,60 céntimos. Un 1,3% más que este año, pero el 31% menos que en 2009.

 

IMPUESTOS ESPECIALES

El barómetro de la caída del consumo

Es en los Impuestos Especiales donde se refleja de manera más directa el impacto de la caída del consumo sobre todo en la recaudación del Impuesto sobre Hidrocarburos, que cae un 2,8%. Este retroceso se compensa con los aumentos normativos en el Impuesto sobre Labores de Tabaco, que prevén aumentar los ingresos el 3,5% y el Impuesto sobre la Electricidad. La recaudación de éste se incrementará el 7% al tener en cuenta una recuperación del consumo y porque “se proyecta un incremento de las tarifas medias”. Este aumento se sumará a los aplicados los últimos años, que hacen que la electricidad sea una de las más caras de Europa y causa de la pérdida de competitividad.
En materia de ingresos también hay que contemplar la caída de la recaudación de empresas y trabajadores ocupados del 3,9%. Las aportaciones del Estado a la Seguridad Social también sufrirán una reducción en términos homogéneos del 1,9% y del 16,4% en términos monetarios. Loa beneficios fiscales del próximo año ascenderán 38.039 millones, 1,6% menos que en 2013.