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Mujeres invisibles para la medicina // De lectura obligatoria

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Enero 2021 / 87
Mujeres invisibles para la medicina
Carme Valls Llobet
Capitán Swing, 2020
488 páginas
22 euros

Sin duda. Mujeres invisibles para la medicina es un libro imprescindible para cualquier persona que trabaje en el ámbito sanitario. Pero también se trata de un libro vital para todas las mujeres. Porque nos empodera. Porque explica las diferentes enfermedades, las más comunes y la falta de diagnóstico. Porque nos dice: “No. No  estás loca”. Decirnos “locas” es una manera fácil de decir que no saben lo que nos pasa. Básicamente porque la medicina ha sido y sigue siendo androcéntrica. Simplemente, no lo han analizado ni lo han investigado lo suficiente. No se han tomado la molestia de saber ni de profundizar. Es más fácil tacharnos de locas. Directo a la fluoxetina, al citalopram, a la sertralina… 

Parece mentira que llegando a 2021, y a pesar de los esfuerzos descomunales que han hecho médicas y hasta organismos internacionales en los últimos años, todavía solo el 32% de las investigaciones separen por género para saber cómo afecta a cada sexo.

También parece increíble que todavía se piense que la medicina es una disciplina estanca, y que las enfermedades están desligadas de la calidad de vida, del estrés de la pobreza, de la doble jornada laboral, del peso de los cuidados, de la desigualdad.

Androcéntrica: Así es la medicina incluso el día de hoy. Todavía falta visión de género y mirada integral

El libro de Carme Valls Llobet nos cuenta cómo nos afectan especialmente a las mujeres no solo la calidad de vida sino también el medio ambiente, los pesticidas, los parabenos de los cosméticos y una infinidad de disruptores endocrinos que nos llevan a sufrir una variedad de enfermedades muchas veces sin diagnosticar por falta de simples analíticas. 

Es importante que las mujeres leamos a Valls, porque ya que puede que en el centro de salud no se les ocurra que podamos sufrir una diabetes o un hipotiroidismo, más vale que al menos lo sugiramos al médico o a la médica (no, ellas tampoco lo mirarán por el hecho de ser mujeres. Las médicas también tienen una visión androcéntrica, porque es la que han estudiado en la universidad).