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“Se precisa una nueva cultura tributaria”

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Febrero 2020 / 77

Entrevista a Judith Panadés, profesora de Economía de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).

La evasión fiscal no solo dificulta la financiación de políticas sociales, sino que reduce el efecto redistributivo de los impuestos, afirma esta experta. Para combatir el problema,  recomienda tratar a los contribuyentes más como clientes que como delincuentes y erradicar creencias culturales que entronizarn a quienes eluden sus obligaciones tributarias.

¿Por qué en España hay más economía sumergida que en la media de la UE?

Una posible explicación a esta evidencia empírica es que los sectores económicos con mayor probabilidad de sumergirse son aquellos con un valor añadido menor. Por ejemplo, es más fácil producir juguetes y productos textiles en el mercado informal que producir automóviles, dado que estos últimos necesitan un stock de capital físico muy elevado para fabricarse. En España los sectores que han liderado el crecimiento económico históricamente son sectores con un menor valor añadido, lo que ha fomentado que una parte del tejido empresarial se desarrollara fuera de del mercado formal.

¿Qué efectos tiene el alto grado de fraude fiscal existente en España?

El efecto más directo y obvio es la pérdida de ingresos vía impuestos que sufre el Gobierno, lo que dificulta la financiación de sus políticas fiscales y sociales. La existencia de evasión fiscal impide que las facturas fiscales de los contribuyentes se ajusten a su capacidad de pago real. En primer lugar, porque distorsiona el principio de equidad horizontal, según el cual todos los contribuyentes con la misma capacidad contributiva deben hacer frente a iguales cargas fiscales. En segundo lugar, porque introduce un sesgo importante en el principio de equidad vertical, cuyo cumplimiento se basa en que todos los individuos sujetos a la misma función impositiva deben tener la misma pérdida de utilidad derivada del pago de sus impuestos. Finalmente, la existencia de evasión fiscal tiende a disminuir el efecto redistributivo de la progresividad de la función fiscal, lo que actúa como elemento de fricción social. 

¿Qué lleva a tantos ciudadanos a incumplir sus obligaciones con Hacienda?

Los motivos que empujan a un individuo a evadir son complejos y, en ocasiones, no obedecen a pautas racionales. Los principales factores que influyen en la decisión de evadir se pueden clasificar en dos categorías. La primera incluye todas aquellas variables que pueden modificar la oportunidad de evadir, como un endurecimiento de la política de inspección o del régimen de sanciones. La segunda la configuran todos aquellos determinantes relacionados con motivaciones conductuales internas de los propios contribuyentes: la moral tributaria, las normas y estigmas sociales, la confianza en las instituciones fiscales y la propia cultura heredada. Debemos tener en cuenta que los contribuyentes están influidos por una serie de factores que generan incentivos en una dirección u otra, y es el peso que los individuos otorguen a tales motivaciones lo que acabará determinando el nivel de fraude fiscal que se cometa. Si un contribuyente siempre se ha comportado honestamente, puede ser consecuencia de que cree firmemente que no es correcto evadir, aunque se tenga la oportunidad de hacerlo, o por el contrario, que simplemente no ha tenido esa oportunidad, aunque sus motivaciones sean lo suficientemente laxas como para evadir.

¿Cómo se puede mejorar la moral tributaria de los contribuyentes?

La moral tributaria se puede entender como una motivación intrínseca que empuja al contribuyente a pagar los impuestos que la ley establece y que genera un sentimiento de culpa en caso de no hacerlo. Por tanto, las autoridades fiscales deberían implementar medidas antifraude  para persuadir, convencer o generar sentimiento de culpabilidad a los contribuyentes para que de manera voluntaria estos decidan ser honestos. Algunos ejemplos acciones que podrían tener cierto grado de efectividad son las siguientes: 1) informar públicamente de los contribuyentes que no cumplen totalmente con sus obligaciones fiscales, creando así un efecto estigma; 2) tratar a los contribuyentes más como clientes que como delincuentes para así reforzar la relación con la Agencia Tributaria y generar una mayor confianza; 3) perseguir y penalizar la corrupción política, y 4) fomentar una nueva cultura o norma social de cumplimento tributario basada en educar a los contribuyentes para erradicar creencias culturales heredadas y no entronizar a quien evade sin ser sancionado. 

¿Existe una correlación entre economía sumergida y desigualdades sociales?

Es complejo  establecer una clara relación entre la economía sumergida y las desigualdades sociales y de renta. Por una parte, los individuos con mayor probabilidad de entrar en la economía sumergida son aquellos con menos recursos económicos, situación que es aprovechada por empresas que desarrollan su actividad económica dentro del mercado informal. Por tanto, las personas con menor formación y menores recursos son aquellas que acaban sumergiéndose con mayor rapidez, dado que no consideran que existan opciones mejores dentro de la economía formal. Por otra parte, hay un efecto que va en la dirección contraria: las personas más formadas y con más recursos  también aprovechan sus conocimientos y habilidades para sumergir una parte de su actividad económica mediante el blanqueo de dinero, los paraísos fiscales o la creación de sociedades offshore