Tener o no tener... o simplemente usar

Propietarios. A lo largo de la mayor parte del último siglo, hemos crecido deseando serlo. Ser dueño, hemos aprendido, nos da pátina de estabilidad. Lo básico es tener una casa —con la carga de inmovilismo que añade al desaparecido trabajo para toda la vida—, seguido, por supuesto (...)