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EE UU: el poder de la gran empresa

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Mayo 2018 / 58

Competencia: El margen de las empresas ‘superestrella’ estadounidenses aumenta enormemente desde hace 30 años, síntoma de un creciente poder de mercado.

Apple store en la localidad de Santa Mónica. FOTO: CSAKISTVAN

El margen de las empresas que cotizan en Bolsa ha aumentado un tercio desde 1980, mientras que anteriormente era estable. Esta tendencia, revelada por dos economistas belgas en un artículo de gran repercusión, ¿quiere decir que la competencia se está sofocando?

A priori, todo el mundo sabe lo que es el margen: el precio menos el coste. Y lo mismo ocurre con el índice de margen: el precio respecto al coste. En 1980 esa relación era de 1,18, es decir, el precio era un 18% mayor que el coste. En 2014 había pasado a 1,67, es decir, un 67% mayor que el coste (véase gráfico). Pero si el margen es un concepto sencillo, calcularlo es otra cosa. ¿De qué coste hablamos? ¿Y cómo conocerlo? A diferencia del precio, el coste no está inscrito en etiquetas ni las empresas lo declaran a los institutos de estadística. Y además, ¿qué relación tiene con el poder de monopolio y la competencia?

 

UNA TENDENCIA GENERAL

El coste que interesa a los economistas es el coste marginal*, que, en la práctica, asimilan al coste variable, es decir, al coste que varía en función de la cantidad producida. Esa tendencia en un largo periodo que se ha puesto en evidencia en Estados Unidos es, pues, un aumento del precio respecto al coste variable. Y se ha calculado en un efectivo de más de 100.000 empresas de todo tipo. No se refiere, pues, únicamente a Amazon, Google y sus consortes, ni siquiera al sector digital.

 

Los márgenes de las empresas estadounidenses se han disparado

Evolución del índice de margen (definido aquí como el precio respecto al coste marginal) calculado sobre una muestra de 350.000 empresas estadounidenses, en %

Los economistas, que se tienen en mucha estima entre sí, miden el poder de mercado, que aún se llama poder (o grado) de monopolio, mediante un índice que lleva el nombre de uno de ellos: el índice Lerner. Este índice es igual al margen dividido entre el precio. Evidentemente, es igual a 0 cuando la competencia es perfecta, puesto que en ese modelo teórico el precio es, precisamente, igual al coste marginal. Y crece cuando el mercado se aleja de esa situación y se acerca a la de monopolio. En resumen, cuanto más aumentan el margen, el índice de margen o el índice de Lerner, todos los cuales combinan precio y coste en diversos modos, menor es la competencia.

Es un razonamiento intuitivo pero tramposo, pues hacemos como si los costes fijos* no existieran. La tendencia revelada podría reflejar así, simplemente, una intensidad de competencia igual, una evolución histórica de las técnicas de producción hacia unos gastos fijos crecientes (construcción de edificios, concepción de softwares, inversión en I + D) y unos costes variables decrecientes (menos materia prima, menos energía y menos productos intermedios por unidad producida).

¿Qué relación tiene el coste con el poder del monopolio?

El coste que interesa a los economistas es el marginal

Los beneficios siguen la misma senda que los índices de margen

Evidentemente, esa no es la explicación correcta. Se puede observar que los beneficios siguen prácticamente la misma evolución que la de los índices de margen. Tanto en lo que se refiere al beneficio calculado a partir de los dividendos repartidos como para el beneficio calculado a partir del valor bursátil, el famoso PER (relación precio/ganancias en sus siglas en inglés)* escrutado por los analistas bursátiles; y tanto para el beneficio y el índice de margen del conjunto de las empresas como para el beneficio y el índice de margen de cada empresa.

 

CRECIENTE DESIGUALDAD ENTRE EMPRESAS

Además, el crecimiento observado del índice de margen es conforme a otra tendencia, también de largo plazo, recientemente revelada: la creciente desigualdad entre las empresas estadounidenses. El crecimiento del margen es, en efecto, espectacular en el caso de las empresas del noveno decil, es decir, el 10% que tienen los márgenes mayores. Desde 1980, ha pasado de 1,46 a 2,6, o sea, ha dado un salto del 70%. Por el contrario, en las empresas que se sitúan en la mitad inferior de la distribución (el 50% con márgenes menores) el índice de margen se ha estancado en el mismo periodo. Además, los índices de margen son, como es evidente, positivamente correlativos al tamaño de las empresas. En otras palabras, nos encontramos con un importante aumento de las empresas superestrellas que ahondan su diferencia, de cuota de mercado, de productividad y de beneficio, con las empresas del montón: las 100 primeras empresas de Estados Unidos por su volumen de negocios representan hoy cerca de la mitad del PIB estadounidense, mientras que la proporción en 1994 era de un tercio.

Importante crecimiento de las empresas ‘superestrella’

El aumento de poder de las sociedades empobrece a los hogares

Este aumento del poder de mercado de las empresas provoca una creciente desigualdad entre los hogares. Unos márgenes más elevados penalizan a los consumidores y favorecen a los accionistas. Los hogares de bajos ingresos que dedican la totalidad o la casi totalidad de su presupuesto al consumo son, en efecto, los más afectados. Por el contrario, los de altos ingresos poseen, directa o indirectamente, acciones y reciben los dividendos.

La globalización, y su consecuente ampliación de los mercados, y la tecnología, cuyos efectos de red* llevan a la supremacía de las plataformas que más rápidamente se hacen con una primera oleada de clientes, pueden, con razón, invocarse como causa de la tendencia al aumento del poder de monopolio. Pero, como señala Angus Deaton, premiado con el Nobel de Economía en 2015, hay causas sobre las que es más fácil actuar. Mencionemos, por ejemplo, las fusiones y adquisiciones autorizadas con demasiada ligereza o la débil resistencia de los cargos electos y del Ejecutivo estadounidense frente al poder político de las empresas que se hacen con las rentas y las protecciones. Estas dos tendencias no parecen invertirse si pensamos en el camino emprendido recientemente por Estados Unidos.

 

* LÉXICO

Coste marginal: coste adicional efectivamente gastado para garantizar la producción de la última unidad vendida.

Coste fijo: coste cuyo montante no depende, o no depende directamente, del nivel de actividad.

Price-earning ratio (PER): relación entre la cotización de la acción de la empresa y el beneficio neto por acción. Cuanto más elevado es, más prevén los inversores futuros beneficios.

Efecto de red: ley que se aplica a algunos mercados, especialmente tecnológicos, según la cual la utilidad del bien o del servicio aumenta con el número de sus usuarios.