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Meta a un obrero en la izquierda

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Diciembre 2015 / 31

En una entrevista que publicó esta revista leí una reflexión interesante, que decía que la clase obrera debe volver a darse cuenta de que lo es. Y me hizo recordar otra frase interesante, que dice que “la lucha es de igual a igual contra uno mismo”.  Estos días salía en el periódico una encuesta que decía justamente eso, que la gente sin ingresos o con ingresos muy bajos se consideraba en España clase media. 

Es un  concepto básico. Si no hay  conciencia no hay nada. No hay lucha posible. Esa es una de las causas (no digo que sea la única) de que las luchas, las mareas, las  manifestaciones, y ya ni hablo de las huelgas, no duren en el tiempo. Quienes las lideran son gente joven, y en muchos casos (menos en la PAH, que es un mundo aparte), sus luchas se volatilizan con el tiempo. Hay como un cansancio. Los movimientos pierden fuerza, pero los problemas continúan. Están más que nunca.

La izquierda, por supuesto, tiene que hacer una profundísima reflexión sobre las cosas que se han hecho mal. La izquierda está liderada por señoritos de la universidad o por empresarios centristas que miran de arriba hacia abajo al resto. Y la gente comienza a verlos como niñatos jugando a la política.

A ver cuándo se entera la izquierda de que tiene que incluir a los obreros de base entre sus líderes: que la gente se vea identificada y que no se avergüence de decir “soy clase baja”. 

La gente, incluso alguna que tiene problemas para pagar el recibo de la luz, termina votando  al PP... o a CiU... que ganan con un discurso muy conocido como el señalar a los otros (a los inmigrantes, a los de fuera) como los culpables.  

La izquierda no es una opción porque quien está frente a ella es un tipo que se cree más listo, que está entre círculos intelectuales, que no sabe lo que es arremangarse, que nunca ha limpiado un baño, y que encima se descubre con ganancias de procedencia dudosa. Hacen falta políticos que vivan del alquiler y que sepan lo que es en carne propia no tener acceso a los productos básicos. Hacen falta obreros (u obreras, que son las más). 

Pedro Salazar Rovira