Te quedan 0 artículos gratuitos este mes.

Accede sin límites desde 55 €/año

Suscríbete  o  Inicia sesión

4.- Movilizar el ahorro acumulado durante el confinamiento

Por A.M.
Comparte
Pertenece a la revista
Septiembre 2020 / 83

Restaurantes y cines cerrados, compras importantes postergadas… Privados de la posibilidad de consumir, los ciudadanos confinados —al menos los que no se han visto muy afectados por la crisis— no han tenido más remedio que ahorrar. [En España, en el primer semestre de 2020, el dinero acumulado en depósitos y cuentas corrientes en algunos bancos, como Caixabank y BBVA, ha crecido por encima del 7%. El aumento conjunto de estas partidas ahorradas a la fuerza por las familias y las empresas supera los 44.000 millones de euros.]

Por el momento, el hecho de que los hogares ahorren constituye una buena noticia, porque es en parte síntoma de que, para muchos, han funcionado las medidas de mantenimiento de sus ingresos. Pero, si tras el confinamiento, esas sumas siguen sin movilizarse porque los hogares tienen miedo del futuro, se puede originar un círculo vicioso: un consumo menor que el de antes de la epidemia provocaría una pérdida de actividad en las empresas que podrían entonces proceder a hacer despidos. A ello seguiría una disminución de los ingresos de los hogares, de nuevo una bajada del consumo y así consecutivamente. 

CONSUMO ORIENTADO. Una recuperación del consumo será, pues necesaria. Pero no de cualquier modo. Sería totalmente contraproducente que las medidas de apoyo a la demanda, esperadas y solicitadas por determinados sectores, provoquen un consumo a ultranza sin tener en cuenta los objetivos nacionales de lucha contra el cambio climático. De ahí las medidas encaminadas a intentar “orientar” el gasto de los hogares. Pero ello exige habilidad. “Hay que tener cuidado de no proceder a un cambio de estructura de nuestra economía demasiado brusco que provocaría costes importantes en el ámbito del paro”, subraya el director del Observatorio Francés de Coyunturas Económicas, Xavier Timbeau. Cambiar el modo de consumo significa cambiar el modo de producir, lo que no se puede decretar de un día para otro. Pero, aunque la dependencia de la estructura económica actual es grande, existen márgenes de maniobra. Se puede pensar, por ejemplo, en “incentivos fiscales que animen a los hogares a hacer gastos que sean, además, útiles: renovación energética del hábitat, compra de coches eléctricos…”, explica Patrick Artus, economista jefe del banco Natixis.

CANALIZAR EL AHORRO. En algunos países, como Francia, han surgido ya nuevas ideas para arañar o canalizar estos excedentes imprevistos. El grupo socialista en la Asamblea Nacional propuso una enmienda, finalmente rechazada, para gravar con el 0,5% los seguros de vida con un saldo superior a 30.000 euros. A la derecha, los republicanos proponen crear una libreta C (de coronavirus). Siguiendo el modelo de la libreta A, cuyos fondos sirven ya para financiar grandes objetivos como la construcción de viviendas sociales, la libreta C permitiría movilizar el ahorro a favor de la inversión de las empresas.

44 mil millones de euros: Aumento de los depósitos y cuentas corrientes en los grandes bancos durante el primer semestre de 2020

“Lo fundamental es canalizar el ahorro, incluido el ahorro salarial, hacia inversiones a largo plazo”, afirma Wojtek Kalinowski, codirector del instituto Veblen, “y conciliar la necesidad de bloquear ese dinero en proyectos a largo plazo, cuya rentabilidad es escasa, con la demanda de los ahorradores, que quieren poder desbloquear rápidamente el dinero en caso de necesidad”, añade. Para ello habría, por ejemplo, que otorgar a los que recojan ese dinero condiciones ventajosas de refinanciación a través de garantías públicas o, lo que sería mejor, a través del Banco Europeo de Inversiones. 

[Los 44.000 millones de euros acumulados en las principales entidades financieras españolas en el primer semestre de 2020, aportados en buena medida durante el confinamiento, son una cantidad sustancial en tan poco tiempo, pero muy inferior a los 106.000 millones de patrimonio acumulado por los fondos de pensiones en el país. Ambas magnitudes recuerdan la importancia de pensar en modelos que mejoren el uso del ahorro en función de objetivos definidos colectivamente.] 
A.M.