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Renta Básica Universal. La peor de las soluciones (a excepción de todas las demás) // El derecho a no ser pobre

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Noviembre 2015 / 30

Renta básica: ¿Se imaginan a todos los españoles veraneando en Torrevieja entre el 1 y el 31 de agosto, calzados con alpargatas blancas y bebiendo sólo agua en un botijo?

Renta Básica Universal. La peor de las soluciones (a excepción de todas las demás)
Cive Pérez
Clave Intelectual, 2015, 434 páginas.

Seguramente, no. Es la comparación que  José Antonio (Cive) Pérez propone para mostrar “el absurdo” de la premisa de que todos los españoles en edad laboral optarían por no trabajar y se conformarían con vivir de una cuantía ligerísimamente superior al umbral de la pobreza si existiera una Renta Básica. Pérez se refiere a uno de los argumentos más manoseados  que suelen esgrimirse contra una de las medidas más contundentes planteadas contra la pobreza: un ingreso mínimo garantizado para personas ricas y pobres, trabajen o no, tengan la edad que tengan; condicionado, pues, a nada. Porque todo el mundo debe tener derecho a no vivir en la miseria, como tiene derecho a la sanidad, la educación o a votar, partiendo de la base de que la miseria es resultado de un reparto injusto de la riqueza.

Hace tres siglos, desde Thomas Paine y Charles Fourier hasta hoy, se viene hablando de forma intermitente de una idea que buena parte de la derecha, y parte también de la izquierda, denostan por razones opuestas, pero que ha acabado por entrar en el debate político. El libro Renta Básica Universal. La peor de las soluciones (a excepción de todas las demás) rompe una lanza a favor de la receta al desmontar una por una las pegas que objetan sus detractores. Pérez escribe desde el estómago, aunque aportando datos y un interesante background histórico sobre la evolución de la protección social, y deja flotando en el aire la equiparación de renta básica y sentido común.  Un grupo de investigadores de la Red de Renta Básica (Daniel Raventós, Lluís Torrens, Jordi Arcarons y Antoni Domènech) concluyeron  en diciembre de 2014 que en España es posible financiar una cuantía de 7.500 euros al año a los mayores de 18 años sin tocar un euro de otras partidas salvo las redundantes, más una reforma del IRPF y del ahorro.