El 2018 que viene

En esta revista nos afanamos en servir a los lectores. Para que sepan en qué año se meten, anticipamos algunas noticias del año 2018.

Enero. Mariano Rajoy atribuye el descenso de la inversión a los catalanes, que han votado mal, para variar.

Febrero. La ministra Fátima Báñez proclama que las pensiones están aseguradas. “Cofidis nos ha prestado un poco de dinerillo y ya salimos del paso”, declara.

Marzo. Mariano Rajoy empieza a negociar con el grupo vasco los presupuestos de 2019. Como el cupo ya va a tope, el Gobierno ofrece a cada vasco una paletilla de Jabugo y un cheque de gasolina.

Abril. La NASA desmiente que la muralla china se vea desde el espacio. “La única obra humana visible desde la Luna”, dice un portavoz, “es la deuda pública española”.

Mayo. El ministro Cristóbal Montoro justifica que los ricos paguen pocos impuestos: “No es fraude, es timidez, el dinero es así, asustadizo y encantador como un cachorrillo”, manifiesta.

Junio. Incertidumbre ante las nuevas elecciones autonómicas catalanas. La inversión se resiente. El artículo 155 decide quedarse a vivir en Cataluña y adquiere un bonito apartamento en Mataró.

Julio. La sequía alcanza niveles nunca vistos. Calcinados ya los bosques, empiezan a arder los huertos de lechugas.

Agosto. Aumenta el número de turistas. Aumenta el número de camareros. Rajoy, de vacaciones en Sanxenxo, afirma que la economía española va como un tiro.

Septiembre. Veinte millones de camareros quedan en paro.

Octubre. A Florentino Pérez le sale mal un negocio. Los contribuyentes españoles corren a resarcirle y a hacerle mimos para que se le pase el disgusto, pobrecito.

Noviembre. La electricidad y el gas suben un 60%. “El sistema es transparente, justo y eficaz”, asegura, con una mirada extrañamente vidriosa, el ministro de Energía.

Diciembre. Incertidumbre ante las nuevas elecciones autonómicas en Cataluña. La Unesco incluye las votaciones catalanas en su lista de tradiciones absurdas, repetitivas y simpáticamente folclóricas.