Te quedan 1 artículos gratuitos este mes.

Accede sin límites desde 55 €/año

Suscríbete  o  Inicia sesión

La recesión puede llegar al 13,6% y Sánchez pide a la UE un fondo de 1,5 billones

Comparte

Los ciudadanos españoles han recibido un nuevo golpe de realismo. El Banco de España ha anunciado que la recesión económica causada por las medidas tomadas para reducir la pérdida de vidas humanas causada por la covid-19 puede suponer una caída del Producto Interior Bruto (PIB) del 13,6% en 2020. En este clima de dificultades ha trascendido la propuesta del Gobierno de pedir a la UE la creación de un Fondo de Recuperación de 1,5 billones de euros. La propuesta será presentada por el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, en la próxima cumbre europea del 23 de abril. Desde los Gobiernos de España e Italia, Europa se ve como una tabla de salvación imprescindible.

El Banco de España ha elaborado varios escenarios sobre la posible evolución de la economía, según la duración del confinamiento y el parón económico que empezó el pasado 14 de marzo. En el mejor de los casos, un confinamiento de ocho semanas de duración (hasta el 9 de mayo) y normalización económica casi completa tras el encierro, la caída del PIB sería del 6,6%. En el peor supuesto, que la reclusión dure 12 semanas (hasta el 7 de junio) y se registre “una mayor persistencia de los efectos una vez terminado el confinamiento, se estima que la caída del PIB en 2020 podría alcanzar el 13,6%”. Se trata del mayor deterioro de la economía desde la guerra civil.

La semana pasada el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó una caída del PIB del 8%. En la pasada crisis de 2009, la caída de la actividad económica fue del 3,6%. El impacto sobre el empleo será devastador. Solo en las dos últimas semanas de marzo se destruyeron 900.000 empleos, según la Seguridad Social. Para el mes de abril la Fundación de las Cajas de ahorros (FUNCAS) prevé la pérdida de otros 750.000 puestos de trabajo. Estos datos son independientes de los más de tres millones de trabajadores que se han acogido a los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).

La profundidad de la recesión económica con la consiguiente destrucción de empresas y empleos acarreará un fuerte deterioro de las cuentas públicas. Según el Banco de España, en el peor de los escenarios el déficit público y la deuda pública en 2020 se situarían en el 11% y 122%, respectivamente.

En este contexto, de acumulación de pésimas noticias económicas y sociales, ha trascendido la propuesta de España de crear un Fondo europeo para la Recuperación de 1,5 billones de euros, según publica el diario El País. La iniciativa será presentada por el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en el Consejo Europeo (reunión de jefes de Estado o de Gobierno de la UE) del próximo 23 de abril. La financiación de este fondo sería a través de bonos con un plazo de amortización de larga duración o perpetua.

En el diseño de un Fondo de Recuperación vienen trabajando los servicios de la Comisión Europea en el marco de las negociaciones del Marco Financiero Plurianual (MFP), que define las características del presupuesto europeo de los próximos siete años (2021--2027). Se han contemplado distintas configuraciones. Una de las fórmulas analizadas consideraba un fondo de 300.000 millones de euros con un gran efecto multiplicador que podría tener un impacto final de hasta tres billones de euros.

Francia, por su parte,  trabajaba en un fondo de 500.000 millones de euros que podría tener una capacidad de movilización de recursos de entre 1,5 y dos billones de euros. La semana pasada el periódico alemán Handelsblatt, atribuía al vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, el plan del ejecutivo comunitario de financiar un Fondo de Recuperación de hasta 1,5 billones de euros. Dombrovskis precisó que el fondo podría financiarse con bonos respaldados por una garantía de los estados miembros.

En la reunión del Eurogrupo del pasado 9 de abril, los ministros de Economía acordaron “trabajar en un Fondo de Recuperación para preparar y apoyar la recuperación, proporcionando fondos a través del presupuesto de la UE”. El fondo sería “temporal y específico” y sus recursos se destinarían a los países más afectados por la crisis. Sin embargo, en el documento no aparecía cifra alguna sobre este nuevo instrumento.

El Parlamento Europeo en su resolución del pasado 17 de abril dio un paso más sobre el papel y contenido del Fondo de Recuperación. Pidió a la Comisión Europea que proponga un paquete de recuperación y reconstrucción a gran escala “más allá de lo que ya están haciendo el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), El Banco Europeo de Inversiones (BEI) y el Banco Central Europeo, (BCE). Hasta ahora Alemania y Holanda habían señalado que las ayudas debían concederse a través del MEDE lo que ha sido reiteradamente rechazado por Italia por temor a las condiciones de los préstamos de este mecanismo. Según el plan del Parlamento Europeo, que tampoco mencionaba cifras, “la inversión necesaria se financiaría a través de un MFP (presupuesto europeo) más amplio, de los fondos e instrumentos financieros de la Unión existentes y de bonos de recuperación garantizados por el presupuesto de la Unión”. 

Hay una precisión significativa en la resolución de la Eurocámara: “Este paquete no debe implicar la mutualización de la deuda existente y ha de orientarse a inversiones futuras”. Esto se ha interpretado en el sentido de que la futura deuda sí que estaría mutualizada. 

Esto significa que no se hablará de eurobonos, proscrito por los países ricos,  pero sí de bonos europeos que están garantizados por el conjunto de los Estados miembros. Este esquema representaría una transferencia de recursos en la medida que todos los países responderían por igual aunque los beneficiarios serían sólo los países que tendrán más necesidades, Grecia, Italia y España.

Esta no es la primera vez que la Unión emite bonos garantizados por el presupuesto comunitario. En mayo de 2010, para afrontar la crisis griega y del euro, la Comisión Europea creó el Mecanismo Europeo de Estabilidad con una capacidad de 60.000 millones de euros. La cuantía que ahora se plantea es incomparable. Se baraja alcanzar hasta el 2% del presupuesto europeo.