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Los márgenes tienen la culpa

El aumento de los beneficios de las empresas, muy superior al de los salarios, es el gran responsable de la espiral inflacionista

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Junio 2023 / 114
Beneficios

El Banco de España y el Banco Central Europeo (BCE) confirman lo que desde hace meses venían constatando servicios de análisis, sindicatos y organizaciones no gubernamentales: las grandes empresas están incrementando los precios a mayor ritmo que los costes, y ese es el principal motor de la espiral inflacionista que sufrimos. La llamada greedflation, o inflación de la codicia, trae consigo un reparto desigual de los daños causados por la subida de los precios. Como ya sucediera tras la crisis financiera de 2008, son los asalariados los que están pagando los platos rotos de un periodo de turbulencias económicas.

Los economistas del BCE han detectado que los márgenes de beneficio de las empresas de la zona euro vienen aumentando más que los salarios desde comienzos de 2022 en todos los sectores, especialmente en la agricultura, la energía, la construcción, la industria y los servicios más presenciales. En concreto, calculan que en la segunda mitad de 2022 los márgenes empresariales fueron responsables de dos terceras partes de la inflación, muy por encima de la media en lo que va de siglo (véase gráfico). 

En la misma dirección apunta el Banco de España. En su Informe anual 2022, la entidad explica que el incremento del excedente bruto de explotación (una vara de medir los beneficios de las empresas) en 2022 y en el primer trimestre de 2023 ha sido sustancialmente mayor que el de los costes laborales unitarios, que se calculan sumando los salarios y las cotizaciones sociales. Como reza el informe, “a pesar del pronunciado aumento de los precios de consumo, los incrementos salariales están siendo moderados, lo que ha dado como resultado una caída significativa de los salarios reales”. Los datos ponen de relieve que las empresas han aprovechado la inflación para recuperar con creces el terreno perdido durante la pandemia, aunque el BdE subraya que los márgenes de beneficio son solo ligeramente superiores a los costes laborales si se miran “con una perspectiva temporal más amplia”, tomando como referencia el periodo que va desde finales de 2019 al primer trimestre de 2023.

Pero el hecho es que los precios siguen subiendo a pesar de que los factores que lo justificaban prácticamente se han evaporado: las cadenas de suministro han recuperado la normalidad perdida durante la pandemia; los inventarios de las empresas están de nuevo al completo; la demanda de productos que escasearon en 2020 y 2021 se ha moderado, y los costes de la energía, que se dispararon con la guerra en Ucrania, están lejos de su pico más alto.

Todo ello indica que las empresas están captando las rentas que las familias han ahorrado durante los largos meses de restricciones a la movilidad, que trajeron consigo una fuerte caída del consumo. El fenómeno es especialmente notable en sectores como la energía y la banca —concentrados cada vez en menos manos—, cuyos beneficios han sido especialmente elevados en los últimos dos años. Son, precisamente, los dos sectores sometidos a impuestos en concepto de beneficios extraordinarios por parte del Gobierno.

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Motores de la inflación

Funcas, el servicio de estudios de las cajas de ahorros, advierte de que el aumento de los márgenes empresariales puede frenar el crecimiento económico si no viene acompañado de más inversión. Según sus cálculos, esos márgenes crecieron el 18,8% en 2022, mientras que los salarios de los trabajadores solo lo hicieron el 2%. El pronóstico de los economistas de Funcas  es que la tendencia se prolongará este año, con un aumento del 7,5% de los primeros y del 3,4% de los segundos.

Poder adquisitivo perdido

¿Seguirán las grandes corporaciones saliéndose con la suya? Tanto el BCE como el Banco de España inciden una y otra vez en la necesidad de moderar tanto los márgenes de beneficio de las empresas como las subidas salariales para evitar efectos de segunda ronda que prolonguen el periodo inflacionario y causen graves daños a la economía. Para recuperar, al menos, parte del poder adquisitivo perdido por la inflación, patronal y sindicatos han llegado a un acuerdo para subir los salarios el 10% en los próximos tres años. Y para evitar los abusos en materia de precios —a iniciativa de las centrales sindicales—, el Gobierno prepara la creación de un observatorio de márgenes de beneficio de las empresas.