Te quedan 0 artículos gratuitos este mes.

Accede sin límites desde 55 €/año

Suscríbete  o  Inicia sesión

La tecnología irrumpe en los cuidados

Suara cooperativa desarrolla proyectos de asistencia avanzada para su personal y para las personas a las que atiende

Comparte
Pertenece a la revista
Enero 2024 / 120
Multisensorial

Ilustración
Lola Fernández

Audioplayer Icon
Escucha el artículo

Las posibilidades de la tecnología no se detienen en el umbral de la puerta de la atención a las personas. O, mejor dicho, al revés. Suara cooperativa, un grupo sin ánimo de lucro de cerca de 5.000 profesionales, la gran mayoría de las cuales mujeres, y principalmente dedicadas a servicios sociales, atención a la dependencia, bienestar y salud, tercera edad e infancia, ha optado por un cambio cultural en busca de la innovación en cada lugar de trabajo.

A raíz de la pandemia, la empresa reconvirtió grandes espacios desaprovechados de un casi nuevo edificio de oficinas —cosas del teletrabajo— en un laboratorio de innovación social, recién inaugurado y hoy parte de la red europea ENoLL de Living Labs o ecosistemas abiertos de investigación, experimentación y cocreación.

En un paseo por el laboratorio uno se topa con una impresora 3D que puede fabricar una cuchara adaptada a personas con alguna discapacidad y que el personal aprende a manejar. O con una sala inmersiva donde se proyectan vídeos en 3D que ayudan a relajarse contra el estrés. La educadora social Natalia Alonso explica que por ella han pasado en ocho sesiones 1.200 personas de Suara.

"Éramos muy poco tecnológicos. Típico de las empresas sociales. Esta revolución no quitará puestos de trabajo, sino que ayudará en el trabajo. Ya hemos formado a 200 personas para utilizar GPT. Solo la posibilidad de analizar licitaciones ya es una ayuda importante. Y que una cuidadora con unas gafas y una cámara pueda conectar con una enfermera para que vea el estado de una herida y valore si es necesario ir a un ambulatorio, también", explica Jordi Picas, director del área de innovación. 

Colaborar con 'start-ups'

El proceso que sigue el laboratorio de la cooperativa es partir de un problema detectado por el personal o las personas atendidas. El segundo paso es buscar si hay alguna solución tecnológica en el mercado que pueda ser útil al respecto. Según la complejidad del proyecto, se monta un equipo específico interno o se trabaja en colaboración con start-up. El paso siguiente es capacitar a la organización para aplicar y utilizar las soluciones y aparatos. El proceso se aborda de forma colaborativa, con universidades, trabajadores, ciudadanos atendidos, tecnólogos, start-ups y Administraciones. 

Uno de los proyectos en curso pensado para ayudar a combatir la soledad de las personas mayores es un casal online, a través del Canal Suara, que, entre otros, permite relacionarse, mediante actividades interactivas. En alianza con el Instituto de Robótica de la UPC, Suara prueba también un robot que permite que el personal en residencias reporte sobre sus tareas con voz, en lugar de apuntarlas, o que pida que llame a enfermería, si tiene las manos ocupadas.

La mayoría de proyectos se desarrollan con a subvenciones, empezando por los fondos europeos EU Next Generation. Uno de los más destacados es el de hogares conectados, concebido para personas mayores, y que supone instalar sensores que recaban información y generan alarmas, por ejemplo, si durante 24 horas no se ha abierto la nevera, o si  se detecta que la persona lleva 15 horas sin salir de la cama. Cada persona elige el tipo de sensores. Y los datos no se venden. Se está probando en 40 domicilios.

Picas ve progreso, no deshumanización. "La mayoría de personas quiere envejecer en casa. Reforzar las tareas de cuidados con asistencia avanzada sirve para retrasar el ingreso en una residencia".