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Qué pueden hacer los gobiernos

No hay soluciones sencillas. Las desalinizadoras ya funcionan, pero no son un remedio definitivo. También hay sistemas de reciclaje de agua y pantallas que recogen la humedad del aire

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Enero 2023 / 109

Ilustración
Andrea Bosch

No hay soluciones mágicas ni tecnología punta que no requiera afectar la tierra, para salvarla. Decrecer es, para una buena parte del mundo ecologista, la única solución posible. Otros opinan que hay mucho camino por recorrer y que hay que apurarse porque los efectos del cambio climático llegan antes de lo esperado.
 
Para ecologistas como Julio Barea, de Greenpeace, las desalinizadoras no son una solución definitiva, pues aunque se aproveche la sal que queda, la mayoría se devuelve al mar, por lo que se altera la salinidad , y por tanto, la vida marina.
 
Sin embargo, hay quienes tampoco ven otra solución fácil o tan rápida como puede llegar a ser necesario. Ezequiel Navío, asesor del Gobierno canario en temas climáticos y presidente de la Asociación para el Desarrollo de Acciones Climáticas Integrales (ADACIS), está incentivando a los gobiernos para hacer que las  desaladoras funcionen con energía renovable. “Las desaladoras, instaladas por primera vez en 1964, son una solución que en este momento representa la seguridad hídrica de los dos millones de habitantes de Canarias y de los más de 13 millones de turistas que vienen a las islas", dice Navío. "Un lado negativo es que funcionan en el 99% con combustibles fósiles, con lo cual el grado de emisiones que generan es brutal. La solución es que funcionen con energías 100% renovables, como en Gran Canaria, que funciona al 100% con eólica".
 
Navío sabe que la situación de las islas ha sido tremenda. Que se han sufrido hambrunas y migraciones y que se debe evitar llegar ahí. 

 

Hoy por hoy el agua de desalinización es mucho más cara que el agua de los ríos. Hay una diferencia de alrededor de 30 céntimos frente a un euro, porque implica un montaje más complejo y que requiere más energía, tanto para producir como para el transporte. Y que no es una solución acorde a los lugares ubicados en zonas centrales.

“Quien contamina paga”

Tanto Greenpeace como la organización ecologista WWF proponen avanzar en la recuperación de costes de los servicios del agua que requiere la Directiva Marco del Agua. “Tenemos que establecer una política de precios del agua que reduzca la presión, que incentive el uso eficiente de los recursos hídricos y que asegure la contribución de los distintos usuarios a la mejora de los ecosistemas acuáticos de acuerdo con el principio de “quien contamina paga”, explican.

Proponen, entre otras cosas, revisar los indicadores de sequía para mejorar la prevención; adaptar las demandas a los recursos hídricos realmente disponibles, y utilizar fuentes alternativas de recursos hídricos en periodos críticos de sequía. Aparte de la desalinización, proponen aumentar la reutilización de las aguas depuradas y apoyar la cultura del ahorro del agua, especialmente por parte de los sectores productivos que más consumen (los sectores agrícolas). También solicitan impulsar una ley de protección de los suelos para evitar su continua erosión y degradación.

Por otro lado, creen que es crucial que el Plan Estatal de Regadíos incorpore las actuaciones estatales y autonómicas y se someta a una evaluación ambiental estratégica, y que el Ministerio de Agricultura trabaje “por el control y la penalización del uso ilegal del agua en agricultura, entre otras a través de la mejora en la aplicación y el seguimiento de la condicionalidad de las ayudas PAC, como señala el Tribunal de Cuentas Europeo”.  Y garantizar la coordinación con la administración de Minas (nacional y autonómica) en los procesos de autorización de permisos de investigación de acuíferos mediante sondeos, de forma que en todo momento se conozca la intervención en el territorio y se activen los protocolos de seguimiento tras el posible alumbramiento de las aguas subterráneas.

Esas y otras medidas deberían estar encaminadas a combatir el uso ilegal de los recursos hídricos y favorecer prácticas sostenibles.

Una de las medidas ya en marcha es la modernización y la digitalización de los regadíos. El estudio de Judit Montoriol Garriga, economista de CaixaBank Research, explica que ampliar estas medidas “debería ayudar a cumplir con la normativa comunitaria Directiva Marco del Agua, al contribuir a la protección de las aguas superficiales mediante la reducción de su extracción para riego. Además, también puede ayudar a cumplir los objetivos de la Directiva de Nitratos y los de reducción de la contaminación del suelo por el uso de fitosanitarios, ya que la implantación de sistemas de riego por aspersión y goteo permiten una aplicación en el agua de riego de fertilizantes y fitosanitarios en la dosis estrictamente necesaria y en el momento que el cultivo lo necesita”. 

Reciclar el agua

Parte de las posibles soluciones es el reciclado del agua. Israel, que también usa desalinizadoras para abastecer a una población que vive en el desierto, es un ejemplo en este sentido. El país recicla el 85% de su agua (En España varía según la región. En promedio calculan que el  20%, y aun así es el segundo país que más recicla). En Israel, casi el 50% del agua que se utiliza para la agricultura es agua reciclada. Es así como a través de los años logró hacer tierra fértil en el desierto.

Usar agua reciclada puede permitir obtener nutrientes y reducir el uso de fertilizantes. “Todo ello estaría en consonancia con las políticas de la UE enmarcadas dentro del Pacto Verde Europeo, como son la estrategia De la Granja a la Mesa y la estrategia europea de adaptación al cambio climático”, agrega Montoriol.

Generar agua del aire

En tierra desértica, de hecho, Navío es proclive a la idea de fomentar la agricultura responsable y la repoblación de los bosques perdidos por la sequía. ¿Cómo se regarían? El ejemplo vuelve a ser Israel. Una de las tecnologías que utilizan, y que también se utilizan en España aunque en menor escala, son las “cortinas o pantallas” que se ponen en el desierto, aprovechan la condensación de la humedad de la noche y recogen agua para almacenar y regar durante el día. Estas pantallas que captan agua no son más que mamparas que condensan el agua del viento y la filtran. En lugares de aire húmedo, con diferentes materiales se usan los atrapanieblas.

En Internet van saliendo noticias sobre supertecnologías, como los aviones que tiran yoduro de plata en las nubes para hacer llover. Todas las personas consultadas están de acuerdo con que no es ninguna solución. Se han hecho muchos experimentos para intentar producir lluvias, a través de interacciones con las nubes. Pero, además de la posible contaminación que puede conllevar, no está en ninguna agenda política occidental como una solución real. Mucho más eficiente es algo más mundano como el consumo racional del agua y políticas socialmente justas.