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Una casa sostenible para la industria 4.0

Empresas punteras en robots, Internet de las cosas, inteligencia artificial, impresión en 3D y realidad aumentada se mezclan ya en el 'hub' tecnológico de promoción pública DFactory.

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Noviembre 2022 / 107
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Una casa sostenible para la industria 4.0

Ilustración
Andrea Bosch

Parece un coche de juguete, pero ni es exactamente un coche ni, desde luego, es de juguete. El e-Miles es un cuadriciclo eléctrico sin pedales ni volante —solo un joystick, como el de los aviones— al que se entra andando, tras levantar el portón frontal, lo que abre un mundo de posibilidades para las personas con movilidad reducida. Para conducir el vehículo, solo se necesita carné si su chasis se estira como una caja de cerillas y pasa a tener cuatro plazas en lugar de dos, porque la potencia se multiplica. Con una autonomía de 150 km, costará entre 14.000 y 16.000 euros una vez  en la calle. Y pronto lo estará: Inter IKEA ha dicho que está dispuesto a probar "el concepto de movilidad del e-Miles, com parte de su programa Futuro de la Movilidad Urbana". Será una prueba piloto para llevar los muebles a casa.

 
E-Miles es el nombre del primer artefacto —2,5 metros de largo por 1,5 de ancho— con que se topa quien visite un edificio singular a las afueras de Barcelona construido con 2.000 toneladas de acero y cristal, presidido por una pantalla en forma de globo terráqueo, con aires de  fábrica del futuro: es el DFactory, promovido por el Consorci de la Zona Franca de Barcelona (CZFB).
 
Esta institución ha invertido 30 millones de euros en la primera fase del proyecto, que busca potenciar la industria 4.0 y sus tecnologías: inteligencia artificial, Internet de las cosas, realidad aumentada, impresión en 3D,  cadenas de bloques (blockchain), ciberseguridad y robótica. De ahí que, en un paseo por los 17.000 metros cuadrados de instalaciones, sea posible toparse con una cabeza parlante de mujer que pregunta sonriente si ha cantado bien un tema de Shakira, o con un robot en forma de perro que desactiva explosivos. 
 
DFactory echó a andar hace un año, aunque la última edición de la Barcelona New Economy Week (BNEW) ha sido su presentación en sociedad. Hoy ya está ocupado al 50%, con compañías variopintas, consolidadas y nuevas, que generan 500 empleos.
 
"Lo último que queríamos era estar en una incubadora de startups. Nuestra presencia en DFactory tiene que ver con el branding: nos interesa participar en un centro de excelencia, rodearnos de actores punteros en la industria 4.0", señala Jaume Rey, cofundador y director de Nexiona, que acompaña con su software a las empresas para adentrarse en el Internet de las cosas (IoT). Rey aclara: "La industria 4.0  va más llá de la automatización o de conectar máquinas entre sí. Se trata de ayudar a tomar las mejores decisiones basadas en datos, para identificar puntos de eficiencia".

Objetivo: colaborar

Cerca del particular auditorio, Pere Navarro, delegado especial del Estado en el CZFB, saca pecho ante un grupo de visitas de un ecosistema con parada de metro y terraza con vistas al puerto y al aeropuerto de Barcelona. "Si quieren un pisito, ya saben", bromea. O no, porque alquila espacios a 26 euros el metro cuadrado. Según el perfil, dice que hay sitio o que no queda: "Se trata de ayudar a transformar el tejido productivo español, con un espacio donde distintos actores de la industria 4.0 colaboraran. Existen otras experiencias privadas como esta, pero no públicas", remarca.
 
E-Miles es hijo de la deseada colaboración. "Presenté a Navarro el primer anteproyecto del cuadriciclo y, me sugirió una colaboración con Leitat", explica Mike Hastewell, fundador de Malena Engineering, que está detrás del cuadriciclo y que participa en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PERTE) liderado por VW-Seat para impulsar el vehículo eléctrico.
 
Leitat —que ocupa 3.000 metros cuadrados en DFactory, y opera laboratorios de robótica, fotónica y fabricación en 3D— ayudó a hacer realidad el primer prototipo del e-Miles. El 90% de sus piezas se han hecho con impresión en 3D. Del acuerdo forma parte la distribuidora de impresoras 3D Windforce, también inquilina de DFactory.
 
La segunda fase del despliegue del DFactory, que añadirá otros 70.000 metros cuadrados al proyecto, se orientará sobre todo a la fabricación, y arrancará cuando esté cubierto el grueso de la ocupación del primer edificio. En los planes del CZFB, puede llegar a albergar un centenar de empresas que empleen a 5.000 personas. La nueva industria, sin duda, es menos intensiva en empleo que la vieja, pero si se saca el tema la respuesta suena a la destrucción creativa de Schumpeter: un robot o una impresora 3D podrán hacer tareas de humanos, pero alguien deberá diseñarlos y alguien más, ocuparse de su mantenimiento. 

Realidad aumentada

"Si eres puntero en este tipo de tecnología es obligado estar por aquí. Te posiciona y te relaciona con otros. Nosotros tenemos la sede en San Sebastián y DFactory funciona como una oficina comercial, y más ahora que la pandemia ha acelerado la conciencia  de la necesidad de digitalizar procesos", explica Xavier Riba, director territorial para Cataluña de Innovae. Esta compañía aplica soluciones de realidad aumentada tanto para empresas industriales como para el sector educativo. Es otra de las caras de la industria 4.0.  
 
"En última instancia, vendemos ayuda para reducir tiempo y costes", subraya Riba. Y pone un ejemplo impactante: un  operario que requeriría un total de 80 horas de formación para empezar como novato puede necesitar solo dos horas para estar listo, gracias a las famosas gafas que permiten leer instrucciones y practicar virtualmente en tiempo real. La práctica de cirugía y la asistencia en remoto a quien opere en otro país son algunas de las oportunidades que plantean. Innovae dispone de su propia incubadora de startups basadas en tecnología de realidad aumentada en distintos sectores. Una de ellas, VR Pharma, impulsada por Mireia Cigarrán, ha sido galardonada con el premio Dona TIC con su propuesta de "farmacia digital", cuyos contenidos —vía gafas— reducen el 39% el consumo de opioides  y el 60% la sensación de dolor en un postoperatorio, dice su web.
 
En DFactory, hay compañías que ponen su tecnología a disposición de otras, y compañías que demandan tecnología. "A nosotros nos interesa dar con vías alternativas para lograr mejoras internas de procesos mediante la impresión 3D y, sobre todo, encontrar herramientas para reorientarnos del producto a los servicios de valor añadido", Señala Aleix Poch, director digital de Girbau, empresa especializada en maquinaria relacionada con la lavandería industrial. Es decir, pasar de vender grandes lavadoras a ofrecer servicios digitales, como aplicaciones para pagar con el móvil en un autoservicio de lavado o un servicio de mantenimiento que garantice su operatividad al 95%.

Lavadoras y 'apps' médicas

Una de las últimas empresas en aterrizar en en el hub tecnológico ha sido Virtual Doctor and Medicines (VDMHealth). "Fue en septiembre, pero no hemos parado, pues nuestra misión es crecer. Se trata de poner la inteligencia artificial al servicio del ciudadano y en esto DFactory supone un paso de gigante", comenta su cofundador, Jordi Ferrer, que en su vida pasada en Arthur Andersen conoció la problemática de los hospitales. La empresa busca aplicar la IA y distintas aplicaciones a la mejora de los diagnósticos y a la prescripción de fármacos: ayudar a saber cuáles dar, a reducir su consumo innecesario, a no darlos si no toca, a ver si se toman de forma correcta. Lo siguiente, alertar de síntomas de efectos secundarios. VDMHealth trabaja con Administraciones públicas, pero, en plena ronda de financiación, prepara soluciones médicas que puedan usar directamente profesionales de la medicina, farmacias y jefes de farmacología en hospitales.