Te quedan 0 artículos gratuitos este mes.

Accede sin límites desde 55 €/año

Suscríbete  o  Inicia sesión

"Nuestro sistema de comercio global favorece a los países ricos"

Comparte
Pertenece a la revista
Junio 2023 / 114
Homi Kharas

Fotografía
Miquel Coll

Homi Kharas es un economista británico especializado en erradicación de la pobreza. Recientemente estuvo en España invitado por el centro de investigación CIDOB y conversó con Alternativas económicas.

¿Qué es el reloj de la pobreza que usted ha desarrollado?
Es una herramienta para que las personas puedan ver fácilmente lo que sucede. En el  mapa puedes ver la pobreza por género, por edad, etc. Y cuántos países están en camino de alcanzar el objetivo de desarrollo sostenible. Damos nuestra mejor estimación de lo que podría suceder hasta 2030.

¿Llegaremos a cumplir los objetivos?
Cuando se establecieron, en 2015, había una esperanza real de que en 15 años pudieramos poner fin a la pobreza extrema. Tenemos 100 billones de dólares en la economía mundial. Pero la forma en que se distribuyen es tan desigual que es probable que en 2030 tengamos más de 500 millones de personas en pobreza extrema. El reloj muestra que en algunas partes donde históricamente la pobreza ha sido muy alta, como India, Bangladesh y Pakistán, está disminuyendo rápidamente. Pero, a su vez, se centra en África y en países como Afganistán, Corea del Norte y Yemen.

¿El dólar es lo mejor para medir la pobreza?  En Argentina cambia semanalmente.
Ha habido varias rondas de grandes ejercicios estadísticos. Los investigadores ven cómo varían los precios en diferentes países. Toman la misma canasta de bienes y dicen: esto es lo que cuesta en Argentina, esto en Nigeria, en Bangladesh. La definición actual es personas que viven con menos de 2,15 dólares por persona y día. Históricamente, era un dólar al día. Y ha cambiado por la inflación. Aunque tenemos un ajuste por país, y los precios varían incluso dentro. Es una estimación.

Algunos dicen que el capitalismo es bueno porque hay menos pobreza en el mundo. Pero, ¿y si excluyes a China?  
Hay muchos países, en Asia en particular, donde la pobreza ha disminuido muy rápidamente en economías capitalistas. Como Filipinas, con 100 millones de personas. O Indonesia. Bangladesh ha reducido significativamente el número de personas que viven en la pobreza, en gran parte gracias a su capacidad para exportar cantidades de ropa y emplear a mujeres en fábricas.
 

En condiciones desastrosas…
Las condiciones pueden no ser muy buenas. Pero estas mujeres están trabajando, ganando algo de dinero y viviendo más tiempo. Se casan más tarde y tienen menos hijos porque tienen opciones de atención médica reproductiva. Supongo que sus vidas son mucho mejores. Ciertamente, siguen eligiendo a los políticos que han impulsado este tipo de políticas, elección tras elección. No creo que nadie que observe seriamente la situación pueda decir que las condiciones de vida no han mejorado significativamente en Bangladesh en los últimos 40 años. Evidentemente, hablamos de una base muy miserable. Pero la mejora es sustancial.

¿Deberíamos establecer nuevos objetivos a partir de 2030?
Nos quedan siete años. Concentrémonos en hacer lo que podamos para lograr los objetivos en el plazo establecido. Por desgracia, creo que no estamos en el buen camino. Obviamente, la pandemia de la covid-19 ha afectado. Pero creo que hemos aprendido también que cuando los gobiernos ponen su mente y su fuerza financiera se pueden lograr grandes cosas. Tengo alguna esperanza de que el mundo se dé cuenta de que no podemos permitirnos dejar a los países de lado. Necesitamos mecanismos de vigilancia global de salud —en países ricos y pobres— para alertarnos de nuevas enfermedades. El cambio climático es otro ejemplo claro. Y la conservación de la biodiversidad. Estamos conectados por algo más que nuestra humanidad. Si lo traducimos en un mayor sentido de solidaridad, podemos dar grandes pasos hacia el logro de muchas de las metas.

Hay países que llevan muchísimos años en bucle, en Latinoamérica...
Muchos países están en lo que un colega y yo llamamos “la trampa del ingreso medio”. Los países de ingreso medio no tienen lo peor de la pobreza. La gente no se muere, literalmente, de hambre. Pero la élite de esos países está bien y no tiene presión para cambiar.

La pandemia y los shocks aceleran la desigualdad. ¿Cómo se cambia?
Hay dos fuentes de riqueza. Una es la riqueza que generas cuando construyes una nueva empresa. La gente que inventó una interfaz de Google generó una enorme cantidad de valor para el mundo. Y sí, se han vuelto más ricos, muy ricos. Pero yo me beneficio de los productos que me permiten usar. Luego hay personas que se enriquecen solo porque tienen dinero; heredaron. Lo ponen en alguna parte, y controlan los recursos naturales, por ejemplo. O poseen propiedades inmobiliarias en medio de la gran ciudad. No producen ningún valor. Por el contrario, lo extraen. Cuando pensamos en la desigualdad, debemos tener cuidado de alentar a las personas que generan valor y desalentar a las que lo extraen. Ahora Europa fomenta los llamados estándares ESG, estándares medioambientales, sociales y de gobernanza. Y hay informes obligatorios para las empresas. Pero es muy reciente. Creo que los pequeños inversores pueden ser muy poderosos colectivamente. Podrían, en potencia, poner parte de su dinero en empresas que obtienen mejores resultados en sus ESG. Tengo alguna esperanza, aunque todavía estamos lejos.
 

La Fundación Bill y Melinda Gates, por ejemplo, da dinero. Pero al mismo tiempo: ¿cómo y dónde paga sus impuestos?
Buena observación. Estas empresas no tienen una estructura que legitime que lo que hacen es de interés público. Tienen su propia estructura de gobierno. Y no refleja las prioridades de un proceso democrático. Con la Fundación Bill y Melinda Gates comparto algunas de sus prioridades. Pero hay otras fundaciones con las que no. Preferiría que se hiciera con una legitimidad democrática. 

Eso es pagar impuestos: la gente vota a políticos que hacen cierta política.
Sí. Pero, los impuestos, como sabes, son un tema difícil. Desafortunadamente, hay muy poca confianza en muchas instituciones democráticas. Y tan poca en los gobiernos que la gente no está dispuesta a pagar impuestos. Y, si supongamos que el dinero va a los gobiernos, los ricos que influyen en los gobiernos también podrán influir en ese dinero. Es difícil. Creo que decir: “Si tuviéramos más impuestos cambiaría el sistema”, es un poco ingenuo.

En cooperación internacional, ciertos países dicen: no solo no quiero tu pescado. Tampoco quiero que me enseñes a pescar. Quiero que no me hagas dumping en el comercio internacional del pescado. Como las ayudas que da la UE a sus productores, que pueden competir en mejores condiciones… ¿qué opina?
Todavía hay muchas distorsiones en el sistema de comercio internacional. Y son de muchos tipos. Y los subsidios, de una forma u otra, son una de las distorsiones más grandes. Lamentablemente, en las estructuras que tenemos en la OMC, la cuestión de los subsidios no se ha formalizado. No hay buenas definiciones sobre qué constituye exactamente un subsidio aceptable. Por ejemplo, si se desea alentar a algunas empresas a innovar en, digamos, tecnologías verdes. ¿Es un subsidio? Esto está sucediendo desde hace mucho tiempo y los países pobres no tienen una voz fuerte. No hay duda de que las distorsiones en nuestro sistema de comercio global favorecen a los países ricos.
 

Imagen
Homi Kharas

Si todo entra en la clase media, ¿ la tierra explotará por exceso de consumo? 
Es una pregunta maravillosa. Y, de hecho, acabo de escribir un libro sobre este tema, que se publicará en otoño. Todos queremos ser clase media. Si retrocedes a principios del siglo XIX, la clase media no existía. Unas pocas personas eran aristócratas. Y luego, básicamente, campesinos. La frase “clase media” nunca apareció por escrito hasta mediados del siglo XIX. Y hoy lo es más de la mitad del mundo. Probablemente, más de 4.000 millones de personas. Es un logro fantástico. Pero claro, las clases medias están asociadas al consumismo. Sin embargo, lo que está sucediendo es que es la clase media, independientemente de dónde se encuentre, empuja a favor de la protección de la naturaleza. Si tenemos un acuerdo internacional sobre plásticos de un solo uso es por la clase media. Que en China las centrales eléctricas de carbón, que hacían que la gente no pudiera respirar, se eliminaran por completo, es debido a la clase media. Está presionando a sus gobiernos para que hagan algo con respecto a las cosas que les importan. Por ejemplo, menos estrés en sus trabajos, trabajos decentes. El riesgo, y tengo que enfatizar, es que debemos recordar que fue la clase media la columna vertebral del fascismo en Europa. Y la clase media, en muchos países, puede ser azotada en un fervor nacionalista.

¿Qué opina sobre el decrecimiento?
No creo en el decrecimiento, sino en reinventar el crecimiento. Muchas de las cosas que consume la clase media son cada vez más servicios, películas de entretenimiento, etc. Gran parte de la clase media se está alejando del consumismo . Y comienza a adoptar productos sostenibles. Veo muchos ejemplos de ello, en los materiales que se utilizan, en sus dietas, en el evitar los vuelos de una aerolínea de corta distancia y viajar en tren, por ejemplo.

Pero aun así, queremos nuestro aire acondicionado y los automóviles, que incluso si son eléctricos, necesitan litio.
Tal vez ahora mismo. Pero también hay materiales nuevos que se están utilizando para baterías. Creo firmemente en el poder de la innovación y la tecnología. El mayor riesgo para la clase media proviene de la inteligencia artificial y lo que esta podría hacer con los trabajos.

En otras revoluciones algunos trabajos desaparecieron pero nacieron otros. ¿Eso no pasará?
Ha pasado históricamente. Pero han sido innovaciones que ayudaron a nuestras habilidades físicas. Una grúa en lugar de cientos de personas levantando piedras. Pero con la inteligencia artificial son nuestros cerebros los que están siendo sustituidos. Tal vez lo siguiente es que todos utilizaremos nuestra empatía. Pero es incierto. Hoy un joven toma una decisión sobre estudiar una carrera pero para cuando se gradúe no sabe si esa profesión va a existir.
 

Si los trabajos no están, ¿qué opina sobre una renta básica universal? 
En muchos sentidos, el esfuerzo por acabar con la pobreza extrema ya es una renta básica universal. Está establecido en un nivel extremadamente bajo. Pero la idea de ingresos básicos mínimos da seguridad. Tal vez dar a las personas al nacer una cierta dotación. U otras cosas. Ya muchos tienen programas gratuitos de jardín de infantes y primera infancia. Puede haber programas universales, además de ingresos básicos. Son políticas pre-distributivas; tratar de asegurarse de que las personas tengan las mismas oportunidades al ingresar en el mercado laboral. Y luego, una vez en el mercado, o que al ser viejos, puedan mantener un nivel mínimo.

¿Podría mencionar alguna experiencia significativa en su trabajo?
En la pandemia, muchos países introdujeron programas de transferencia de efectivo. Es todo digital, lo obtienes todo en tu teléfono, y está llegando a cientos de millones de personas. Se hizo en Pakistán, en India. En África crearon programas de transferencia de efectivo en países como Togo, en cuestión de unos meses.

¿De dónde viene el dinero?
A veces del gobierno, o de algunas de las grandes filantropías. Todavía estamos en una fase experimental, pero como es digital, es escalable. Las cantidades de dinero que marcan una diferencia real en la vida de las personas son bastante pequeñas.  De pronto, 25 dólares al mes.

¿Dan el dinero, sin ningún programa de desarrollo?¿Qué hace la gente? 
La investigación muestra que lo gastan   en cosas muy sensatas. Las mujeres, en sus hijos. En África, por ejemplo, lo primero que hacen es comprar un animal como activo para obtener ingresos adicionales; una vaca o una cabra o algo así. La idea de que la gente pobre malgasta el dinero es muy elitista y ha sido rechazada por todos los hallazgos empíricos. En todos los lugares del mundo donde hemos probado, los resultados son exitosos. 

Parece que el mundo ralentiza la globalización. ¿Hay una vuelta atrás?
A pesar de que hay mucha discusión sobre eso, creo que es un poco exagerado. No hay una desaceleración, por ejemplo, en los flujos de capital. No hay ralentización en el intercambio de datos o ideas. Y luego están las redes sociales, que son bastante globales.

Cuando vino la pandemia, Europa se quedó sin mascarillas. No tenía industria… Y ahora intenta reindustrializar.
Habrá algo de eso, pero en el gran esquema de la economía mundial, es muy pequeño. Las empresas generalmente se diversifican, en términos de sus cadenas de suministro. Estas cadenas de suministro serán diferentes. Con la energía renovable, vamos a ver cambios y cadenas de suministro bastante grandes, porque el costo de la energía será muy diferente entre países. Por ejemplo, hay varios lugares en África que están tratando de convertirse en potencias del llamado hidrógeno verde. El verdadero mensaje de la globalización es entender que lo que sucede en otros lugares es importante en cualquier lugar del mundo.

Imagen
Homi Kharas

¿Quién es?

El economista británico Homi Kharas es investigador del programa de Desarrollo y Economía Global de la Institución Brookings, un centro de investigación con sede en Washington. Estudia políticas y tendencias que influyen en los países en desarrollo, incluida la ayuda a los países pobres, el surgimiento de la clase media y la gobernanza global y el G-20. Ha sido asesor de Naciones Unidas y la OCDE y es autor de varios libros sobre desarrollo sostenible, pobreza y el mundo árabe.