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Alternativas a la privatización // Experiencias de éxito sin privatización

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Abril 2013 / 2
Las privatizaciones sistemáticas se ‘vendieron’ como receta única de eficiencia. Era mentira.
 

Alternativas a la privatización 

D. A. McDonald y G. Ruiters

(eds.) Icaria. 547 páginas 2013.

Precio: 29€

El mayor éxito de la revolución conservadora impulsada por Margaret Thatcher y Ronald Reagan hace más de 30 años no fue económico, sino cultural: se convirtió en hegemónico el famoso acrónimo TINA -There Is No Alternative;  o, en español,  no hay alternativa-, a través del cual se desacreditó a todas las políticas que no seguían a pies juntillas la ortodoxia liberal. 

Ello desencadenó un alud de privatizaciones de los servicios básicos, iniciada en los países del Sur y continuada después en el Norte, siempre como receta única hacia la eficiencia y con el patrocinio del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Naturalmente, se trataba de una opción ideológica porque no distinguía ni el lugar ni el objeto, ni nada: partían del dogma de que la privatización siempre es buena y eficiente. Y ante cualquier resistencia, se echaba mano del poderoso mantra: TINA. 

El debate sobre las privatizaciones  dista mucho de estar cerrado. Pero de lo que ya no hay ninguna duda es de que lo del TINA era una estafa, como lo demuestra Alternativas a la privatización, un libro  que recoge decenas de experiencias alternativas de gestión de servicios públicos esenciales, básicamente en el agua, la electricidad y la salud. Es un estudio con una sólida metodología académica y una visión política, pero su principal atractivo es su carácter empírico: se ofrecen muchos casos concretos de gestión no mercantilizada, en ocasiones adoptadas tras el fracaso de la privatización y la posterior recuperación pública.

El trabajo tiene una perspectiva muy amplia porque recorre experiencias de Ámerica Latina, África y Asia, y lo hace con la participación de investigadores locales, en una enriquecedora combinación de miradas del Norte y del Sur, la mayoría muy ligadas al terreno. La coordinación recae en un experto de la Universidad de Queens, en Canadá, y en otro  de la Universidad de Western Cape, en Suráfrica, e incluye la firma de hasta 27 investigadores procedentes de universidades o centros de 12 países.  

Esta aproximación coral exige un marco metodológico suficientemente abierto para dar cabida a todas las experiencias, lo cual enriquece el libro: las alternativas que se presentan no solo  existen y se aplican, sino que son de naturaleza muy distinta entre sí: el TINA neoliberal no se contrapone aquí con una verdad única estatalista, que sería en la práctica otro dogmático TINA de sentido contrario: hay ejemplos de entidades públicas, pero también de  entidades sin ánimo de lucro y de sociedades de combinación múltiple.  

No hay idealización del sector público, sino defensa de lo público, que adopta distintas formas en función de cada lugar y de cada servicio.