Comparte
Sostiene el filósofo que no hay nada tan cercano a uno mismo como la atención. La necesitamos para aprender y aprehender lo que nos llega del mundo exterior. De la calidad de nuestra atención depende nuestra capacidad de pensar y actuar de manera autónoma. Solo somos conscientes de lo que somos, de lo que sabemos, de lo que sentimos, cuando nos prestamos atención a nosotros mismos.
Conviene pues cuidar de nuestra atención, empezando por constatar algunas de sus cualidades. Para empezar, la atención es selectiva. No es posible estar de...