Te quedan 0 artículos gratuitos este mes.

Accede sin límites desde 55 €/año

Suscríbete  o  Inicia sesión

La economía, con la mirada en el petróleo

El 'oro negro' pesa mucho menos entre las fuentes de energía que hace medio siglo y el contexto es otro, pero la guerra entre Israel y Hamas revive los fantasmas de 1973

Comparte
Pertenece a la revista
Diciembre 2023 / 119
Image
Perico Pastor

Ilustración
Perico Pastor

Audioplayer Icon
Escucha el artículo

El 6 de octubre de 1973, Siria y Egipto atacaron por sorpresa Israel para intentar recuperar territorios perdidos durante la Guerra de los Seis días. Era el Yom Kippur o el Día de la Expiación. Paradójicamente, ese día sagrado en Israel acabó por dar nombre a una guerra que, con un embargo petrolero árabe a Occidente de por medio, debido a su apoyo a Tel Aviv, derivó en una de las crisis con mayor impacto económico y geopolítico del siglo XX. Un barril de crudo, que cotizaba a tres dólares, pasó a costar 12 dólares. Y la economía mundial se sostenía, sobre todo, y aún más que hoy, por el petróleo. Los precios volaron, con una inflación de dos dígitos. Y el paro, también.

Un total de 50 años y 1 día más tarde, Hamas, que figura en la lista de grupos terroristas de Estados Unidos y la Unión Europea y que controlaba Gaza, lanzó varios ataques sin precedentes en Israel —incluyendo como objetivo un festival de música— que quitaron la vida a 1.200 personas en un día, según cifras oficiales israelíes. Además, tomó a 239 rehenes. La represalia del Gobierno de Benjamin Netanyahu ha consistido directamente en arrasar Gaza, cuyas autoridades cuantifican las muertes (a 29 de noviembre) en al menos 14.800, de los cuales, según Unicef, un 40% son niños. En paralelo al baño de sangre, se han producido incidentes antisemitas en varios países.

"Es el momento más peligroso que el mundo ha visto en décadas", ha valorado una voz como la del presidente del mayor banco de EE UU, JP Morgan, Jamie Dimon. Si el conflicto escalara, en paralelo a la tragedia de la pérdida de vidas, "la economía mundial se enfrentaría a un shock energético dual por primera vez en décadas", ha apuntado Indermit Gill, economista jefe del Banco Mundial, quien ha alertado también del riesgo de inseguridad alimentaria.

El peor de los escenarios dibujados por distintas instituciones, que contempla la entrada de Irán en confrontación abierta, incluye que un barril de petróleo llegara a costar 157 dólares, lo que se traduce en una recesión. Ya a 90 dólares se viven tensiones. 

Imagen
Países productores de petróleo
Imagen
Fuentes de energía

Sin embargo, tras el repunte de precio que se produjo después del ataque de Hamas —el Brent, de referencia en Europa, llegó a 92 dólares— el precio se fue desinflando hasta caer por debajo de los 82 a finales de noviembre. Como si los amos de la inversión creyeran que el conflicto no se extenderá por una región que aporta un tercio del mercado global de crudo. 

¿Es posible hoy una crisis del petróleo como la de la década de 1970? La respuesta, buenas y malas noticias. 

El petróleo pesa el 31% en el mix global de fuentes con que se cubren las necesidades energéticas, según el Energy Institute. En la década de 1970, suponía la mitad.

Es un avance. En coherencia con la lucha por el planeta, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) "sugirió" el año pasado a las economías desarrolladas 10 medidas para reducir el consumo de petróleo que, de adoptarse, podrían reducir la demanda en 2,7 millones de barriles al día, en aras de un "descenso estructural a medio plazo" en el consumo. Entre ellas, figuraban rebajar los límites de velocidad en las autopistas, cerrar las ciudades a los coches en domingo, reducir los vuelos de negocios, teletrabajar tres días por semana o fomentar los coches compartidos y los trenes nocturnos. Es lo que viene.

Menor capacidad de presión

"Nuestra economía, más basada en servicios y en transición a energías limpias, está por comparación menos expuesta al petróleo, aunque es obvio que aún es un componente básico de la actividad, que afecta especialmente al coste del transporte", señala Víctor Burguete, investigador sénior del CIDOB. El mercado petrolífero tampoco se parece al de hace medio siglo. "Los productores estaban entonces concentrados en Oriente Próximo. Hoy, su capacidad de amenazar es otra. El primer productor y exportador de petróleo mundial es EE UU. Las relaciones entre Arabia Saudí y EE UU son distintas. Los lazos económicos con Occidente se multiplican, basta ver la entrada de capital saudí en Telefónica", añade el investigador sénior del CIDOB.
 

Si la guerra implicara a Irán, la cosa podría cambiar. Supone el 4% de la oferta de petróleo del mundo y controla el estrecho de Ormuz, por el que transitan una quinta parte de la oferta mundial de petróleo y una cuarta parte del gas natural licuado (GNL). 

Claro que ningún actor de la región parece querer, además, que el conflicto vaya a más. "La economía del Líbano se ha colapsado, y también es delicada en Jordania, Siria y Egipto. En agosto, los países árabes rechazaron imponer un embargo petrolero sobre Israel, cosa que pedía Teherán, en el marco del consejo de la Organización para la Cooperación Islámica (OCI)", apunta Burguete.

Terror europeo al 'doble shock'

Luego viene la mala noticia. Hace tres años, Europa sacó la artillería para sostener economía durante la pandemia y, en 2022, para paliar el impacto de la escalada de los precios debida a la invasión rusa de Ucrania. Hoy no queda mucha artillería, si no se reinventa. Los hogares pierden poder adquisitivo. 

Según el CIDOB, las reservas globales de crudo están ahora un 25% por debajo de las de la guerra de Ucrania. "La Unión Europea [que ha tenido que desengancharse de la dependencia del gas de Moscú] no tiene margen para lidiar con un doble shock energético", señala Manuel Corrales, profesor de Economía de la Universidad Europea. Para Corrales, vivimos "la tormenta perfecta de un estancamiento económico combinado con inflación y unos tipos de interés muy elevados, pues la incertidumbre no propicia que bajen ni la una ni los otros".

A corto plazo no se han cumplido los pronósticos de repunte en inflación [en octubre, registró el 3,5%], pero este economista subraya que no pueden descartarse. "En el peor escenario, aunque España haya aguantado mejor que sus vecinos [crece al 2,4%], nadie se salva", augura. Desde Bruselas y Fráncfort empieza la presión para recortar más el déficit público y la deuda.

Imagen
Consumo mundial de energía
Imagen
Cotización del petróleo