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Pere Rusiñol

Pere Rusiñol

Descripción

Socio fundador y redactor de la revista Alternativas Económicas. Ha trabajado en El País, El Periódico Público. También es responsable de la sección de información de Mongolia y colaborador de ElDiario.es y Catalunya Ràdio, entre otros. 

España es única

Desahucios. En ningún país occidental la ley protege tanto a la banca frente a los ciudadanos que no pueden afrontar la hipoteca

Por Pere Rusiñol

El poder del ‘lobby’ contra la dación en pago

Ahora, tras la sentencia del Tribunal de Luxemburgo, ya no debe de quedar nadie en España que no sepa que el andamiaje legal que ha propiciado un alud de desahucios —400.000 ejecuciones desde el inicio de la crisis— es una singularidad en la UE en (...)

Por Pere Rusiñol

Cuando estudiar llevaba al empleo

La OCDE constata que “la educación es un seguro contra el desempleo”. Pero los jóvenes ya no tienen ninguna garantía

Por Pere Rusiñol

Japón: los mercados o la vida

El nuevo Gobierno japonés lamenta que la alta esperanza de vida de los ciudadanos le dificulta cumplir con sus objetivos de déficit. ¿Una barbaridad? La Bolsa no subía tanto desde 1959

Por Pere Rusiñol

La asignatura pendiente de la escuela

España es de los pocos países de la UE que aún ignora la Economía en el ciclo obligatorio, pero el borrador de la nueva ley prevé acabar con la anomalía. La reforma impulsada por Educación arrinconaba todavía más la Economía. Pero la movilización (...)

Por Pere Rusiñol

Pensiones privadas, una apuesta de alto riesgo

Los informes con tintes alarmantes suelen centrarse en el modelo público. Pero los fondos privados acumulan años de escasa rentabilidad, altas comisiones, patrimonio a la baja y compromisos de pago al alza. ¿Es sostenible?

Por Pere Rusiñol

Paraísos fiscales con goteras

Informáticos rebeldes han hecho más por cercar a los refugios del dinero que huye del fisco que ninguna proclama solemne de las autoridades. Los mandatarios más influyentes prometieron en 2009 acabar con los paraísos fiscales. Pero sus palabras se las llevo el viento.

Por Pere Rusiñol