Te quedan 0 artículos gratuitos este mes.

Accede sin límites desde 55 €/año

Suscríbete  o  Inicia sesión

La pobreza infantil se extiende y cronifica en España

Un 28% de los niños españoles es pobre. El fenómeno, que antes de la crisis de 2008 afectaba principalmente a las comunidades del sur, se ha extendido por todo el país

Comparte
Image
Niña estudiando

Fotografía
Getty images

La pobreza infantil en España se ha convertido en un problema permanente. El último informe de Unicef, publicado por su departamento de investigación, Innocenti, el pasado diciembre, estima que en el periodo 2014-2021, la proporción de niños pobres se mantiene en el 28%. El estudio de esta agencia de Naciones Unidas, que analiza la situación en 39 países de la Unión Europea y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), sitúa a España en el puesto 36. Solo presentan peores resultados Reino Unido, Turquía y Colombia.

El presidente de Unicef España, Gustavo Suárez Pertierra, ha recordado que “detrás de estas cifras hay niñas, niños, y adolescentes que no pueden permitirse comer carne, pollo o pescado al menos una vez cada dos días, ni fruta y verdura a diario, que viven en casas sin una temperatura adecuada, que no cuentan con ropa, calzado o libros adecuados, o que no pueden irse de vacaciones una vez al año”. La pobreza infantil no se explica sólo por el nivel de renta de un país. El trabajo de Unicef indica que Eslovenia con una renta similar a España registra una tasa de niños pobres del 10%.

El empeoramiento del problema ya había sido detectado por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La última Encuesta de Condiciones de Vida realizada por este organismo público registra un preocupante incremento del riesgo de pobreza de los menores de 16 años, al pasar del 30,8% en 2019 al 33,2% en 2021.

La pobreza infantil es una lacra que afecta a todo el mundo. La revista científica The Lancet, con base a los datos del Banco Mundial y de Unicef, señala que “los niños constituyen un tercio de la población mundial, pero representan más de la mitad de las personas extremadamente pobres”.

Difícil de explicar

En cualquier caso, resulta difícil de explicar la elevada proporción de niños pobres en España. La investigación El reconocimiento de la pobreza infantil como asunto de Estado, realizado por los profesores Pau Marí-Klose y Francisco Javier Moreno Fuentes, señala que “desde mediados de la década de los noventa disponemos de datos que evidencian que la concentración de la privación económica en hogares con niños en un país con el nivel de desarrollo que tiene España resulta insólita”. Precisan que “esta situación solo comenzó a problematizarse socialmente a finales de la primera década del siglo XXI, y a colarse en la agenda política bien entrada la segunda década”. Estos investigadores destacan que se ha producido “un desarrollo sin precedentes de políticas públicas en este ámbito”. No obstante, advierten de que se trata de unas políticas que “dependen en buena medida de dotaciones presupuestarias discrecionales, muy sujetas a los vaivenes de la disponibilidad de recursos y de las preferencias políticas de gobiernos y mayorías parlamentarias”.

Entre las medidas adoptadas por el Gobierno hay que destacar la creación del Ingreso Mínimo Vital (IMV) para prevenir el riesgo de pobreza y exclusión social en 2020. En principio, el IMV debía beneficiar a 800.000 familias, pero debido a numerosos fallos en su implementación solo ha alcanzado al 35% de sus teóricos receptores en 2022, según la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef).

En este sentido, Sonia Olea, abogada de Cáritas e investigadora de la Fundación FOESSA (Fomento de Estudios Sociales y Sociología Aplicada) considera que “el principal problema es la falta de equipos humanos para atender a las familias necesitadas. No hay personal para acompañar, informar, ayudar a tramitar los documentos. No se puede pretender que estas personas puedan ejercer sus derechos mediante procedimientos online. Se han desmantelado los servicios de atención y entonces es muy difícil que las personas vulnerables conozcan sus derechos y los puedan ejercer”.  “Nuestro enfoque”, añade, “es el de Naciones Unidas en la defensa de los Derechos Humanos. No se trata solo de distribuir dinero, sino de explicar a las personas vulnerables que son sujetos de derechos y hay que explicarles como ejercerlos”.

La pobreza infantil acarrea también serios problemas para el desarrollo de la economía en general. El estudio El coste de la pobreza infantil en España, elaborado por las profesoras de Economía Olga Cantó (Universidad de Alcalá) y Libertad González (Universidad Pompeu Fabra) junto a otros investigadores, indica que “la dimensión de la pobreza infantil supone costes elevados para la sociedad española”. El trabajo cifra en 63.079 millones de euros en coste de la pobreza infantil en España en 2019. Un volumen que representa el 5,1% del PIB español de aquel año.

La pobreza infantil es un drama que se ha extendido por toda España en los últimos años. Antes de la crisis de 2008, el fenómeno de la pobreza infantil se concentraba sobre todo en el sur del país, especialmente en Andalucía, donde vivían el 30% de los niños en riesgo de pobreza. Este panorama ha cambiado sensiblemente en los últimos años registrándose una notable acumulación en las regiones más ricas. Actualmente uno de cada tres niños y adolescentes en riesgo de pobreza vive en Cataluña, que ha pasado del 10% al 19%, o en la Comunidad de Madrid que ha pasado del 13% al 17%.