Libertad para elegir el camino

El largometraje ganador del último Festival de Málaga aborda con formidable delicadeza un asunto pleno de actualidad como es la identidad de género. Ambientada durante las vacaciones de verano en un pueblo del País Vasco, 20.000 especies de abejas cuenta la historia de Aitor, un niño de ocho años que se siente incómodo en el cuerpo con que nació y con la visión que los demás tienen de él y decide, tras un intenso viaje emocional, convertirse en Lucía.

El espectador acompaña a la protagonista en su transición, compartiendo con ella el esfuerzo que requiere aceptar quién es y seguir su propio camino por encima de las presiones sociales y las creencias heredadas. Durante la película vemos cómo cada miembro de su familia vive a su manera el cambio de Aitor/Lucía: una madre a quien le cuesta ver la realidad a pesar de su empeño en educar a sus hijos fuera de los roles tradicionales niño/niña; un hermano, Eneko, que acepta con naturalidad la evolución de la protagonista; una abuela católica ferviente que no acepta la situación, y una tía abuela que le ofrece su amistad y le ayuda a tomar conciencia de su nueva identidad.

El paisaje vasco, el arte y tradiciones ancestrales como la hoguera de San Juan y la apicultura tienen un papel simbólico en la búsqueda de una nueva identidad por parte de Lucía: el fuego como superación del pasado; la colmena como una sociedad en la que conviven abejas con características y roles muy distintos y en cuya compañía Lucía empieza a sentirse comprendida. Es en ese entorno familiar y natural donde la protagonista busca y acaba encontrando la protección que necesita sin renunciar a ser ella misma.

Sin victimismo

20.000 especies pone de relieve la vitalidad del cine hecho en Euskadi y está protagonizada casi exclusivamente por mujeres que se expresan con naturalidad tanto en euskera como en castellano. Sobresalen en el reparto la niña protagonista, Sofía Otero, cuyo trabajo se vio reconocido con el Oso de plata a la mejor actriz en el último Festival de Berlín; Patricia López Arnáiz, premio Goya a la mejor actriz por Ane en 2021, y Ane Gabarain, que se dio a conocer al gran público con su trabajo en la serie Patria. 

Estamos ante un filme lleno de emociones y diálogos sutiles, una historia contada sin dramatismo, palabras gruesas ni victimismo. Es un canto a la libertad de cada persona para elegir qué dirección toma en la vida y a la necesidad de contar con el cariño, la tolerancia y la comprensión esenciales para convivir en paz en estos tiempos de polarización e incertidumbre.