Planeta a prueba de prosperidad para todos

Los economistas ortodoxos sostienen que para salir de la crisis debemos volver a encender el motor de la economía. Pero se paga un precio: agravar la crisis ecológica. Hay otro modo de vivir.

El Parlamento Europeo encendió la alarma roja sobre la economía del ladrillo en España, empezando por la Comunidad Valenciana, y el impacto de “un modelo de desarrollo insostenible”. Lo hizo en 2005, en 2007 y, especialmente, en 2009, con el duro informe de la eurodiputada danesa verde Margrete Auken, criticado por los grandes partidos (PP y PSOE). Fue uno de tantos avisos sobre la España que iba bien. Otro fue la denuncia del mobbing inmobiliario, la cantidad tan elevada de viviendas vacías y las consecuencias negativas de “la especulación” en este país formulada por el relator de Vivienda de la ONU, Miloon Kothari. Corría febrero de 2008. Lo importante había sido crecer (al menos el 3,5% al año), no importaba sobre qué bases (la construcción), ni con qué efecto en el entorno (infraestructuras fantasma y degradación medioambiental y social). Los economistas ecológicos, que llevan décadas advirtiendo sobre los recursos finitos del planeta y la deuda ecológica del Norte frente al Sur, alertan de que no es posible salir de la parálisis económica actual con más crecimiento, precisamente porque  solo empeoraría la crisis ecológica en curso. El movimiento en favor del llamado decrecimiento ha roto su cáscara académica y empapa los movimientos sociales en busca de alternativas. El término decrecimiento divide a académicos que coinciden en dar prioridad a un menor uso de la energía y los materiales y un cambio de sistema económico. Es un debate rico y apasionante, en plena recesión y cuando los economistas ortodoxos sostienen que el crecimiento es el bien más buscado. Este dossier intenta dar voz a todos ellos.

CONTRASTE Un caballo en el delta del Llobregat, cerca de la torre de control del aeropuerto de El Prat. FOTOGRAFÍA: EDU BAYER

Colabora: Manuel DomerguePablo CotareloFederico DemaríaJose Manuel NaredoManuel GaríJosep OliverLorenzo Serrano

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El retorno de la escasez

El agotamiento de las materias primas y los recursos naturales, más la degradación del medio ambiente, apuntan hacia la desaparición de la sociedad de la abundancia infinita.

Por Manuel Domergue

Falsos mitos sobre el decrecimiento

La propuesta, que reta la hegemonía del PIB para salir de la crisis, supone una evolución en los valores y el pensamiento.

Por Pablo CotareloFederico Demaría

Dos siglos de crisis en crisis

Las crisis de 1929 y de 2008 son las más graves de todas las que han jalonado la historia económica desde mediados del siglo XIX

Por Jacques Adda

Breve historia del crecimiento

El crecimiento económico, que arrancó en la inglaterra del siglo XVIII, ha aumentado el nivel de vida de los países occidentales. Sin embargo, no ha traído consigo mayor felicidad

Por Denis Clerc

Emergencia y alternativas

La salida a la crisis no puede hacerse con herramientas del pasado y debe tener presentes los límites de la biosfera

Por Manuel Garí

El debate llega a la izquierda

El decrecimiento avanza de la mano de los verdes, pero choca con la tradición socialdemócrata amarrada en los sindicatos 

Por Pere Rusiñol

¿Tan malo es crecer?

Concepto el crecimiento consiste en nuevos bienes, servicios y tecnologías y nuevas pautas sobre ocio, consumo y trabajo.

Por Lorenzo Serrano

Reflexiones sobre la bandera del decrecimiento

El sistema económico debe reconvertirse hacia un horizonte ecológica y socialmente más saludable, pero el término ‘decrecer’ no atrae a una población que sufre el paro y los recortes

Por Jose Manuel Naredo

Discapacidad: jubilarse no siempre es la mejor opción

Tener una discapacidad, en algunos casos grave, haber trabajado toda la vida en un Centro Especial de Empleo y jubilarse a los 65 años representa una pérdida en la capacidad económica. Los tutores, que son quienes cobran (...)

Por Mariana Vilnitzky

La austeridad ahoga a la Ley de Dependencia

En 2007 se aprobó una ley que pretendía crear 635.500 empleos y dar servicio a las personas dependientes. Recortes, crisis, falta de voluntad política y una gestión caótica entre el Estado y las Comunidades Autónomas han demolido la normativa

Por Mariana Vilnitzky

Un lugar donde todos cobran

Desde hace 30 años la renta básica es una realidad en Alaska. En 2012 cada habitante, niño o adulto, cobró 676 euros.

Por Mariana Vilnitzky

Por qué urge una renta básica en plena crisis

Un salario base incondicional paliaría la pobreza, facilitaría la autoocupación, activaría el consumo, tejería un interés colectivo de los trabajadores y reduciría la angustia ante el paro.

Por Daniel Raventós

“No puedes abandonarte”

Abre la puerta de su pequeño y acogedor piso en Cornellà de Llobregat, que encontramos barrido y ordenado, y nos ofrece un vaso de agua. La camisa pulcra y el pelo cortado y peinado con pulcritud, Santiago Barquero (Almadén, Ciudad Real, 1957) enciende un cigarrillo Nobel.

Por Ariadna Trillas

Menos perceptores de las pensiones más bajas

España estrenó 2013 superando por primera vez los nueve millones de pensionistas contributivos (lo que en enero pasado, pese a que las pensiones no se revalorizaron en línea con los precios, elevó el gasto  a 7.653 millones de euros).

Por Ariadna Trillas

Menos ayudas al pobre, en nombre del fraude

Las ayudas a las personas en riesgo de exclusión, en manos de las autonomías, aumentan más despacio que los hogares sin ingresos. Los criterios de acceso se endurecen por falta de dinero.

Por Ariadna Trillas

Más agujeros en la red de protección social

La crisis deja cada vez a más ciudadanos en el limbo al no cumplir los estrictos requisitos de acceso a la compleja maraña de ayudas, subsidios o pensiones previstos, de fronteras porosas.

Incertidumbre Santiago trabajó para una sola empresa 36 años. Fue despedido. Tiene 55. No le sale empleo. Sufre por la pensión. FOTO: Andrea Bosch

A  menos que uno sea riquísimo, los mortales intentan vivir de su trabajo, y si lo pierden, el abanico de ayudas que se despliega ante sí tiene que ver con el empleo. Con haberse ganado el derecho al paro que da haber cotizado. Con buscar otro puesto de trabajo. Con participar en planes de reinserción laboral. Los únicos ciudadanos con pocos recursos que perciben algún apoyo económico sin deber esforzarse por volver a trabajar son quienes, de hecho, no pueden hacerlo: o por muy mayores o por muy enfermos. Hablamos de las pensiones no contributivas de jubilación (si no se ha cotizado 15 años) o de invalidez (con un grado igual o superior al 65%). Pero ¿qué pasa con un trabajador de 57 años que lleve seis en el paro y tenga una minusvalía del 40%? Ni opta a la pensión no contributiva de invalidez, ni tampoco a una renta mínima de inserción para personas en riesgo de exclusión en una  comunidad autónoma, que no suele ser de por vida. Las fronteras entre los programas de ayudas ya eran porosas. Pero ahora que en España se han duplicado los hogares sin ingresos, debajo cada vez hay menos colchón. La red de ayudas sociales, que adolecía de agujeros, se deshilacha por falta de presupuesto. La austeridad ha desactivado instrumentos sociales como la ley de la Dependencia, ha moderado el salario mínimo y ha endurecido los criterios de acceso a los planes de rentas mínimas autonómicos. De ello habla en una entrevista Toni Comín, que intentó reformar este sistema de ayudas en Cataluña hace unos años. En este contexto, se abren paso los defensores de una renta básica universal incondicional, como Daniel Raventós.

Colabora: Daniel Raventós

Coordina: Ariadna Trillas

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Menos ayudas al pobre, en nombre del fraude

Las ayudas a las personas en riesgo de exclusión, en manos de las autonomías, aumentan más despacio que los hogares sin ingresos. Los criterios de acceso se endurecen por falta de dinero.

Por Ariadna Trillas

Menos perceptores de las pensiones más bajas

España estrenó 2013 superando por primera vez los nueve millones de pensionistas contributivos (lo que en enero pasado, pese a que las pensiones no se revalorizaron en línea con los precios, elevó el gasto  a 7.653 millones de euros).

Por Ariadna Trillas

“No puedes abandonarte”

Abre la puerta de su pequeño y acogedor piso en Cornellà de Llobregat, que encontramos barrido y ordenado, y nos ofrece un vaso de agua. La camisa pulcra y el pelo cortado y peinado con pulcritud, Santiago Barquero (Almadén, Ciudad Real, 1957) enciende un cigarrillo Nobel.

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S.O.S. emprendedor

Solo en el año 2012 cerca de 300 millones de personas estuvieron implicadas (en los 42 meses anteriores) en la puesta en marcha  de un negocio en el mundo. No parecen pocas. La cuestión es: ¿en qué condiciones y con qué soportes? (...)

Por Lluís Rodríguez Salgado

Una nueva economía

En una crisis profunda como la actual, la prioridad número uno es estimular la demanda, con un relanzamiento del gasto público que reduzca el desempleo.

Por Mario Pianta

Rebajar hipotecas

El paro masivo español es más que un indicador económico negativo, es una emergencia social y como tal requiere una intervención inmediata y a gran (...)

Por Antonio Quero

Repartir el trabajo

El crecimiento de la década de los noventa y dos mil era insostenible. Tanto que, tras estallar la burbuja inmobiliaria, España tiene la segunda tasa de paro más alta de la UE (solo después de Grecia) y vive como si tuviera a su disposición más de tres (...)

Por Florent Marcellesi

Y políticas activas

Con una tasa de paro del 26%, la máxima preocupación de las autoridades españolas debería ser la aplicación de medidas para la creación de empleo. 

Por Gemma García

Más productividad

Crear empleo requiere, debe decirse, recuperar el crecimiento cambiando la política económica, que la banca restablezca el crédito, desechar opciones erróneas como las reformas (...)

Por Antonio González

Menos fraude fiscal

Resolver un paro que afecta al 26% de la población no es ni fácil ni rápido. Especialmente, en un contexto en el que se impide a los gobiernos  utilizar muchos de los mecanismos que podrían empezar a resolver el (...)

Por Albert Recio

Lo primero, crecer

En la situación actual, en la que seis millones de personas se encuentran en paro y en la que no parece haber límites a la destrucción de empleo, parar esta sangría debiera ser el objetivo principal, no solo de la política económica, (...)

 

Por José Ignacio Pérez Infante

Maternidad y empleo

Las mujeres siguen asumiendo los trabajos de cuidados y duplican la jornada laboral

Por Mariana Vilnitzky