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Auge de los conciertos y más para los grandes

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Abril 2016 / 35

La organización de conciertos se industrializa cada vez más, con gigantes como Live Nation a la cabeza. Son los grandes grupos quienes más rédito sacan de la música en vivo como sustento 

ILUSTRACIÓN: PERICO PASTOR

Es un hecho comprobado: cuanta más música se escucha, más se acude a los conciertos. Sin distinción de edades. Desde el comienzo de siglo, las nuevas formas de acceso a la música ligadas al mundo digital han favorecido el auge de la asistencia a los conciertos: el dinero que antes se destinaba a la compra de CD, hoy se dedica en gran parte a la compra de entradas. Los conciertos, durante mucho tiempo reducidos a la categoría de actividad secundaria destinada a la promoción de los nuevos álbumes, se han convertido en la principal fuente de ingresos de los artistas.

 

CADA VEZ MÁS CARO

Desde hace quince años, el mercado estadounidense de los conciertos viene creciendo a un ritmo anual del 10%: sus ganancias (taquilla y otros ingresos como el sponsoring) han pasado de 1.700 millones de dólares en 2000 a 6.200 millones en 2014. Con 38 millones de entradas vendidas, la asistencia a las 100 giras más importantes bajó en 2014 (-5%), pero ese descenso se vio compensado por el aumento del precio de las entradas. De 1997 a 2012, el precio medio de las entradas ha subido un 150%, es decir, claramente más que el índice de precios al consumo (+100%). [En España, por primera vez en cuatro años, el sector del directo cerró 2014 con una mejora de la facturación, que ascendió a 173,5 millones de euros, el 9,7% más que en 2013, según el VI Anuario de la Música en Vivo,  de la Asociación de Promotores Musicales (APM)].

¿A quién beneficia este crecimiento? En primer lugar a las estrellas como U2, los Rolling Stones, Madonna y AC/DC. Las 100 giras más importantes estadounidenses generaron en 2014  2.730 millones de dólares, el 43% del total de los ingresos por conciertos. El número de estadounidenses que considera la música como su actividad asalariada principal (músicos, directores musicales o compositores) pasó de 53.000 en 1999 a 60.000 en 2014 (+15%). Y el número de músicos con estatus de trabajador independiente aumentó a un ritmo aún más rápido: el 45% más entre 2001 y 2014.

El auge de los conciertos se debe a la renovación de las salas, al resurgimiento de los festivales y, sobre todo, a la industrialización de la organización de conciertos. Tradicionalmente artesanal y fraccionado, el sector se está transformando a gran velocidad. En pocos años, han aparecido grupos gigantes como

Live Nation y AEG Live en Estados Unidos, y CTS Eventim, DEAG y Stage Entertainment en Europa. Son los dueños de las salas, producen espectáculos y controlan la taquilla. 
Live Nation Entertainment, líder mundial de la industria de conciertos, produjo más de 22.800 espectáculos en 2014 con 2.300 artistas, entre los que se encuentran One Direction, Jay-Z & Beyoncé, Justin Timberlake y Lady Gaga. Esta actividad representa más de dos tercios de su volumen de negocio de 6.900 millones de dólares.

Live Nation lleva a cabo una ambiciosa estrategia de integración vertical. La sociedad invierte a todos los niveles, clubes, estadios, anfiteatros, festivales, teatros... llegando hasta prestigiosos lugares de conciertos como el Heineken Music Hall de Amsterdam. Live Nation ha adquirido, además, Front Line Management, la mayor agencia de representación de artistas. Y gestiona la carrera de 250 artistas entre los que se encuentran Madonna, Jay-Z y Shakira: discos, imagen, conciertos, productos derivados y gestión de los derechos de autor.


INTEGRACIÓN VERTICAL 

Las majors de la música registrada (Warner Music, Universal Music, Sony BMG) se han lanzado a su vez a una estrategia de integración vertical: se hacen con el control de productores de espectáculos y de sociedades de representación de artistas. También se implican en la coproducción de giras. Este fenómeno afecta también a los circuitos independientes, como demuestra la cooperación entre el sello Because y el productor de espectáculos Corida.

A esta cooperación entre productores de discos y productores de espectáculos responde la que se lleva a cabo entre productores de espectáculos y propietarios de salas. Sumar estas dos ventajas permite garantizar las fechas y comprobar el público potencial de un artista. Empresas nuevas como Fimalac, el holding de Marc Ladreit de Lacharrière, Lagardère y Vente-Privée compran salas, las taquillas y entran en el capital de las productoras. Lagardère Unlimited Live Entertainment es dueño del Folies Bergère, el Casino de París, del 20% de Zénit y el Bataclan desde septiembre.


LA TAQUILLA SE CONCENTRA

También están teniendo lugar grandes maniobras en la distribución y venta de entradas. La adquisición del número uno mundial Ticketmaster (23.000 millones de entradas vendidas en 2014) por Live Nation en 2009 dio el pistoletazo de salida de una concentración en este sector estratégico que, además del producto de la venta de entradas, permite explotar los metadatos (datos personales, lugar y canal de compra).

Vivendi Ticketing (que vende anualmente 40 millones de entradas) reagrupa la actividad de Digitick Group en Francia y de See Tickets en Reino Unido y Estados Unidos, además de ser proveedora de Universal Music, otra filial de Vivendi. Por su parte, la radio interactiva estadounidense Pandora, que  analiza los gustos musicales de sus 80 millones de oyentes mensuales y suministra ayuda a los artistas para optimizar la programación de sus giras, podrá a partir de ahora, gracias a la compra de TicketFly, añadir los datos relativos a los 1.200 conciertos que esta última comercializa.

El mercado francés está dominado por France Billet. Pero esta filial de la Fnac, que posee más del 50% de la cuota de mercado (12 millones de entradas por año), debe hacer frente hoy a Ticketnet, la filial de Ticketmaster (7 millones de entradas) y Digitick, filial de Vivendi (1,5 millones).


LOS ROBOTS ASPIRAN A UNA PLAZA

Pero a la venta de entradas oficial le hace hoy competencia una multiplicación de webs de comercialización de reventa a través de la creación de plataformas de intercambio que ofrecen una reventa de carácter ocasional. Este mercado secundario está admitido en Estados Unidos y en el Reino Unido. A partir de la apertura de la reserva oficial, estas webs pueden hacerse, gracias a unos sofisticados robots, hasta con el 60% de las entradas para revenderlas. Stub-Hub (eBay) ha conquistado el 50% de este mercado secundario, estimado en 5.000 millones de dólares anuales.

La concentración, la integración vertical y la preponderancia de lógicas financieras provocan la desaparición de numerosos actores del sector conciertos, la estandarización de la oferta, la exclusión de los artistas menos famosos y la marginalización de las salas pequeñas. El mercado mundial de los festivales está próximo a la saturación, sus organizadores se disputan los mismos artistas. Podemos preguntarnos si es sostenible un crecimiento liderado por un número pequeño de grandes producciones cuyas tarifas no dejan de aumentar.