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¿Adiós a la banca pública en España?

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Noviembre 2020 / 85

Ilustración
Elisa Biete Josa

Inversión: Alemania y Francia tienen bancos públicos y nos impresionan por su  equilibrio territorial y social. No hay zonas vaciadas, sus pueblos están llenos de vida.

Lo importante no es el éxito de los bancos públicos, sino la sociedad donde estos se han desarrollado. En contraste con Alemania y Francia, en España hay más paro y el índice Gini de desigualdad es mayor (0,34 en España, frente al 0,28 en Francia). Esto tiene mucho que ver, sobre todo en la España rural, con la falta de inversión real y la pérdida casi total de la banca de cercanía, por la desaparición de la Caja Postal y  las primitivas cajas de ahorro. Entonces, ¿adiós a la banca pública en España?

A muy corto plazo, y en la práctica, sí. Habrá que decir adiós a la banca pública. Solo quedaría el 16,1% de la nueva Caixabank y el ICO, que  representa el 1% de los créditos concedidos en España por las entidades de depósito, además de los Institutos de Crédito catalán y valenciano. Para conservar este pedacito de banca pública, es importante  que los consejeros que vienen de Bankia a la nueva Caixabank representen al Estado. Además, se necesita una nueva ley que elimine la obligación de vender la participación del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).
Y a medio y largo plazo, casi también adiós. Incluso con un plan de mejora para el ICO, siempre muy costoso, y la utilización de las oficinas de Correos como entidades financieras del Estado. El activo imprescindible que tenía Bankia para ser pública, los clientes, se perderán con su fusión con CaixaBank. 

Cómo funcionan los bancos públicos de inversión

Los bancos de inversión públicos, al contrario de los bancos minoristas que se financian principalmente con depósitos, obtienen la mayor parte de sus recursos emitiendo títulos de renta fija a largo plazo con la garantía del Estado. De esta manera, se puede prestar a las empresas aplicando menores tipos de interés y actuando con la misma normativa de un banco privado. El banco público de inversión de referencia en Europa, el KfW alemán, ha ocupado un lugar central frente a los principales retos ambientales del siglo XXI.

Para mejorar el ICO se necesitan un plan estratégico y una fuerte aportación de los Presupuestos del Estado

Hay dos documentos muy útiles para obtener una información básica de los bancos públicos de inversión. El primero, Un nuevo ecosistema de banca pública, traducido por la Plataforma por una Banca Pública. En él se hacen una serie de recomendaciones para los bancos públicos de inversión, tales como ejecutar sus funciones en coordinación con las políticas gubernamentales, enfocando los préstamos hacia las áreas priorizadas; financiar  proyectos bancables (que recuperen la inversión) y mejorar  la oferta de capital riesgo para las empresas innovadoras orientadas a la tecnología en la fase de puesta en marcha o de crecimiento inicial, con uso intensivo de capital. El segundo documento es el libro Public Banks in the Age of Financialization, de varios autores. En él, el profesor Chistoph Scherrer insiste en dos ideas para la banca pública: una gobernanza profesional y con estrictos mecanismos de supervisión y una cuidadosa preparación de los empleados incentivada para cumplir su misión de servicio público.

Un ejemplo de gobernanza es el Consejo de Administración y Vigilancia del KfW, órgano de decisión supremo formado por siete ministros  y representantes nombrados por el  Parlamento y los sectores económicos y sociales con interés en el banco (stakeholders).

Una propuesta para el ICO

El ICO es un banco público de inversión (sin ficha bancaria) pequeño. En 2019 su activo era de 32.000 millones de euros, frente a los 503.000 millones del KfW, los 554.000 del Banco Europeo de Inversiones y los 180.000  millones de la Caisse des Dépôts francesa. El ICO presta a las empresas de dos formas: una, prestando a los bancos colaboradores para que estos, asumiendo el riesgo, presten a las empresas; y la otra, prestando directamente para grandes proyectos de inversión. En sus operaciones de préstamo, el ICO no recibe fondos de los Presupuestos Generales del Estado ni subvenciones, aunque sí traslada las subvenciones a determinadas actividades al cliente final en forma de menores tipos de interés. Aunque en el año 2017 todavía acudían a la financiación bancaria el 82% de las pymes, es difícil que el ICO, sin oficinas y escaso personal, pueda incidir significativamente en ellas si no hay subvenciones. Las pymes prefieren financiarse directamente en sus bancos, los que les garantizan sus depósitos.

500mil millones de euros gestiona el banco público alemán KfW, frente a los 32.000 millones el Instituto de Crédito Oficial (ICO) español

Para la mejora del ICO se requiere  un plan estratégico con una fuerte aportación de los Presupuestos del Estado y crear un marco de información e incentivos dirigido a  dinamizar la inversión en necesidades reales y cumplir con el plan de reconstrucción económica y de transición ecológica y energética. Eso implica crear las sucursales necesarias (el BPI francés, de nueva creación, tiene 42 oficinas regionales) que dispongan de profesionales con la máxima preparación y capacidad para animar y acompañar a los nuevos proyectos. Ejemplo: el presidente de la Diputación de Granada, José Entrena, que ha conseguido mediante un acuerdo con Bankia poner cajeros en todos los pueblos de la provincia.

Otra oportunidad urgente: Correos

Urge un plan para evitar la privatización de Correos por su déficit. La Comisión Europea pidió a España en 2008 recuperar 167 millones de euros que Correos recibió en exceso por prestar el servicio postal universal y definió al operador español como el más ineficiente de Europa. Un informe de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) de 2019 señala que Correos tiene un déficit crónico de 220 millones de euros y unas pérdidas previstas de 500 millones hasta 2023 y aconseja buscarle una reorientación estratégica y cerrar oficinas. 

Caja Postal fue un banco público en España y actualmente lo es en otros países europeos. De esta forma, se solucionarían dos problemas: mejorar su eficiencia e iniciar una banca pública con las oficinas de Correos operando como oficinas bancarias. El plan debería ponerse en marcha antes de que los bancos españoles lo colonicen totalmente. Ya está el Banco Santander utilizando sus 4.678 puntos de atención a los clientes para la retirada o ingreso de efectivo. Pero en ese plan no se puede olvidar de impregnar la misión de servicio público a todo Correos e ir ampliando sus operaciones, como hizo la Banque Postale en Francia, ahora un banco universal público. Pero ¿habrá ciudadanos que lideren estos cambios?