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Formación // Manos a la obra por otra economía

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Octubre 2020 / 84

La Escuela de Activismo Económico conecta a estudiantes con modelos de producción equitativos y democráticos.

Una oportunidad para pasar a la acción. Eso ofrece la Escuela de Activismo Económico, nacida de una reflexión sobre la necesidad de trasladar el activismo social y político al terreno de la economía y de respaldar proyectos de emprendimiento que practican un modelo productivo más equitativo. Su impulsor, Mario Sánchez-Herrero, explica que la escuela es un punto de encuentro de dos necesidades complementarias: “Los y las estudiantes universitarios necesitan tener experiencia práctica en empresas y, en muchos casos, además quieren cambiar el mundo. Por su parte, las organizaciones de la economía solidaria son iniciativas precarias a las que les cuesta mucho alcanzar la viabilidad económica, por lo que todo el apoyo que puedan recibir es poco”. El objetivo final es “formar a las y los estudiantes en otra forma de hacer economía y de hacer empresa, y dotar a la economía social y solidaria de activismo económico que colabore con su desarrollo”, señala Sánchez Herrero, profesor de la Universidad Complutense y director de Ecooo, una empresa madrileña sin ánimo de lucro dedicada al fomento de un modelo energético sostenible.  

Entidades colaboradoras

La iniciativa tiene un enfoque eminentemente práctico, en línea con el modelo learning by doing (aprender haciendo) ideado por el filósofo, psicólogo y educador estadounidense John Dewey. Tras asistir a tres sesiones formativas, los alumnos y las alumnas se integran durante al menos tres meses en alguna de las cinco entidades sin ánimo de lucro que colaboran con la escuela: Fiare Banca Ética, los supermercados cooperativos La Osa y Supercoop, la cooperativa de energía eléctrica La Corriente y Mercado Social de Madrid, la plataforma que aglutina las entidades de la economía social y solidaria de esa comunidad.

Las sesiones formativas que dan inicio al programa tienen lugar en la propia sede de Ecooo, ubicada en el barrio madrileño de Lavapiés. La escuela, que cuenta con el patrocinio de Fiare Banca Ética, también estará presente a partir del próximo año en Barcelona gracias a Labcoop, una plataforma de apoyo a proyectos de emprendimiento social cooperativo. 

Dirigido principalmente a estudiantes de universidad aunque abierto a otras personas, el programa es totalmente gratuito y tiene dos años de duración. Las tres sesiones iniciales, de cuatro horas de duración cada una, se celebran durante el fin de semana: dos el sábado y una el domingo por la mañana. En la primera se analizan los distintos modelos de producción y consumo, en la segunda se explica en qué consiste la economía social y solidaria y en la tercera se presentan las entidades colaboradoras de la escuela. El objetivo de estas primeras clases también es formar comunidad. Profesores y estudiantes comparten el desayuno, el almuerzo y por la tarde salen a tomar algo juntos. 

El programa es gratuito y tiene un enfoque práctico

El objetivo de los responsables de la escuela es que los alumnos y las alumnas tengan “un impacto sustancial” en las empresas en las que participen. Varios estudiantes se han convertido en socios de las cooperativas y uno de ellos ha firmado un contrato de trabajo.

Durante el primer año del programa se llevan a cabo sesiones de formación complementaria sobre cuatro temas: trabajo en equipo, desarrollo de negocio, presentaciones en público y cierre de negociaciones. También se asiste a un encuentro destacado de la economía social y solidaria.

Nuevo curso

De los 80 estudiantes que comenzaron el primer curso, 40 participaron en la segunda etapa. Aunque la pandemia tuvo un impacto en el programa, 20 alumnos y alumnas continuaron con su activismo. El plan es que en el segundo año se lleve a cabo una evaluación del impacto en las entidades por parte de los y las estudiantes y continuar con el activismo. También hay previstas sesiones de formación específicas, cuyo contenido se irá adaptando a las necesidades de los participantes. La crisis sanitaria ha obligado a retrasar el comienzo el curso 2020-21 hasta finales de noviembre o principios de diciembre. En caso de que no sea posible arrancar en esas fechas, se hará durante el mes de febrero. El plan de los organizadores es impartir las sesiones iniciales en grupos de 25 personas como máximo y que sean presenciales.