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Ideas nuevas para viejos problemas

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Junio 2014 / 15
Foto artículo: Ideas nuevas para viejos problemas

Parlamento Europeo: La nueva cámara, atomizada y escorada al populismo, pone el paro en la agenda y puede influir en el listón medioambiental, la unión bancaria o el pacto con EE UU.

La suma de populares, socialistas y liberales en el nuevo Parlamento Europeo (467 escaños) les permitirá seguir llevando la voz cantante (y proeuropea) en la nueva legislatura. Pero la fuerza de las nuevas caras que irrumpen en la cámara podrá influir en una agenda europea marcada por la austeridad.

El triunfo de la ultra Marine Le Pen en Francia ha conmocionado la UE. FOTO: FN
 
El último pleno del Europarlamento previo al terremoto electoral del pasado mayo dio luz verde al proyecto que más ha acaparado la atención de los gobiernos de la UE como imperfecta respuesta a la crisis de la deuda: construir una Unión Bancaria que logre romper el lazo entre la crisi de los bancos y el abultado endeudamiento de los Estados que salgan a rescatar entidades con problemas.


Por distintas vías, el mensaje queda claro: el paro va primero

La intervención de los eurodiputados no arrolló las pretensiones de Alemania, reticente a compartir riesgos, sobre todo si suponen nuevas transferencias de recursos de Berlín hacia sus socios, pero sí limó poder al Consejo Europeo (los gobiernos nacionales, empezando por el de Berlín) a la hora de decidir liquidar un banco en apuros. Ayudó también a evitar que sean los contribuyentes quienes paguen de forma sistemática los platos rotos del sector financiero, pues los accionistas y los acreedores estarán obligados a asumir su parte en futuras crisis.

La luz verde de la Cámara formalizó el costoso acuerdo previo entre las tres grandes instituciones de la Unión (Consejo, Comisión y Parlamento) de marzo. Se acordó la supervisión de (parte) de la banca por el BCE y un fondo común de 55.000 millones de euros para afrontar nuevos problemas (aunque el dinero tardará en estar disponible). Pero de las tres patas de la unión bancaria hay una abandonada por la UE y es fundamental. Ahora el nuevo Parlamento tiene la ocasión de presionar por un fondo común de garantías y depósitos, que a escala europea equivalga a los que en cada país protegen hasta 100.000 euros.

El terremoto del pasado mayo ha encumbrado a los euroescépticos de Nigel Farage (UKIP), la ultraderecha de Marine Le Pen (FN) o, en sus antípodas ideológicas, ha abierto brechas para formaciones de izquierda alternativa como la de Alexis Tsipras (Syriza) o la de Pablo Iglesias (Podemos), pero, por vías tan distintas, a favor de menos Europa o de otra Europa más social, el mensaje quedó claro: la auténtica patata caliente del Viejo Continente es cómo crecer y generar empleos. En la UE suman más de 26 millones los ciudadanos sin trabajo. Grecia y España van en cabeza.

Fue a lo que primero se refirió la canciller alemana, Angela Merkel, después de “lamentar” el espacio logrado por los populismos (incluido un eurodiputado neonazi en la propia Alemania). La dirigente, paladín de la austeridad que ha dividido Europa entre Norte y Sur, y cuyo partido conservador logró revalidar la victoria pese a ceder terreno, ha afirmado que ahora la UE deberá examinar “cómo combatir el paro, cómo ser competitivos y crear riqueza”, dijo.

Europa vivió un amago de cambio de discurso en pro del crecimiento cuando el socialista François Hollande salió elegido presidente en Francia. En la práctica, no cambió el rumbo de los ajustes (París protagoniza uno enorme y el PSF ha caído a un tercer lugar), aunque sí se ha dado tiempo a Francia y a España para estabilizar sus cuentas.

El auténtico impacto de los resultados electorales reside más en la influencia de las tentaciones más nacionalistas de los gobiernos -en materia de inmigración o en las recetas para salir de la crisis- que en la dinámica cotidiana del Parlamento. Sobre todo porque no es fácil poner de acuerdo a este crisol de ideas, ni para formar alianzas estables que eviten arrinconarse en el grupo de los no inscritos.Aunque parece claro que Le Pen podrá liderar el suyo.

El fragmentado Parlamento que se constituirá el 1 de julio podrá influir en otras cuestiones como la estrategia energética y medioambiental (la crisis ha entorpecido la apuesta por las renovables) y el listón se ha bajado.

Los nuevos eurodiputados, que deben dar luz verde a la Comisión y entre sus competencias tienen las de aprobar el presupuesto de la UE, podrán oponer reparos al acuerdo de librecomercio con EE UU, que ha originado controversia por el poder que confiere a las multinacionales.

 

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